Una pandemia silenciosa
Las violencias no letales contra las mujeres no reciben la atenci¨®n necesaria en la formulaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas. Es imperativo elaborar nuevas estrategias que aborden de manera efectiva las causas subyacentes y ofrezcan una respuesta eficiente
Las violencias no letales contra las mujeres suelen pasar desapercibidas por diversas razones. En primer lugar, porque no siempre son visibles a primera vista, manifest¨¢ndose, por ejemplo, a trav¨¦s de violencias psicol¨®gicas y patrimoniales, como amenazas, retenci¨®n de documentos y violaci¨®n de domicilio. Muchas veces ocurren en el ¨¢mbito privado, sin presencia de testigos. Adem¨¢s, estas violencias suelen considerarse de ¡°menor gravedad¡± al no resultar en muerte, aunque sabemos que los feminicidios suelen ser la etapa final de una sucesi¨®n de agresiones previas.
Las mujeres son las principales v¨ªctimas de todas las formas de violencia, excepto la letal, referida a la violencia que culmina en la muerte de la v¨ªctima, que es el indicador m¨¢s utilizado para medir la violencia a nivel mundial. Por esta raz¨®n, los casos de violencia contra las mujeres no reciben la atenci¨®n necesaria en la formulaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas. Esto se agrava por desaf¨ªos adicionales como la falta de reportes, la inconsistencia en los registros, la falta de estandarizaci¨®n y la baja confiabilidad de las fuentes de datos.
Las cifras son alarmantes y han aumentado significativamente a?o tras a?o. En 2023, seg¨²n datos de la actualizaci¨®n m¨¢s reciente de la plataforma Evidencias sobre Violencias y Alternativas para Mujeres y Ni?as (EVA), basados en datos oficiales de los respectivos pa¨ªses, cada d¨ªa un total de 1.569 mujeres fueron v¨ªctimas de alguna forma de violencia no letal en Brasil, M¨¦xico y Colombia. En 2022, esta cifra fue de 1.391 mujeres al d¨ªa, lo que representa un aumento de aproximadamente un 13% en solo un a?o.
A pesar de los obst¨¢culos que dificultan la denuncia y el registro de los casos, en cinco a?os (2019-2023), las tasas de violencia sexual contra mujeres aumentaron un 68% en Brasil, un 30% en Colombia y un 22% en M¨¦xico. En 2023, en Brasil, 190 mujeres por d¨ªa sufrieron alg¨²n tipo de violencia sexual, de ellas 112 eran ni?as entre cero y catorce a?os a?os. En Colombia, durante el mismo per¨ªodo, 99 mujeres al d¨ªa fueron v¨ªctimas, de las cuales 65 ten¨ªan entre 0 y 14 a?os. Las tasas de violencia f¨ªsica tambi¨¦n aumentaron en este per¨ªodo: un 29% en Brasil, un 21% en Colombia y un 4% en M¨¦xico.
El alarmante aumento de estas cifras permite establecer una analog¨ªa con las pandemias, que se caracterizan por alcanzar dimensiones globales con un alto potencial de crecimiento y propagaci¨®n de casos. Y as¨ª como en las pandemias la b¨²squeda de vacunas es incesante, en el caso de la violencia contra las mujeres, las soluciones se encuentran en pol¨ªticas de prevenci¨®n y protecci¨®n.
Un reciente estudio del Instituto Igarap¨¦ examin¨® 99 pol¨ªticas, intervenciones e iniciativas implementadas en todo el mundo en estos dos ejes principales. El 61% de la muestra correspond¨ªa a enfoques centrados en la prevenci¨®n. Entre estas pol¨ªticas, las m¨¢s eficaces para prevenir la violencia contra las mujeres incluyen la promoci¨®n de la autonom¨ªa financiera, cambios en las normas sociales de g¨¦nero y programas enfocados en la reducci¨®n de factores de riesgo y condiciones facilitadoras. Al analizar las estrategias que han demostrado ser efectivas en el mundo para prevenir la violencia contra mujeres y ni?as, es posible orientar mejor los esfuerzos hacia el desarrollo de nuevas estrategias que aborden de manera efectiva las causas subyacentes de la violencia y ofrezcan una respuesta eficiente y compasiva a las v¨ªctimas.
En 2023, un total de 572.652 mujeres fueron v¨ªctimas de alguna forma de violencia no letal en Brasil, Colombia y M¨¦xico. Esto significa que, mientras le¨ªa este art¨ªculo, al menos tres mujeres sufrieron violencia f¨ªsica, sexual, psicol¨®gica o patrimonial en uno de estos pa¨ªses. Resulta m¨¢s urgente que nunca crear y consolidar espacios donde todas las mujeres puedan vivir libres de violencia.
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