Una propuesta europea para Am¨¦rica Latina
Estados Unidos cierra sus fronteras a los que pretenden llegar a esa tierra de promesas incumplidas para tantos. ?Por qu¨¦ no traerlos a Europa? El continente necesita m¨¢s de cincuenta millones de personas procedentes de la emigraci¨®n antes del a?o 2050

Estados Unidos est¨¢ expulsando a los inmigrantes latinoamericanos irregulares. Los est¨¢ persiguiendo por las calles, granjas, obras de construcci¨®n, domicilios..., hay incluso premios para quienes los delatan. Los encierran y los trasladan esposados de pies y manos hasta aviones que los llevan hasta sus pa¨ªses de origen. Todos ellos los aceptan. Incluido Venezuela, por supuesto. La secretaria de Seguridad aparece en los anuncios televisivos dici¨¦ndoles: ¡°Vete y si no lo haces, te cazaremos¡°. Han llegado a amenazarles con llevar a Guant¨¢namo (la c¨¢rcel de terroristas en Cuba), a m¨¢s de 30.000 irregulares.
Estados Unidos cierra sus fronteras a los que pretenden llegar a esa tierra de promesas incumplidas para tantos. Es m¨¢s, sanciona a sus vecinos si no controlan sus fronteras. En la guerra arancelaria impuesta por el nuevo emperador americano, las tasas tambi¨¦n se imponen a quienes no colaboran suficientemente con ese cierre. En definitiva, millones de latinoamericanos no ir¨¢n a Estados Unidos porque no quieren volver esposados a su tierra, o sencillamente, porque no pueden entrar en ese pa¨ªs.
De ah¨ª viene la propuesta: ?Por qu¨¦ no traerlos a Europa? Europa necesita m¨¢s de cincuenta millones de personas procedentes de la emigraci¨®n antes del a?o 2050, solo para cubrir los 49 millones de personas en edad de trabajar (entre los 20 a?os y los 64) que perderemos antes de esa fecha y para poder mantener la actual y precaria relaci¨®n de cotizantes y pensionistas en nuestros sistemas de seguridad social. Necesitamos inmigrantes como el respirar.
Hay aproximadamente seis millones de latinoamericanos en Europa que est¨¢n perfectamente integrados, tanto laboral como socialmente. Es una evidencia que conocemos bien en Espa?a, donde residen cerca de tres millones de ellos. Cuidan nuestros hogares, nuestros ni?os y mayores, atienden en nuestra amplia red de hosteler¨ªa, pero tambi¨¦n son m¨¦dicos, profesores, psic¨®logos, mec¨¢nicos, inform¨¢ticos¡, tienen un buen nivel educativo de base, comparten cultura y valores y viven y trabajan junto a nosotros promoviendo un flujo extraordinario de remesas a sus familias y a sus pa¨ªses de origen.
La pregunta es obvia: ?Puede la Uni¨®n Europea ofrecer a esas poblaciones necesitadas de emigrar, un camino legal y seguro de entrada en nuestros pa¨ªses? Bastar¨ªa con abrir nuestros consulados a una inmigraci¨®n ordenada para cubrir enormes bolsas de empleo temporal (en la agricultura y en la hosteler¨ªa), o fijo, en otras actividades, como ya estamos haciendo con los conductores de camiones o autobuses, por ejemplo. Bastar¨ªa con que los pa¨ªses que necesitan cubrir m¨²ltiples actividades econ¨®micas y sociales utilicen estas v¨ªas, ya en uso y acojan y ayuden a estas personas a su integraci¨®n laboral y social (la lengua ya no es un problema).
Europa dar¨ªa as¨ª a Am¨¦rica Latina una se?al extraordinaria de fraternidad social y solidaridad, frente al vecino del norte que humilla a sus pa¨ªses vecinos y maltrata a sus poblaciones. Servir¨ªa tambi¨¦n para compensar nuestra tardanza en compartir con ellos las vacunas contra la covid-19, que solo llegaron a muchos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, cuando en Europa ya est¨¢bamos poni¨¦ndonos la segunda dosis.
No ser¨ªa simplemente un gesto. Implica una actitud, una muestra de amistad pol¨ªtica y social y una apuesta por una asociaci¨®n estrat¨¦gica que tiene en el di¨¢logo pol¨ªtico, la cooperaci¨®n y los acuerdos de comercio e inversi¨®n sus bases fundamentales y que acabamos de concluir con los acuerdos de Mercosur, despu¨¦s de actualizar los de Chile y M¨¦xico. Lo estamos diciendo una y mil veces: Am¨¦rica Latina es nuestro socio natural, el espacio geopol¨ªtico m¨¢s compatible y af¨ªn a nuestras aspiraciones de gobernanza ordenada del mundo, El conjunto de pa¨ªses con quienes debemos hacernos fuertes en el tablero internacional para la defensa de nuestros valores democr¨¢ticos, del Derecho internacional, la cooperaci¨®n, el di¨¢logo y la paz. Mucho m¨¢s, cuando los que cre¨ªamos nuestros aliados, est¨¢n dejando de serlo.
Pocas veces el tablero pol¨ªtico ofrece una soluci¨®n en la que todos ganan. Lo normal, lo natural en pol¨ªtica, dir¨ªa yo, es que cualquier decisi¨®n entra?e pros y contras muy acusados, ventajas e inconvenientes claros y casi siempre, una incierta evaluaci¨®n de riesgos ante cualquier alternativa. Este no es el caso. Aqu¨ª, ganamos todos.
Lo de menos es que reduzcamos la presi¨®n migratoria a los Estados Unidos, aunque ellos no lo agradezcan. Lo dem¨¢s, es el futuro laboral y econ¨®mico que podemos ofrecer a millones de latinoamericanos, como nos lo ofrecieron ellos a nosotros en siglos pasados. Lo dem¨¢s, es ofrecerles una carrera de cotizaci¨®n a esos millones de personas, que aseguren pensiones dignas, a percibir en su pa¨ªs o en los nuestros, por la Seguridad Social europea. Lo dem¨¢s, es que Europa cubre sus necesidades laborales y sociales con mano de obra que no tiene. Lo dem¨¢s, son los flujos financieros de retorno que recibir¨¢n esos pa¨ªses de origen y que en algunos casos constituye un ingreso extra important¨ªsimo en sus econom¨ªas.
En noviembre de este a?o, la Uni¨®n Europea y la CELAC, celebrar¨¢n una importante Cumbre en Bogot¨¢. ?No ser¨ªa una grand¨ªsima noticia que se pusieran las bases para una pol¨ªtica de migraci¨®n que atendiera estas necesidades respectivas?
Pong¨¢monos a ello.
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