No faltan mujeres l¨ªderes. Faltan mujeres en posiciones de liderazgo

Banco do Brasil, GM y Waze tienen mujeres l¨ªderes. Es altamente probable que M¨¦xico, por primera vez en su historia, tenga una mujer presidenta. En otros frentes tambi¨¦n hay buenos indicadores. Las mujeres en Am¨¦rica Latina y el Caribe son hoy m¨¢s educadas que los hombres. Entre 2000 y 2019, su participaci¨®n laboral ha aumentado de 55% a 63%, aunque todav¨ªa es insuficiente para cerrar la brecha frente a los hombres.

Somos un ejemplo de liderazgo femenino. Estamos a la cabeza de dos vicepresidencias del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y tenemos bajo nuestra responsabilidad las ¨¢reas operativas y de conocimiento t¨¦cnico. La mitad de los empleados en nuestras vicepresidencias son mujeres.

En el D¨ªa Internacional de la Mujer, hay una tendencia de celebrar a las mujeres l¨ªderes. Esto es importante, pero es una mirada parcializada. Debemos preguntarnos por qu¨¦ muchas no llegan a ocupar cargos altos, a pesar de sus logros educativos. Faltan m¨¢s mujeres en posiciones de liderazgo.

Las brechas de g¨¦nero en posiciones de liderazgo se ven en todos los niveles de nuestra regi¨®n, desde la baja representatividad en gobiernos (solo 25% de los puestos ministeriales) hasta las sillas en las juntas directivas de empresas (20% de las sillas). Las instituciones multilaterales donde trabajamos no son la excepci¨®n. Datos del BID, el Banco Mundial, y el Fondo Monetario Internacional indican que los tres organismos est¨¢n por debajo del 30% de representaci¨®n femenina en sus directorios.

Otras mujeres ejercen un liderazgo silencioso, sin el debido reconocimiento social o econ¨®mico. Nos referimos a la mujer que conduce un puesto en el mercado local, que negocia con proveedores y mantiene el registro contable. En nuestra regi¨®n, hay m¨¢s de 560.000 MiPymes lideradas por mujeres. Ellas tienen dificultades para conseguir financiamiento e integrarse en cadenas de valor. Un estudio en Chile revel¨® que las solicitudes de cr¨¦dito de mujeres, en condiciones equivalentes a las de los hombres, ten¨ªan un 18,3% menos de probabilidades de ser aprobadas que las solicitudes de los hombres, en gran parte debido a decisiones sesgadas o prejuiciosas de ejecutivos, particularmente masculinos, y no por tener un mayor riesgo de no cumplir con los pagos.

Estos ejemplos y la evidencia estad¨ªstica de muchos estudios lo dicen claramente: persisten obst¨¢culos para que las mujeres lleguen a posiciones de liderazgo, pese a contar con las calificaciones necesarias. Debemos poner en marcha pol¨ªticas para cerrar la brecha de liderazgo.

Una soluci¨®n utilizada son las cuotas de representaci¨®n. Adoptadas por primera vez en Noruega, las cuotas se han usado para ampliar la participaci¨®n de mujeres en mesas directivas en Colombia, Costa Rica, Per¨², Chile, M¨¦xico y Panam¨¢, entre otros. Han sido efectivas al inicio, pero investigaciones del BID encuentran que la paridad se reduce de manera significativa para los puestos ejecutivos m¨¢s altos. La carga desigual en el cuidado y el trabajo dom¨¦stico, la carencia de servicios de cuidado infantil y las normas sociales son obst¨¢culos para la progresi¨®n laboral de las mujeres.

Ampliar los servicios de cuidado infantil ha probado ser efectivo. En M¨¦xico, un servicio de cuidado para madres trabajadoras con hijos de 0 a 3 a?os aument¨® en 4,5 puntos porcentuales su participaci¨®n laboral. Seg¨²n un estudio en 15 pa¨ªses de la regi¨®n, las licencias de maternidad y paternidad, al promover una mejor distribuci¨®n de las cargas de cuidado y aumentar el compromiso de los hombres con el cuidado de sus hijos, contribuyen a incrementar la participaci¨®n laboral femenina y reducen brechas de g¨¦nero en ingresos.

Otra soluci¨®n es que las mujeres reciban financiamiento con puntuaci¨®n crediticia y m¨¦todos de financiaci¨®n innovadores. En Chile, la plataforma de procuradur¨ªa p¨²blica ChileCompra brind¨® certificaci¨®n, entrenamiento, y mentor¨ªa a empresas en manos de mujeres, y favoreci¨® su participaci¨®n y experiencia en procesos de compras p¨²blicas.

Invertir en pol¨ªticas que promuevan el liderazgo femenino no es un juego de suma cero, donde las mujeres ganan, y los hombres pierden. Al excluir a las mujeres de oportunidades, la sociedad est¨¢ desaprovechando su potencial. Perdemos las mujeres y pierden los pa¨ªses. Un estudio elaborado por el BID demostr¨® que, en Brasil, las ciudades que tuvieron a una mujer alcaldesa reportaron menos muertes durante el primer a?o de la pandemia de COVID-19.

Es notable el logro de mujeres l¨ªderes, ya que ser mujer l¨ªder es dif¨ªcil. A menudo estamos sujetas a m¨¢s escrutinio para validar nuestros ascensos, una especie de micromachismo que las mujeres enfrentamos a diario.

Las mujeres aportamos tanto y podemos aportar mucho m¨¢s. Necesitamos l¨ªderes hombres y mujeres que hagan el esfuerzo adicional para remover los obst¨¢culos que impiden aprovechar todo el potencial de las mujeres. Necesitamos gobiernos que inviertan en las ni?as, los sistemas de cuidado y la educaci¨®n para que todos tengamos las mismas oportunidades.