Noboa, en busca del poder total
El joven presidente, pese a solo llevar 14 meses, ha permeado casi todas las instituciones de Ecuador. Este domingo quiere reelegirse en primera vuelta
Daniel Noboa no se deja ver mucho en p¨²blico. Cuando lo hace, se le nota inc¨®modo. No le acompa?a la capacidad de oratoria de otros l¨ªderes latinoamericanos. La realidad es que ni siquiera le ha hecho falta. El presidente de Ecuador ha construido a su alrededor un Gobierno personalista sin necesidad de un carisma evidente. En solo 14 meses al mando del pa¨ªs ha tomado una serie de decisiones arriesgadas, algunas ilegales, que le han imprimido car¨¢cter a un joven empresario hasta hace poco desconocido. Nadie lo hubiera parado entonces por la calle.
Noboa, de 37 a?os, busca este domingo ampliar su poder con un nuevo periodo presidencial. Su deseo es vencer en primera vuelta, pero las encuestas, aunque le colocan en primer lugar, no contemplan este escenario. Enfrente tendr¨¢ a Luisa Gonz¨¢lez, la candidata de la izquierda que se presenta por el partido Revoluci¨®n Ciudadana, del expresidente Rafael Correa. Gonz¨¢lez quiere frenar lo que considera una deriva autoritaria de la naci¨®n. En tiempo r¨¦cord, Noboa ha logrado permear casi todas las instituciones del Estado, algo que a Correa le llev¨® a?os. Su principal argumento como presidente ha sido el combate a la inseguridad en el pa¨ªs con la tasa de homicidios m¨¢s alta de Latinoam¨¦rica. Ha logrado transmitir a los ciudadanos que por fin alguien est¨¢ al mando de una naci¨®n que en la ¨²ltima d¨¦cada parec¨ªa ingobernable.
Por primera vez en su historia, en Ecuador se ha decretado un ¡°conflicto interno no internacional¡±, una figura parecida a la del Estado de excepci¨®n. Desde febrero del a?o pasado, los militares realizan labores de seguridad ciudadana. El que antes era un pa¨ªs seguro, si se comparaba con Colombia o Per¨², sufre ahora la presencia de pandillas delincuenciales que, junto a los carteles mexicanos, imponen el terror. Con esa medida se logr¨® reducir los asesinatos, de 8.248 en 2023 a 6.987 en 2024. Sin embargo, ese dato esconde una realidad mucho m¨¢s compleja.
Enero ha sido el mes m¨¢s sangriento de la historia de Ecuador desde que hay registros. Se han contabilizado 731 homicidios, cuando, por ejemplo, en 2021 solo hubo 119. La historia de cuatro ni?os que fueron raptados, asesinados y lanzados a un pozo capt¨® la atenci¨®n de todo el mundo en diciembre. La crueldad con la que fueron asesinados no sorprende a estas alturas. Son constantes las noticias sobre descuartizamientos y masacres. Los v¨ªdeos que captan disparos en la cabeza por parte de sicarios salen casi a diario en programas de televisi¨®n. Las pandillas no solo extorsionan a empresarios, sino a gente com¨²n y corriente por el simple hecho de vivir en un barrio.
La cara de Noboa ha inundado las calles y los tel¨¦fonos m¨®viles de cualquiera que haya abierto una red social. La campa?a ha sido muy desigual respecto a los otros candidatos. El presidente ha logrado mediante un enredo judicial hacer la doble labor de mandatario y candidato, con lo que ha podido inaugurar obras p¨²blicas. No quiso dimitir para hacer campa?a, como estipula la ley, por su obsesi¨®n con que la vicepresidenta, Ver¨®nica Abad, no quedara al cargo. No hay ni una foto de ellos dos juntos. Desde el principio, cuando esa dupla pas¨® a segunda vuelta, en las elecciones de 2023, Noboa ignor¨® a Abad. No la invit¨® a la fiesta oficial, en su casa de la playa, cuando venci¨® en segunda vuelta. A los pocos d¨ªas de posesionarse, la humill¨® envi¨¢ndola al destierro. Dijo que deb¨ªa vivir en Tel Aviv para mediar en el conflicto entre Israel y Palestina. El chiste se cuenta solo.
Al principio del mandato las encuestas favorec¨ªan a Noboa de manera abrumadora. Lleg¨® a tener m¨¢s de un 70% de aceptaci¨®n. Despu¨¦s los problemas se le fueron acumulando. El que m¨¢s da?o le ha hecho ha sido el de la crisis energ¨¦tica que ha tenido Ecuador a oscuras. Durante cuatro meses hubo apagones de hasta 14 horas, lo que ha provocado p¨¦rdidas millonarias. Noboa achac¨® los problemas a los gobiernos anteriores y hasta lleg¨® a hablar de sabotajes de los que nunca ofreci¨® pruebas. Ha sido el asunto en el que m¨¢s impotente se le ha visto.
Noboa, cuando surgi¨® como candidato, se vendi¨® como una especie de Bukele. Quer¨ªa copiar sus recetas contra la inseguridad. En p¨²blico parec¨ªa admirarlo. Sin embargo, en privado tiene la peor de las opiniones. En un reportaje en The New Yorker, dijo que se trataba de una persona ¡°arrogante¡± y que solo quer¨ªa tener el control de El Salvador para hacerse rico ¨¦l y su familia. Se burl¨® diciendo que el pa¨ªs que dirige es del tama?o de Guayas, una regi¨®n ecuatoriana. Petro le parece un ¡°esnob de izquierdas¡± que quiere dar conferencias en lugar de entablar conversaciones. Javier Milei, ¡°un engre¨ªdo¡± que no ha conseguido nada. En cambio, asegura respetar y admirar a Luiz In¨¢cio Lula da Silva, el presidente de Brasil. En la intimidad demostr¨® que no se siente inferior a ning¨²n presidente de la regi¨®n.
No se ha ganado muchos amigos a nivel internacional. En abril pasado, mand¨® asaltar la embajada de M¨¦xico en Quito, para detener a Jorge Glas, exvicepresidente en los tiempos de Correa. Rompi¨® el derecho internacional de manera directa. Glas, acusado de corrupci¨®n, ten¨ªa asilo y esperaba un salvoconducto para llegar al aeropuerto. La mayor¨ªa de los pa¨ªses se posicionaron en contra de Noboa, pocas veces se ha visto una medida as¨ª de rotunda. Ecuador rompi¨® relaciones con el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Pero eso no ha quedado as¨ª. En la guerra comercial abierta por Donald Trump, Noboa ha llamado la atenci¨®n al impulsar la imposici¨®n del 27% de aranceles a las importaciones mexicanas. De puertas para adentro, muchos ecuatorianos celebraron perseguir as¨ª la supuesta corrupci¨®n de la etapa de Correa, pero visto desde fuera fue una cat¨¢strofe.
Noboa se convirti¨® en un paria. Acogi¨® la Cumbre Iberoamericana en la hermosa ciudad de Cuenca con la idea darle empaque internacional a su Presidencia, pero fue un fracaso absoluto. Ning¨²n presidente regional se present¨®. El evento se salv¨® por la presencia del rey de Espa?a. Las delegaciones que acudieron se mostraron molestas por las reuniones a puerta cerrada, que se convirtieron en un mon¨®logo de Noboa sobre sus problemas internos. Los diplom¨¢ticos de carrera no sal¨ªan de su asombro. Aunque no le gusta el balc¨®n ni los ba?os de masa, el presidente de Ecuador practica el culto a la personalidad. Quiere seguir haci¨¦ndolo otros cuatro a?os m¨¢s.