Bolivia lucha contra m¨¢s de 3.000 focos de incendio y suspende las quemas controladas de tierras
El fuego quema cuatro millones de hect¨¢reas, el 40% de bosques
Bolivia ha sido declarada en ¡°situaci¨®n de desastre¡± porque presenta 3.036 focos de incendio, m¨¢s que ning¨²n otro pa¨ªs, y la contaminaci¨®n del aire en algunas zonas llega a niveles incompatibles con la vida humana. En respuesta a esta grave crisis, el Gobierno de Luis Arce suspendi¨® por tiempo indefinido las llamadas ¡°normas incendiarias¡± que permiten ¡°quemas controladas¡± en las propiedades agr¨ªcolas y forestales. Declar¨® as¨ª ¡°pausa ecol¨®gica¡±, una medida que le permite poner en suspenso temporal la legislaci¨®n ordinaria que regula el manejo de la tierra y los bosques.
Los fuegos son provocados por los productores para desbrozar los campos y tambi¨¦n para deforestar, a fin de convertir los bosques en tierra de cultivos. Son parte de una ola de incendios que golpea a la Amazonia, regi¨®n compartida por varios pa¨ªses sudamericanos, que ha llenado de humo los cielos de Cono Sur. La situaci¨®n de Bolivia es peor que la de Brasil, pese a la diferencia de tama?o entre ambas naciones. Las autoridades calculan que las llamas han quemado cuatro millones de hect¨¢reas, el 60% de pastos y el 40% de ¨¢rboles. Esta proporci¨®n es disputada por los l¨ªderes de la regi¨®n de Santa Cruz, la m¨¢s afectada por los incendios, que creen que existe un mayor efecto sobre los bosques.
Los esfuerzos de decenas de grupos de bomberos bolivianos voluntarios y de las Fuerzas Armadas, que han recibido la orden de detener el fuego y reforestar, est¨¢ siendo respaldado por personal especializado enviado por Venezuela, Brasil, Uruguay, Per¨² y Francia. China prometi¨® apoyo financiero.
La contaminaci¨®n del aire en Cobija, ciudad amaz¨®nica ubicada en el noreste del pa¨ªs, junto a la frontera con Brasil, lleg¨® a 589 en el ?ndice de Calidad del Aire, un nivel extremadamente malo para la salud. En este momento, Bolivia es uno de los diez pa¨ªses m¨¢s contaminados del mundo, lo que no tiene relaci¨®n con su nivel de industrializaci¨®n. Los aeropuertos han tenido que cancelar y postergar vuelos a causa de la humareda; las clases y el trabajo son intermitentes en los lugares m¨¢s afectados; los m¨¦dicos alertaron sobre la proliferaci¨®n de enfermedades, sobre todo entre mayores y ni?os.
Adem¨¢s de suspender las autorizaciones de quema en vigencia, el Gobierno prohibi¨® a la Autoridad de Bosques conceder otras, que son habituales en esta ¨¦poca para que los productores limpien hasta 20 hect¨¢reas de sus propiedades, en las zonas no protegidas. Estas autorizaciones est¨¢n legitimadas por un conjunto de leyes y decretos aprobados por Evo Morales, en los 13 a?os que gobern¨®, con el prop¨®sito de extender la frontera agr¨ªcola. Dichas normas benefician a los poderosos sectores sojeros, ca?eros y ganaderos que operan el llamado ¡°agronegocio¡± y tambi¨¦n a los ¡°campesinos interculturales¡±. Esto son migrantes internos que provienen de la parte monta?osa del pa¨ªs y que han ido ocupado algunas tierras fiscales ubicadas en Santa Cruz, que son las m¨¢s f¨¦rtiles del pa¨ªs y que tienen mayor valor por su cercan¨ªa con los mercados. Su sindicato forma parte del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) desde su fundaci¨®n y varios de sus miembros han sido parte de los gobiernos de este partido desde 2006.
Los incendios son un medio para evitar los costos del desbroce mecanizado o manual y tambi¨¦n para obtener m¨¢s tierras agr¨ªcolas, que se ganan a los bosques. Por eso, una de las cl¨¢usulas del decreto del Gobierno suspende por cinco a?os la concesi¨®n de las tierras de propiedad p¨²blica que hayan quedado calcinadas por el fuego. De este modo se espera eliminar el m¨®vil de muchas de las quemas provocadas.
Empresas agr¨ªcolas y ganaderas, as¨ª como campesinos inmigrantes ¡°coexisten ca¨®ticamente en un espacio territorial plagado de ilegalidades¡±, poste¨® el experto de la Fundaci¨®n Tierra Gonzalo Colque. ¡°Es como el ¡®lejano oeste¡¯ americano, donde la expansi¨®n descontrolada atrae a buscadores del lucro f¨¢cil y r¨¢pido, aventureros, forajidos, migrantes de toda estirpe o incluso fugitivos de la ley que saldan cuentas en duelos a muerte¡±, escribi¨®.
Cada a?o, los cruce?os acusan de las quemas a los campesinos llegados desde el occidente del pa¨ªs, llamados collas, mientras que la izquierda insiste en que el mayor peso de la responsabilidad sigue recayendo sobre el agronegocio camba, es decir oriundo de Santa Cruz.
Seg¨²n Colque, las im¨¢genes satelitales muestran que algunos a?os ha habido m¨¢s incendios en las zonas industriales y, otros, en las tierras forestales fiscales, que se puede presumir han sido responsabilidad de campesinos que buscaban m¨¢s tierra. Por tanto, se?ala, la culpa no es alternativamente de ¡°collas¡± ni de ¡°cambas¡±, sino del ¡°marco normativo agroambiental¡±, que ¡°ha sido desde su origen demasiado permisivo, ambiguo y, sobre todo, maleable al calor de los intereses econ¨®micos y pol¨ªticos¡±, y que permite que los diferentes actores econ¨®micos influyan en las autoridades y traten de aprovecharse de los recursos naturales sin reparar en la destrucci¨®n del medio ambiente.
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