Un incendio en una f¨¢brica de disfraces del carnaval de R¨ªo de Janeiro causa una decena de heridos graves
La f¨¢brica, que operaba 24 horas al d¨ªa para atender la demanda a dos semanas de la fiesta, no cuenta con las medidas m¨ªnimas de seguridad
Tragedia en los preparativos del carnaval de R¨ªo de Janeiro. Una de las f¨¢bricas donde se confeccionan los disfraces para los desfiles en el Samb¨®dromo de la ciudad brasile?a ardi¨® la ma?ana de este mi¨¦rcoles. Al menos una decena de trabajadores resultaron heridos de gravedad y han sido hospitalizados, la mayor¨ªa por haber respirado un humo extremadamente t¨®xico. Algunos de ellos consiguieron escapar por su propio pie, pero los bomberos tuvieron que rescatar a 21 personas de la treintena que estaban dentro de la f¨¢brica. A dos semanas del carnaval, la factor¨ªa de la que iban a salir las vestimentas de varias escuelas de samba que participan en el desfile oficial funcionaba a todo vapor, las 24 horas del d¨ªa, con varios turnos, para lograr asumir toda la demanda. El fuego ya ha sido extinguido.
Roberta, una de las primeras trabajadoras en poder salir del edificio, relataba a la cadena Globo lo sucedido: ¡°Estaba todo el mundo dentro del atelier trabajando y empezaron a gritar ¡®fuego, fuego¡¯, y salimos corriendo. Consegu¨ª salvar a mi equipo, pero el resto se lanz¨® desde all¨¢ arriba, es desesperante¡±. Los minutos antes de que llegaran equipos de rescate fueron ag¨®nicos, sobre todo porque la f¨¢brica, como reconocieron m¨¢s tarde los bomberos, no cumpl¨ªa con las m¨ªnimas medidas de seguridad.
Al menos cuatro comparsas de las que desfilan en el Samb¨®dromo el 28 de febrero y el 1 de marzo han resultado afectadas. Son Imp¨¦rio Serrano, Unidos da Ponte, Porto da Pedra y Uni?o de Parque Acari. Algunas han visto como todos sus disfraces se han convertido en cenizas en cuesti¨®n de minutos. La entidad que agrupa a las escuelas ha convocado una reuni¨®n extraordinaria para abordar el siniestro y sus efectos.
Situada en el barrio de Ramos, en la periferia norte de R¨ªo, la factor¨ªa, de la empresa Maximus Confecc??es, est¨¢ pegada a varios edificios residenciales, y por poco se convierte en una letal ratonera: sus ventanas cubiertas de rejas desesperaron a los trabajadores, que recurrieron a las toallas h¨²medas que les lanzaban los vecinos para conseguir respirar antes de que llegaran los equipos de rescate. Setenta bomberos fueron desplegados para rescatar a las v¨ªctimas y apagar las llamas.
Dentro de la empresa, la situaci¨®n era un polvor¨ªn: escasa ventilaci¨®n y monta?as de materiales inflamables: pl¨¢sticos, tejidos sint¨¦ticos, pintura, cola¡ Adem¨¢s, en el tercer piso de la f¨¢brica hab¨ªa un dormitorio improvisado, para los empleados que viven lejos y a los que no les compensa ir y volver cada d¨ªa de casa al trabajo. La precariedad absoluta. Desgraciadamente, m¨¢s que la excepci¨®n, ¨¦sta es la norma entre los bastidores de la que orgullosamente se define como la mayor fiesta popular del planeta, que en R¨ªo tambi¨¦n es una industria que emplea a miles de personas.
El incendio evidencia de forma dolorosa la desigualdad que atraviesa a los protagonistas del carnaval carioca. Las 12 principales escuelas de samba (las comparsas que desfilan en el Samb¨®dromo) cuentan con abultados presupuestos y desde hace a?os con un recinto exclusivo para fabricar sus carrozas y disfraces: la Cidade do Samba es una especie de moderno pol¨ªgono industrial con gigantescos almacenes donde s¨ª hay ciertas medidas de seguridad y algo m¨¢s de dignidad para los trabajadores.
Pero en R¨ªo hay cientos de escuelas de samba, mucho m¨¢s humildes, que durante meses se preparan para el carnaval en pabellones casi en ruinas o en f¨¢bricas que inspiran poca confianza, como la que ardi¨® esta ma?ana. Las de la Serie Ouro (el equivalente a una segunda divisi¨®n), entre las que se incluyen las afectadas por el incendio, reclaman desde hace tiempo al poder p¨²blico la construcci¨®n de instalaciones adecuadas para producir la fiesta.
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