Ortega y Murillo consolidan su poder sobre el Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa en Nicaragua
La reforma del C¨®digo Militar y la Ley de la Polic¨ªa Nacional subordinan a las fuerzas armadas a su dictado tres d¨ªas despu¨¦s de un cambio constitucional que blinda su dinast¨ªa
Apenas han pasado tres d¨ªas desde que Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenaron la aprobaci¨®n de una reforma total a la Constituci¨®n Pol¨ªtica de Nicaragua ¨Ccon la que blindaron la sucesi¨®n din¨¢stica y sepultaron las ruinas de la independencia de poderes¨C, cuando este lunes el Parlamento sandinista inform¨® de modificaciones al C¨®digo Militar y a la Ley Organizaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional para prorrogar los per¨ªodos de los jefes de las fuerzas armadas de cinco a seis a?os.
De esa forma, la pareja presidencial contin¨²a reformando leyes fundamentales a marcha r¨¢pida para, seg¨²n denuncian opositores al r¨¦gimen sandinista, adecuar su ¡°modelo totalitario¡± a un nuevo marco legal ¡°hecho a la medida¡±. La reforma a la ley de la Polic¨ªa y el Ej¨¦rcito ¨Clos principales brazos represores de Ortega y Murillo¨C le otorga al mandatario pleno poder sobre estas instituciones armadas, a tal punto que no solo podr¨¢ nombrar al comandante en jefe del Ej¨¦rcito y al director de la Polic¨ªa, sino que podr¨¢ prorrogar en el cargo al titular policial las veces que ¨¦l quiera, ¡°de acuerdo a intereses de la naci¨®n¡±.
El actual jefe policial que ha sido prorrogado en el cargo es el comisionado general Francisco D¨ªaz, consuegro de Ortega y Murillo. La hija del polic¨ªa, Blanca D¨ªaz, est¨¢ casada con Maurice Ortega-Murillo, uno de los hijos de la pareja presidencial. D¨ªaz ocupa la jefatura policial desde agosto de 2018, el a?o de las masivas protestas antigubernamentales que polic¨ªas y paramilitares reprimieron con una violencia tal que un grupo de expertos de Naciones Unidas ha calificado como ¡°cr¨ªmenes de lesa humanidad¡±. El comisionado D¨ªaz ha sido sancionado por Estados Unidos por ser el principal operador de las operaciones de represi¨®n y violaci¨®n a los derechos humanos de los nicarag¨¹enses, en espec¨ªfico opositores de toda ¨ªndole, religiosos y periodistas.
En el caso de la reforma al C¨®digo Militar, el Ej¨¦rcito se mantiene, sobre el papel, a un brazo de distancia del Ejecutivo, ya que la iniciativa establece que ¡°ning¨²n pariente del presidente y del vicepresidente de la Rep¨²blica dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad podr¨¢ ser nombrado comandante en Jefe del Ej¨¦rcito¡±.
Sin embargo, en la pr¨¢ctica, el general Julio C¨¦sar Avil¨¦s ha sometido a los militares al dictado Ortega-Murillo. No s¨®lo ha boicoteado la sucesi¨®n militar despu¨¦s de que Ortega lo prorrogara en el cargo desde hace 16 a?os, sino que en mayo de 2020 Estados Unidos sancion¨® al jefe castrense por ¡°brindar apoyo a la polic¨ªa y las pandillas paramilitares que cometieron cr¨ªmenes contra el pueblo nicarag¨¹ense¡±.
¡°Autogolpe de Estado¡±
Los nicarag¨¹enses no han terminado de asimilar y dimensionar el profundo cambio de la Carta Magna cuando se suman estas nuevas reforma en la configuraci¨®n de las fuerzas armadas, institucionalizando al m¨¢s alto nivel legal lo que ya era de facto: el control de Ortega y Murillo sobre ellas.
Luego de empezar una ¡°compactaci¨®n del Estado¡± y una purga sin precedentes de empleados p¨²blicos, la pareja presidencial orden¨® hace tres d¨ªas al Parlamento aprobar una reforma constitucional tect¨®nica: la nueva Carta Magna cambia el sentido del Estado de Nicaragua al nombrarlo ¡°revolucionario y socialista¡±, y crea una ¡°ccopresidencia¡± compartida entre Ortega y Murillo, resolviendo de esa manera el peliagudo tema de la sucesi¨®n familiar. Es decir, que Nicaragua se convierte en el ¨²nico pa¨ªs del mundo que se conozca con dos presidentes en funciones, seg¨²n han denunciado opositores que prefieren mantenerse en el anonimato por temor a represalias contra ellos y sus familiares.
Adem¨¢s, la reforma permite a los copresidentes designar a dedo a los vicepresidentes que consideren necesarios, sin que pasen por el sufragio popular. Esta disposici¨®n ha sido interpretada por cr¨ªticos como la apertura para nombrar en la nueva l¨ªnea de sucesi¨®n constitucional a sus hijos, como Laureano Ortega, el ¡°delf¨ªn¡± que sus padres promueven con mayor ¨¦nfasis.
Aparte de ampliar tambi¨¦n su periodo presidencial de cinco a seis a?os, los copresidentes gozar¨¢n de atribuciones totales sobre el Estado nicarag¨¹ense. ¡°La Presidencia de la Rep¨²blica dirige al Gobierno y como jefatura del Estado coordina a los ¨®rganos legislativo, judicial, electoral, de control y fiscalizaci¨®n, regionales y municipales, en cumplimiento de los intereses supremos del pueblo nicarag¨¹ense y de lo establecido en la presente Constituci¨®n¡±, dice el nuevo art¨ªculo 132 constitucional.
Adem¨¢s, los copresidentes podr¨¢n oficialmente, seg¨²n la reforma, nombrar y remover ministros, viceministros, procuradores, directores de entes aut¨®nomos y gubernamentales; jefes de misiones diplom¨¢ticas y jefes de misiones especiales, como ya lo ven¨ªan haciendo de facto con la purga estatal.
En total, este cambio de la Constituci¨®n afecta a un centenar de art¨ªculos, que legalizan a los paramilitares, facultan al Ej¨¦rcito de Nicaragua para reprimir por motivos pol¨ªticos junto a la Polic¨ªa Nacional y justifican el despojo de la nacionalidad a cr¨ªticos considerados ¡°traidores a la patria¡±.
Un grupo de opositores en el exilio entreg¨® a EL PA?S un comunicado en el que califican lo obrado por la pareja presidencial como un autogolpe de Estado. ¡°Bajo la figura de una reforma parcial a la Constituci¨®n Pol¨ªtica est¨¢n haciendo una nueva, lo cual es facultad exclusiva de una Asamblea Nacional Constituyente¡°, denuncian. ¡°Se alteran regresivamente gran cantidad de derechos y garant¨ªas establecidos en la parte dogm¨¢tica de la Constituci¨®n; se modifica el car¨¢cter de una serie de instituciones, principalmente el Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa, y se deja abierta la puerta para que el Ejecutivo, ahora llamado Presidencia, con su poder absoluto, regule y controle, mediante leyes secundarias, la econom¨ªa del pa¨ªs¡±.
Los opositores desterrados insisten que con estas reformas, ¡°Daniel Ortega y Rosario Murillo buscan la consolidaci¨®n de una dictadura hereditaria familiar, acumulando m¨¢s poder del que tienen, estableciendo a nivel constitucional la sucesi¨®n familiar din¨¢stica y el poder absoluto que ya ejercen sobre Nicaragua. Al establecer una copresidencia, que sustituye al Poder Ejecutivo, solucionan sus propias diferencias, para satisfacer a Rosario Murillo sus aspiraciones personales¡±, contin¨²an.
Otra ley para proteger a sus sancionados
En este traj¨ªn de reformas y aprobar nuevas leyes ¡°a la medida¡±, la pareja presidencial aprob¨® este lunes una nueva normativa: la ¡°Ley de Protecci¨®n ante Sanciones y Agresiones Externas¡±, que pone al Sistema Financiero Nacional en una encrucijada con la banca internacional, porque no solo ordena a los bancos la inaplicabilidad de futuras sanciones, que van desde restricciones de operaciones financieras hasta el cierre de las cuentas bancarias, sino que tambi¨¦n deja sin efectos aquellas sanciones ya aplicadas. Es decir, que obligar¨ªa a los bancos nacionales reabrir las cuentas de funcionarios y funcionarias sancionadas.
En otras palabras, en caso de incumplimiento de la ley, la normativa impone multas a las entidades financieras que no reviertan las medidas de las sanciones. Tambi¨¦n amenazan con c¨¢rcel y acusar de ¡°traici¨®n a la patria¡± a las personas de instituciones financieras que decidan cumplir con los lineamientos internacionales vinculados con las sanciones que se han aplicado.
La aprobaci¨®n de esta ley convierte a Nicaragua en un lugar ¡°de alto riesgo financiero¡± y lo vuelve un ¡°Estado forajido¡±, explica el investigador Manuel Orozco, ya que hace del pa¨ªs un lugar seguro para personas y entes sancionados. La reacci¨®n del Sistema Financiero Internacional y su respuesta a esta medida est¨¢ por verse. Sin embargo, el objetivo de esta ley es forzar a la banca local a buscar otros mercados financieros distintos de Estados Unidos, quien es, hasta el momento, el mayor socio comercial de Nicaragua. Y el r¨¦gimen apunta, seg¨²n sus nuevas relaciones internacionales, a China, Rusia e Ir¨¢n.
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