El derecho a elegir de los venezolanos

Para muchos de los espa?oles que me leen, la Transici¨®n no es un recuerdo distante, sino una memoria fresca. Despu¨¦s de casi 50 a?os, la democracia espa?ola ¨Dcomo todas¨D ha tenido aciertos y errores. Momentos de mucha luz y circunstancias dif¨ªciles. Pero ese tesoro, el derecho de la gente a elegir su futuro, es el mayor patrimonio de los espa?oles.

Esa es, precisamente, la bandera que nos mueve cada d¨ªa desde que asumimos la candidatura presidencial de las fuerzas democr¨¢ticas: el derecho de los venezolanos a elegir su futuro. Y el pueblo habl¨® claramente el pasado 28 de julio: una Venezuela justa, libre, plural y democr¨¢tica es hoy la causa en torno a la cual estamos unidos. Venezuela ya no es un pa¨ªs polarizado, como lo fue en otros tiempos de nuestra historia reciente. En todas las regiones, en todas las clases sociales, en todas las profesiones y creencias, se hizo evidente el deseo de los venezolanos de que las cosas cambien. El 28 de julio tambi¨¦n ratificamos que queremos vivir en paz: en el futuro con el que so?amos la paz es nuestra casa, la democracia es la puerta para llegar a ella y el voto es la llave para abrirla. Ahora tenemos la tarea a¨²n m¨¢s grande de articularnos para lograrlo: pueblo, dirigencia y la comunidad internacional remando en una misma direcci¨®n para que nuestra victoria en las urnas se convierta en una realidad concreta.

Ante esta realidad inocultable, hay sectores del Gobierno que quieren llevar al pa¨ªs por un camino distinto. En la noche de las elecciones, el Consejo Nacional Electoral anunci¨® unos resultados que dos semanas despu¨¦s no se han podido verificar. A la sombra de una mentira, el pueblo ha sido v¨ªctima de una arremetida violenta por parte de fuerzas represivas al servicio de quienes pretenden ignorar lo que se siente en la calle y que reposa en las urnas. Fuera de Venezuela, todo tipo de actores han puesto en duda la integridad de los resultados anunciados: desde la Uni¨®n Europea y pa¨ªses hermanos de la regi¨®n como Brasil y Colombia, hasta organizaciones que fueron invitadas a observar el proceso electoral como el Centro Carter.

Frente a eso, desde el Comando con Venezuela articulamos una labor tit¨¢nica de defensa del voto en la que participaron cientos de miles de venezolanas y venezolanos dispuestos a arriesgar sus vidas, sus familias y su futuro para proteger el mandato de las urnas. Esta labor nos permiti¨® recopilar y publicar la gran mayor¨ªa de las actas de votaci¨®n que respaldan nuestra victoria. Cualquier persona en el pa¨ªs y alrededor del mundo puede verificar los resultados y ver las actas individuales de cada mesa de votaci¨®n en este link.

El principio que nos gu¨ªa en este dif¨ªcil momento es el respeto a la soberan¨ªa popular. Y la exigencia para hacer cumplir la voz del soberano es sencilla: queremos que el Consejo Nacional Electoral permita la verificaci¨®n de los resultados a trav¨¦s de la publicaci¨®n, revisi¨®n y comprobaci¨®n de las actas en cada mesa electoral del pa¨ªs. El acompa?amiento de la comunidad internacional en este proceso ser¨ªa fundamental para garantizar el debido cumplimiento de nuestra Constituci¨®n y de la Ley Org¨¢nica de Procesos Electorales.

Desde esta esquina, ratificamos nuestro compromiso a hablar y negociar con quien sea necesario para avanzar hacia una nueva democracia donde quepamos todos los venezolanos. Y lo hacemos en defensa de cada voto emitido el 28 de julio. Porque detr¨¢s de cada uno de esos votos se esconde la esperanza de una familia por reunirse, el anhelo de un abuelo por poder ver a sus nietos, el sue?o de un joven de progresar en la tierra que lo vio nacer y la convicci¨®n de que los venezolanos estamos preparados espiritualmente para tener una democracia donde no existan los enemigos.

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