Una salida internacional al laberinto venezolano
Estados Unidos busca dejar sin margen de maniobra a Maduro con el apoyo expl¨ªcito a Edmundo Gonz¨¢lez, mientras que Petro, Lula y L¨®pez Obrador quieren una salida negociada en la que no participe Mar¨ªa Corina Machado
Estados Unidos y las potencias regionales de izquierdas (Brasil, Colombia y M¨¦xico, con el acompa?amiento cercano de Chile) se preguntan qu¨¦ hacer con Nicol¨¢s Maduro Moros, al que se le ve irritado estos d¨ªas. Apenas ha dormido. En sus apariciones p¨²blicas ha lanzado miradas de impaciencia y desagrado a asesores que tardaron en darle play a un video o que no recordaban un nombre que ¨¦l ten¨ªa en la punta de la lengua. En el Palacio de Miraflores no se escuchan por los pasillos sus carcajadas ni las bromas que a menudo le dedica a todo el mundo, desde Cilia Flores, la primera dama, a los guardias y a los cocineros. De acuerdo a un dirigente del PSUV, el partido oficialista, y a analistas y diplom¨¢ticos, por su cabeza nunca pas¨® otro escenario que no fuese el de una victoria en las elecciones presidenciales del domingo pasado. La sospecha de que el aparato de su Gobierno cometi¨® un fraude el domingo para arrogarse una victoria que en realidad le pertenec¨ªa a Edmundo Gonz¨¢lez, el candidato opositor, ha paralizado a un pa¨ªs de por s¨ª convulso.
Una parte importante de la comunidad internacional se pregunta cu¨¢l es la mejor manera de solucionar un conflicto pol¨ªtico que involucra a toda Latinoam¨¦rica, por los millones de venezolanos que se han repartido por todo el continente debido la crisis econ¨®mica del pa¨ªs. Washington ha optado, en esta primera semana, por arrinconar a Maduro y forzarle a tomar decisiones r¨¢pidas reconociendo a su rival como el vencedor. Los pa¨ªses vecinos con los que Venezuela comparte una cercan¨ªa ideol¨®gica, en cambio, apuestan por una negociaci¨®n que permita hacer un recuento con las actas que todav¨ªa el ente electoral venezolano no ha mostrado y ofrecer una salida negociada al chavismo en caso de que realmente haya sido derrotado.
Maduro no se imaginaba hace diez d¨ªas en un escenario semejante. Las encuestas que le llevaban a su despacho eran positivas. Las que circulaban en redes anunciando una derrota severa eran falsas, fabricadas por sus enemigos, le aseguraban. Los focus group y los an¨¢lisis sociol¨®gicos, a la vanguardia de los estudios antropol¨®gicos, le dec¨ªan que ¨¦l era el candidato fuerte, herc¨²leo, poderoso f¨ªsicamente, frente a un se?or mayor, Edmundo Gonz¨¢lez Urrutia, de 74 a?os, lector, de maneras suaves. A alguien se le ocurri¨® la idea de que hab¨ªa que presentarlo a los venezolanos como un gallo de larga cresta. En una gallera, repitieron los dirigentes chavistas que recorr¨ªan el pa¨ªs haciendo campa?a, castigar¨ªa con sus p¨²as a Edmundo Gonz¨¢lez, al que describ¨ªan como un pollo desplumado. Unos drones iluminados dibujaron un gallo en el cielo de Caracas el d¨ªa de su cierre de campa?a.
Nada ha salido seg¨²n lo planeado. El chavismo se preparaba para una victoria contundente que demostrara al mundo que Maduro no es ning¨²n usurpador, sino el presidente leg¨ªtimo de un pueblo que le quiere. Las urnas lo iban a demostrar. El Consejo Nacional Electoral (CNE), en poder del chavismo, anunci¨® el lunes, de madrugada, a Maduro como vencedor despu¨¦s de un retraso de varias horas en el conteo. Sin embargo, solo ofreci¨® un n¨²mero total de votos y no los datos desglosados por centro electoral, por lo que no hay manera de confirmar su veracidad. En cuesti¨®n de horas se extendi¨® un manto de sospecha sobre todo el proceso. La oposici¨®n, previniendo la posibilidad de un fraude, hab¨ªa pedido a todos sus testigos que fotografiaran esas actas y las enviaran a Caracas, donde las revisar¨ªan y totalizar¨ªan. Seg¨²n esos documentos, que han subido a la red para que cualquiera los pueda consultar, Gonz¨¢lez gan¨® con una ventaja muy amplia.
El Gobierno de Maduro, la oposici¨®n y la Casa Blanca ve¨ªan en estas elecciones la posibilidad de acabar con una crisis pol¨ªtica que dura casi una d¨¦cada. El acuerdo entre estas partes, discutido en Qatar, Barbados y M¨¦xico, consist¨ªa en que el chavismo permitir¨ªa que se presentasen los candidatos opositores y se compromet¨ªa a celebrar unos comicios justos y transparentes. Los antichavistas reconocer¨ªan una derrota, de producirse y darse todos estos escenarios que deb¨ªan ayudar a democratizar el sistema, ahora mismo controlado por el chavismo. Y Estados Unidos levantar¨ªa las m¨¢s de 900 sanciones que ha impuesto a Venezuela y los dirigentes chavistas. Despu¨¦s del 28 de julio, sin embargo, lejos de resolverse, la crisis se ha profundizado y ha metido al pa¨ªs en un laberinto.
La mayor¨ªa de la comunidad internacional le pide a Maduro que ense?e las actas. Siete d¨ªas despu¨¦s, el CNE no lo ha hecho y se remite al plazo de 30 d¨ªas oficiales que tiene para publicarlas ¨Dhist¨®ricamente han salido a la luz de inmediato¨D. Maduro no cede, por ahora. Washington asegur¨® que se le estaba agotando la paciencia y el jueves anunci¨® a Edmundo Gonz¨¢lez como el vencedor. El secretario de Estado, Antony Blinken, urgi¨® a iniciar un periodo de transici¨®n entre presidentes. Esta petici¨®n fue respaldada por una serie de pa¨ªses que, en cascada, declararon vencedor al opositor. Por la v¨ªa de los hechos, estas naciones empiezan a desconocer a Maduro como presidente y lo anulan como interlocutor v¨¢lido. El presidente venezolano se dice v¨ªctima de una conspiraci¨®n internacional, un golpe de Estado ¡°de extrema derecha¡± en el que involucra a los magnates Elon Musk y Jeff Bezos. Incluso dentro del chavismo algunos dudan de si habla en serio cuando los cita a ellos.
Los l¨ªderes de izquierdas de Am¨¦rica Latina tienen la convicci¨®n de que ese es el camino equivocado, que no conduce a ninguna parte. Les ha sorprendido y molestado que Joe Biden se haya precipitado y haya anunciado a un vencedor, cuando las actas todav¨ªa pueden ser presentadas. Gustavo Petro, desde Colombia; Luiz In¨¢cio Lula da Silva, desde Brasil, y Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, desde M¨¦xico, le piden al chavismo que lo haga, cuanto antes mejor. Con eso dejar¨ªan claro que son los ganadores y de paso podr¨ªan detener las protestas en las calles, que se han saldado por el momento con m¨¢s de una docena de muertos. Ante la negativa a entregar nada, muchos piensan que el chavismo gana tiempo para falsificar unos resultados por ciudades y municipios que coincidan con el dato final. Los expertos, de todos modos, explican que esas actas son dif¨ªcilmente replicables y el enga?o podr¨ªa ser muy evidente.
En cualquier caso, lo que quieren los presidentes de las tres potencias regionales de izquierdas ¨Dde la operaci¨®n se ha apartado al chileno Gabriel Boric por mantener una confrontaci¨®n muy directa y p¨²blica con Maduro¨D es abrir una negociaci¨®n de inmediato que parte de dos supuestos: que se muestren los resultados desglosados y que en una mesa se sienten a hablar Edmundo Gonz¨¢lez y el presidente venezolano. Seg¨²n revel¨® EL PA?S el viernes, de esas conversaciones deber¨ªa quedar excluida Mar¨ªa Corina Machado, la l¨ªder indiscutible de la oposici¨®n, que despu¨¦s de ser vetada por las instituciones controladas por el chavismo design¨® a Gonz¨¢lez para que participara en su nombre. El oficialismo pensaba que ese golpe de mano no funcionar¨ªa, pero en cuesti¨®n de d¨ªas la oposici¨®n le convirti¨® en alguien muy popular y lleg¨® al domingo con grandes n¨²meros. La intenci¨®n de los presidentes de excluirla resulta delicada. Ninguno de los tres siente admiraci¨®n por ella; de hecho, a menudo han llegado a referirse a su supuesta radicalidad para justificar posiciones blandas con el chavismo. Machado viene de una derecha liberal, en alguna ¨¦poca de su vida escorada a posiciones extremas que ahora ha suavizado; ellos, de la izquierda latinoamericana de los setenta y ochenta, progresista en algunos puntos y conservadora en asuntos como el feminismo.
Pero esa, en el fondo, no es la barrera. Los presidentes saben de sobra que Machado monopoliza el voto antichavista, en dos a?os se ha erigido como un referente que nadie en la oposici¨®n le discute, ni los que no la quieren bien. El problema es que el chavismo no la quiere ver involucrada en ninguna negociaci¨®n. Su nombre, en el c¨ªrculo de Maduro, apenas se pronuncia. Petro, Lula y L¨®pez Obrador saben que el chavismo no se sentar¨¢ a discutir con ella, solo con Edmundo Gonz¨¢lez. No les parece algo tan extra?o que se haga as¨ª, puesto que ¨¦l fue el candidato y el presidente en caso de que un recuento transparente le d¨¦ la raz¨®n. Ese di¨¢logo entre las partes debe dejar por sentado que los dos aceptar¨¢n el resultado, siempre y cuando haya un escrutinio verificable por parte de entes independientes. Los presidentes prev¨¦n entrevistarse con Maduro en los pr¨®ximos d¨ªas y convencerle de que se atenga a esta negociaci¨®n, un camino menos ¨¢spero que el de Estados Unidos, que exige una soluci¨®n inmediata.
Los cr¨ªticos del plan de los presidentes consideran que el chavismo vuelve a tratar de ganar tiempo y enfrascarse de nuevo en otro di¨¢logo que se eternice, como los anteriores. A la vista, sin embargo, hay pocas m¨¢s soluciones a la vista. Algunos defienden una repetici¨®n electoral con una verificaci¨®n exhaustiva, otros un di¨¢logo m¨¢s directo en el que se le ofrezca una amnist¨ªa a Maduro y a su c¨ªrculo ¨Dno m¨¢s de 20 personas¨D con la condici¨®n de que acepten el resultado que parece haber salido de las urnas. Cualquier di¨¢logo no resultar¨¢ sencillo. Maduro ha sobrevivido a las sanciones, al aislamiento internacional, al Gobierno venezolano paralelo en el extranjero que ide¨® Estados Unidos y a una crisis econ¨®mica que oblig¨® a marcharse a un cuarto de los venezolanos. Por el momento, cuenta con la lealtad de la polic¨ªa y los militares. ?l y la gente que le rodea son expertos en resistir, aut¨¦nticos maratonianos del desgaste. Casi todos llevan desde la ¨¦poca de Hugo Ch¨¢vez, brazo en alto, denunciando conspiraciones, intentos de desestabilizaci¨®n, cargas exteriores del fascismo. As¨ª, 25 a?os. Un cuarto de siglo de revoluci¨®n bolivariana. Y, por lo que dicen en p¨²blico, se ven con fuerza para otros 25. La comunidad internacional quiere frenar esa conflictividad interna y busca una soluci¨®n por varias v¨ªas, una salida. El arte de la diplomacia en su m¨¢xima expresi¨®n.
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