Maduro, una pu?alada a la izquierda
La radicalizaci¨®n autoritaria del Gobierno de Maduro provoca una angustia creciente en la izquierda latinoamericana y mundial
Es dif¨ªcil encontrar una expresi¨®n m¨¢s elocuente de la angustia que provoca la radicalizaci¨®n autoritaria del gobierno de Nicol¨¢s Maduro en la izquierda internacional que el enf¨¢tico reclamo que Cristina Kirchner lanz¨® el s¨¢bado pasado desde M¨¦xico: ¡°En nombre del propio legado de Hugo Ch¨¢vez, por favor, muestren las actas de la elecci¨®n¡±. Esa s¨²plica cobija mucho m¨¢s que una demanda de correcci¨®n institucional. Deja traslucir una demanda compartida por muchos dirigentes que han simpatizado con el chavismo. Algo as¨ª como un ¡°no nos sigan haciendo esto¡±, dirigido a los jerarcas del r¨¦gimen venezolano. En las palabras de la expresidenta argentina est¨¢ impl¨ªcito el costo que est¨¢n pagando frente a sus propios rivales, en cada pa¨ªs, quienes fueron aliados de Ch¨¢vez. Lo que en Venezuela se est¨¢ hundiendo en una degradaci¨®n abominable fue para muchas fuerzas pol¨ªticas un experimento promisorio: el renacimiento, en la inesperada geograf¨ªa del Caribe, de un socialismo que parec¨ªa haber sido cancelado para siempre con la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn. Esto es lo que vieron en la aventura bolivariana muchos dirigentes latinoamericanos. Es lo que vieron tambi¨¦n muchos militantes europeos.
El pedido de la se?ora de Kirchner fue muy estilizado. Porque a estas alturas, lo que debe hacer la nomenklatura venezolana ya no es mostrar las actas. Debe dejar de reprimir a la dirigencia opositora, sometida a detenciones arbitrarias y una peligrosa agresividad ret¨®rica. Cuando Luiz Inacio Lula da Silva, Gustavo Petro y Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, antiguos amigos de Maduro, estaban solicitando que se realice un escrutinio aceptable de los comicios, la respuesta del chavismo fue acentuar sus rasgos totalitarios. Lula, Petro y AMLO quedaron ya sin margen para un discurso negociador. La ilegitimidad de Maduro ya no proviene de la falta de transparencia electoral. Ahora tiene su ra¨ªz en la violencia del gobierno contra cualquier expresi¨®n de disidencia.
Los hechos tomaron un curso que fortalece la postura de los gobiernos m¨¢s hostiles al chavismo. La Argentina, Panam¨¢, Uruguay, Per¨², Ecuador y Costa Rica reconocieron a Eduardo Gonz¨¢lez Urrutia como el vencedor electoral del 28 de julio. Igual que los Estados Unidos. El domingo la Uni¨®n Europea, a trav¨¦s de un pronunciamiento de su canciller, Josep Borrell, tambi¨¦n identific¨® a Gonz¨¢lez Urrutia como vencedor. Borrell reclam¨® que cesen los ataques a la libertad de expresi¨®n y las detenciones ilegales. El ¨²ltimo p¨¢rrafo de la declaraci¨®n es significativo: afirma que s¨®lo respetando la voluntad del electorado venezolano ¡°se restaurar¨¢ la democracia¡±. Para Europa la venezolana es una autocracia.
Borrell emiti¨® su declaraci¨®n despu¨¦s de que, el s¨¢bado, los presidentes y jefes de gobierno de Alemania, Francia, Espa?a, Italia, los Pa¨ªses Bajos, Polonia y Portugal pidieron que se haga p¨²blica la documentaci¨®n de los comicios y que cesen los ataques a la oposici¨®n. Borrell dio un paso m¨¢s: dijo que, seg¨²n la informaci¨®n suministrada por las fuerzas contrarias a Maduro, en coincidencia con organizaciones independientes, el ganador habr¨ªa sido Gonz¨¢lez Urrutia. El dictador le respondi¨® de inmediato, acus¨¢ndolo de ¡°haber llevado a Ucrania a una guerra y ahora lavarse las manos¡±. Ins¨®lito homenaje a Vladimir Putin. Eso s¨ª: sobre las elecciones venezolanas, ni una palabra.
El chavismo est¨¢ expuesto en esta oportunidad a circunstancias in¨¦ditas. Sus opositores se unificaron detr¨¢s de una sola candidatura. Las proscripciones del r¨¦gimen no derivaron en convocatorias a la abstenci¨®n, como en otras ocasiones. Adem¨¢s, los comicios fueron fiscalizados por los rivales de Maduro. Lo habitual en procesos anteriores hab¨ªa sido un d¨¦ficit enorme de control sobre el voto. El gobierno se las ingeniaba para intimidar a quienes quisieran desempe?arse como ¡°testigos¡±, que es el nombre de quienes supervisan la elecci¨®n en nombre de cada fuerza en competencia. Esta vez fue distinto. Hubo una tendencia masiva a participar en la fiscalizaci¨®n del sufragio. Es una novedad relevante, porque gracias a ella los seguidores de Gonz¨¢lez Urrutia pudieron relevar los resultados del 80% de las mesas. Y ese resultado indica, como consigna Borrell, que Maduro fue derrotado.
La vida p¨²blica venezolana ingres¨® en un callej¨®n sin salida. El r¨¦gimen decidi¨® robarse la elecci¨®n y respaldar ese fraude con m¨¦todos violentos. Lula, Petro, AMLO, el propio Gabriel Boric, que siempre fue cr¨ªtico del chavismo, quedaron descolocados. Ellos podr¨ªan recurrir a China y Rusia para contener la inercia dictatorial de Maduro. Pero a los rusos y los chinos esa desviaci¨®n les interesa poco. Les conviene una Venezuela m¨¢s aislada y, por lo tanto, m¨¢s dependiente. Si se conf¨ªa en la denuncia de Volodomir Zelensky, el juego de Putin ser¨ªa el menos conciliador: el presidente de Ucrania denunci¨® la participaci¨®n de mercenarios del comando Wagner, participando de la represi¨®n en el Caribe.
La encerrona para Lula, Petro, AMLO y Boric es comprensible. Una inclinaci¨®n ancestral antinorteamericana les impide quedar asociados a las posiciones de Washington. Pero lo m¨¢s importante es que el agravamiento de la pesadilla venezolana fortalece del discurso antichavista de sus opositores internos, que se alinean con el bloque de pa¨ªses que dictaminaron la victoria de Gonz¨¢lez Urrutia. Estas prevenciones tender¨ªan a volverse m¨¢s inquietantes si en la impredecible elecci¨®n presidencial de los Estados Unidos termina ganando Donald Trump. Frente a ese resultado, el endurecimiento del r¨¦gimen chavista ofrecer¨ªa una oportunidad para una presencia m¨¢s visible de Washington en la regi¨®n. No debe olvidarse que, en su momento, Trump imagin¨® una invasi¨®n multinacional sobre Venezuela. Era otro Trump. Era otro mundo.
La tragedia venezolana sirve como excusa para otros movimientos diplom¨¢ticos. Lula da Silva, por ejemplo, acept¨® hacerse cargo de los intereses argentinos en Caracas. La embajada de la Argentina era la ¨²nica que cobijaba refugiados pol¨ªticos. Y Javier Milei estuvo entre los primeros jefes de Estado que desconocieron el resultado comunicado por el ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino L¨®pez. Obligada a retirar al personal diplom¨¢tico de Venezuela, la canciller¨ªa argentina solicit¨® a Brasil que asuma la responsabilidad por los asuntos del pa¨ªs. Se repet¨ªa lo ocurrido en 1982, durante la guerra con el Reino Unidos por las Islas Malvinas: tambi¨¦n los brasile?os representaron a la Argentina en Londres.
Sin embargo, en este caso, hubo un entrevero de los que caracterizan a diario al gobierno de Milei. Apenas Lula acept¨® la propuesta, Milei reprodujo un mensaje publicado en la red X insultando al presidente de Brasil, igual que a Petro y AMLO, por ser tolerantes con Maduro. Al d¨ªa siguiente, el jueves por la ma?ana, Milei emiti¨® un largo comunicado agradeciendo a Brasil por su solidaridad. Un detalle significativo: Mar¨ªa Corina Machado tambi¨¦n aplaudi¨® a Brasil, lo que demuestra que ese pa¨ªs mantiene una l¨ªnea abierta con el r¨¦gimen y con sus rivales.
El gesto demuestra el inter¨¦s brasile?o en coordinarse con la Argentina, a pesar de la enemistad de los dos presidentes. La agenda bilateral es muy densa, e incluye la negociaci¨®n con la Uni¨®n Europea para que se establezca el Tratado de Libre Comercio con Mercosur. Es un acuerdo cada vez m¨¢s relevante para el ajedrez global por una raz¨®n sencilla: China est¨¢ ofreciendo a ese bloque un acuerdo del mismo tipo. Una presi¨®n que acaso rompa el bloqueo que ejerce sobre esa transacci¨®n el proteccionismo agr¨ªcola franc¨¦s. Derivaciones misteriosas que llegan desde el Caribe hasta el R¨ªo de la Plata.
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