La covid-19: costoso retroceso en los avances de la mujer latinoamericana
Las mujeres han sido el soporte silencioso de la crisis y tambi¨¦n las m¨¢s afectadas en t¨¦rminos de empleo e ingresos
Con poco para celebrar. As¨ª se avecina el pr¨®ximo 8 de marzo, D¨ªa Internacional de la Mujer. Sin regalos, sin ¡°feliz d¨ªa¡±, sin festejos. A casi un a?o de la declaraci¨®n de la pandemia en varios pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, el confinamiento impuesto para mitigarla signific¨® el retroceso en muchos de los logros obtenidos en materia de g¨¦nero en los ¨²ltimos a?os. Y los datos confirman lo peor: la covid-19 se ensa?a con las m¨¢s vulnerables de la regi¨®n.
De acuerdo con encuestas realizadas por el Banco Mundial en 13 pa¨ªses de la regi¨®n, al inicio de la crisis, las trabajadoras ten¨ªan un 44% m¨¢s de probabilidades que los hombres de perder sus trabajos. Y a medida que los trabajadores temporalmente desempleados han comenzado a reincorporarse al mercado laboral, la p¨¦rdida de puestos de trabajo persisti¨® m¨¢s entre las mujeres: el 21% de las mujeres ocupadas antes de la pandemia reporta haber pedido su trabajo.
Ximena del Carpio, gerente de la Pr¨¢ctica de Pobreza y Equidad para Am¨¦rica Latina y el Caribe del Banco Mundial, brinda asesoramiento sobre pol¨ªticas p¨²blicas a varios Gobiernos. En esta entrevista explica al alcance del impacto de la pandemia en las mujeres trabajadoras.
Pregunta. ?Por qu¨¦ la pandemia ha afectado m¨¢s a las mujeres?
Respuesta. Empezar¨¦ citando un n¨²mero importante. La ca¨ªda en participaci¨®n laboral femenina tiene un alto costo para los pa¨ªses de la regi¨®n. Un estudio del Banco Mundial estima que mantener las brechas de g¨¦nero en la participaci¨®n laboral y la educaci¨®n podr¨ªa costarle a Am¨¦rica Latina y el Caribe en promedio cerca del 14% del PIB per c¨¢pita en las pr¨®ximas tres d¨¦cadas. A¨²n antes de la pandemia, hab¨ªa progreso por hacer. Solo la mitad de las mujeres en edad de trabajar participaba del mercado laboral (53%), comparado con el 77% de los hombres de la poblaci¨®n activa. La pandemia ha exacerbado las p¨¦rdidas de empleo para todos, pero sobre todo en las mujeres, y el reciente estudio del Banco as¨ª lo afirma.
Las razones de este deterioro son al menos tres. Primero, las mujeres suelen trabajar en sectores que han sido afectados por la pandemia debido a la necesidad de restringir las actividades cara a cara, como el comercio, y en ocupaciones que no se prestan f¨¢cilmente al teletrabajo. Segundo, existe una proporci¨®n alta de mujeres trabajando por cuenta propia y en el sector informal, es decir, en condiciones de trabajo vulnerables y que tampoco se prestan al trabajo remoto. Tercero, las normas sociales de la regi¨®n, que todav¨ªa ponen a la mujer en el centro de las labores del hogar, las cuales han aumentado con el cierre de las escuelas y el cuidado de otros miembros familiares a costa del tiempo dedicado a otras actividades.
P. ?C¨®mo se pueden dimensionar estos datos?
R. La mejor forma es ¡°humanizando¡± las estad¨ªsticas de empleo femenino, observando al interior de los hogares para entender c¨®mo se reparten las tareas matutinas entre hombres y mujeres. Por ejemplo, en Chile, cuya situaci¨®n no dista de lo que ocurre en la regi¨®n y en el mundo, ya en tiempos de prepandemia las mujeres dedicaban en promedio tres horas m¨¢s al d¨ªa que los hombres a tareas dom¨¦sticas y de cuidado. Si a eso sumamos las cuarentenas, el teletrabajo, los cierres de guarder¨ªas y colegios y las necesidades de cuidado que ello acarrea, no es sorpresa que la pandemia tenga a las mujeres en la cuerda floja. Una mayor proporci¨®n de mujeres chilenas que no trabaja reporta que no lo hace porque necesita tiempo para cuidar a los hijos o a familiares enfermos (9%, comparado a 0,7% hombres), seg¨²n la Encuesta de Monitoreo Frecuente. Por su parte, las encuestas de opini¨®n en Chile respaldan estos hallazgos: para el 52% de las mujeres que teletrabajan durante la pandemia, el aspecto que m¨¢s dificulta su labor es hacerlo compatible con las tareas del hogar. En tanto, las tareas de cuidado son mencionadas como una de las limitaciones para regresar al mundo laboral.
P.?Ha habido alg¨²n avance en materia de inclusi¨®n laboral de las mujeres?
R. La pandemia ha golpeado a muchos negocios, particularmente a aquellos encabezados por mujeres, sin embargo, el choque parece estar motivando a estos negocios con mujeres a la cabeza a moverse hacia soluciones digitales. Resultados preliminares de un estudio global del Banco Mundial (usando datos de las encuestas de pulso empresarial relativas a la covid-19) acerca del impacto diferencial de g¨¦nero de la pandemia sobre los emprendimientos muestra que los negocios liderados por mujeres, en promedio, tienen una mayor probabilidad de usar tecnolog¨ªa digital.
P. ?C¨®mo se pueden modificar normas sociales que muchas veces son una barrera para la integraci¨®n laboral de las mujeres?
R. Un ¨¢rea donde se puede impulsar cambios es en la econom¨ªa del cuidado. Establecer licencias de paternidad es una de las formas para empezar esta transformaci¨®n. Si bien es dif¨ªcil establecer la causalidad, la correlaci¨®n entre la licencia por paternidad y la participaci¨®n laboral femenina muestra que, en los pa¨ªses donde los padres tienen la posibilidad de cuidar a los ni?os despu¨¦s del nacimiento -como en el caso de Espa?a-, las tasas de participaci¨®n femenina en la fuerza laboral y empleo femenino son, en promedio, m¨¢s altas. Sin embargo, contar con esas leyes no garantiza que los hombres har¨¢n uso de las licencias. Peque?os ajustes como reservar periodos espec¨ªficos de licencia para los padres, aumentar la flexibilidad de dichas licencias o promover los beneficios de este tipo de permisos entre la poblaci¨®n, pueden influir en el comportamiento y cambiar las normas de g¨¦nero hacia los roles tradicionales.
P. ?Qu¨¦ pueden hacer los Gobiernos para que las mujeres sean incluidas en los planes de recuperaci¨®n?
R. Primero, debemos enfatizar la importancia de que las mujeres sean incluidas en los procesos de planificaci¨®n y toma de decisiones. Esto es clave para la econom¨ªa, la sociedad y las familias. Segundo, se deben impulsar pol¨ªticas que ayuden a promover la equidad de g¨¦nero de forma sostenible. Un caso concreto, por ejemplo, es aliviar el incremento en responsabilidades del hogar que recae sobre las mujeres y evitar que este incremento sea permanente. Tambi¨¦n se pueden garantizar o extender los servicios alternativos de cuidado a menores y otros miembros del hogar. Por otro lado, al momento de reactivar las econom¨ªas debe tenerse en cuenta las barreras que enfrentan las mujeres en el mercado laboral. Una parte de esto es crear oportunidades para que las mujeres puedan participar satisfactoriamente y empezar negocios en sectores y profesiones tradicionalmente masculinas.
En este sentido, el Banco Mundial provee an¨¢lisis de g¨¦nero y datos desagregados por sexo para contribuir en el dise?o de los programas y pol¨ªticas destinados a responder a la crisis. Por ejemplo, en Per¨², el Banco puso a disposici¨®n datos y evidencia para asesorar en el dise?o de programas de est¨ªmulo fiscal con un ¨¢ngulo de g¨¦nero, de tal modo que las mujeres puedan acceder a apoyo financiero (por ejemplo, en forma de transferencias condicionadas) y hacer uso efectivo de los recursos. Tambi¨¦n est¨¢ apoyando programas dirigidos a promover la igualdad de g¨¦nero en otras ¨¢reas, como en el caso de Honduras. En Brasil, M¨¦xico y Uruguay, acompa?amos planes y estrategias para terminar con la violencia de g¨¦nero en sus muchas formas, y con las brechas en materia de educaci¨®n y formaci¨®n profesional.
Mar¨ªa Victoria Ojea es productora online del Banco Mundial
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