Claves para abordar el alto costo de la inseguridad alimentaria en Am¨¦rica Latina
M¨¢s de 133 millones de latinoamericanos no pueden pagar una dieta saludable. Es un reto disminuir esta cifra tomando en cuenta que la regi¨®n tiene los costos m¨¢s altos para una ingesta diaria saludable: 4,08 d¨®lares diarios por persona, por encima del promedio mundial de 3,66 d¨®lares
En Am¨¦rica Latina y el Caribe, m¨¢s de 43 millones de personas padecieron hambre en 2022, seg¨²n la FAO. Esto significa que pasaron d¨ªas sin comer hasta el punto de sufrir enfermedades o molestias f¨ªsicas por falta de alimentos.
Pero el problema no tiene que ver ¨²nicamente con la poblaci¨®n que sufre hambre en extremo. Tambi¨¦n con aquella que est¨¢ en situaci¨®n de inseguridad alimentaria: personas que tienen acceso a alimentos, pero se ven en la obligaci¨®n de reducirlos en cantidad o en calidad y, en consecuencia, se saltan comidas y no tienen dietas saludables.
En la regi¨®n, muchas personas han perdido capacidad de acceso a los alimentos en la ¨²ltima d¨¦cada. Entre el 2014 y el 2016, el 27% de la poblaci¨®n de la regi¨®n experiment¨® inseguridad alimentaria de moderada a severa. Ya en 2020 y 2021, esa cifra aument¨® al 39% y 40%, respectivamente. Aunque en 2022, el porcentaje disminuy¨® a 37,5%, la regi¨®n sigue estando solo por debajo de ?frica (60,9%) y por encima del promedio mundial (30%), de acuerdo con el informe m¨¢s reciente de Naciones Unidas sobre seguridad alimentaria en el mundo.
Menos alimentos sobre la mesa o el consumo mayoritario de alimentos poco saludables se traducen tambi¨¦n en que Am¨¦rica Latina y el Caribe tenga a cuestas una doble carga de malnutrici¨®n: por un lado, la desnutrici¨®n y, en la otra cara de la moneda, el sobrepeso y la obesidad, que afecta hasta el 62,5% de la poblaci¨®n regional, seg¨²n la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud.
M¨¢s de 133 millones de latinoamericanos no pueden pagar una dieta saludable. Es un reto disminuir esta cifra tomando en cuenta que la regi¨®n tiene los costos m¨¢s altos para una ingesta diaria de alimentos nutritivos: 4,08 d¨®lares diarios por persona, mientras que el promedio mundial es de 3,66 d¨®lares, destaca la FAO.
¡°Las consecuencias de la inseguridad alimentaria son de gran alcance, impactando no solo la salud, sino tambi¨¦n el bienestar general. El acceso inadecuado a alimentos nutritivos socava la capacidad de las personas para participar plenamente en actividades econ¨®micas y sociales, perpetuando as¨ª los ciclos de pobreza y marginaci¨®n¡±, se?ala Diego Arias, gerente de pr¨¢ctica en el ¨¢rea de Agricultura y Alimentaci¨®n del Banco Mundial para la regi¨®n.
Cuatro dimensiones para encarar la seguridad alimentaria
Para abordar la inseguridad alimentaria de manera efectiva, explica el experto, es crucial reconocer su naturaleza multifac¨¦tica y atajarla con un enfoque integral desde cuatro dimensiones principales:
- La disponibilidad f¨ªsica de los alimentos: que haya suficiente producci¨®n y oferta.
- El acceso econ¨®mico y f¨ªsico a los alimentos, que se relaciona con las pol¨ªticas enfocadas en ingresos, gastos, mercados y precios para asegurar que los hogares puedan obtener alimentos.
- La utilizaci¨®n de los alimentos: uso adecuado de los nutrientes, diversidad diet¨¦tica y distribuci¨®n equitativa dentro del hogar.
- La estabilidad en el tiempo de las tres dimensiones anteriores para que haya un acceso continuo a los alimentos, aunque se presenten crisis como fen¨®menos clim¨¢ticos extremos, inestabilidad pol¨ªtica y otros factores econ¨®micos.
Los desaf¨ªos alimentarios para la regi¨®n son grandes en un contexto de cambio clim¨¢tico, de altos costos de producci¨®n, de aumento de precios de alimentos, de infraestructura inadecuada, entre otros obst¨¢culos.
En el rol de Am¨¦rica Latina como productora de alimentos (la regi¨®n es la principal exportadora mundial de alimentos) y en su capacidad para proveer servicios ecosist¨¦micos (como la regulaci¨®n del ciclo del agua, el secuestro de carbono, entre otros) tambi¨¦n hay oportunidades para la regi¨®n y para el mundo. Una de las maneras de aprovechar esas oportunidades para apuntar a la seguridad alimentaria es transformar los sistemas alimentarios de la regi¨®n para hacerlos m¨¢s resilientes y alinearlos con pr¨¢cticas m¨¢s sostenibles de los recursos naturales.
¡°La regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe tiene el potencial para superar los desaf¨ªos y transformar su sistema alimentario. Sin embargo, esto requiere una acci¨®n decidida de cada pa¨ªs para reorientar sus pol¨ªticas agropecuarias y aumentar la acci¨®n colaborativa entre gobiernos, sector privado, organizaciones internacionales y la sociedad civil para garantizar que todos los habitantes tengan acceso a una alimentaci¨®n adecuada y nutritiva, tanto en el presente como en el futuro¡±, enfatiza Arias.
Para promover la seguridad alimentaria es clave comprender que la aproximaci¨®n a las soluciones requiere de un engranaje de ¨¢reas como la agricultura, la protecci¨®n social, la salud y disponibilidad de agua y saneamiento.
¡°El Banco Mundial brinda apoyo a los pa¨ªses para ofrecer conocimientos especializados, asesoramiento estrat¨¦gico y recursos financieros esenciales para transformar los sistemas alimentarios, buscando as¨ª reducir la pobreza y promover un desarrollo que sea verde, resiliente e inclusivo. Nuestro apoyo se enfoca en enfrentar la inseguridad alimentaria de manera integral, implementando intervenciones inmediatas como la expansi¨®n de programas de protecci¨®n social, as¨ª como proyectos a largo plazo que fomentan el incremento de la productividad agr¨ªcola y la adopci¨®n de pr¨¢cticas de agricultura clim¨¢ticamente inteligente¡±, explica Arias.
A corto y a largo plazo
A corto plazo, en Hait¨ª se lleva a cabo un proyecto de agricultura resiliente para aumentar la producci¨®n con pr¨¢cticas clim¨¢ticamente inteligentes y mejorar el acceso a alimentos nutritivos. La comunidad participa intensivamente en la mano de obra, hay programas de empleo temporal y fortalecimiento de capacidades. Junto con el Programa Mundial de Alimentos se compran alimentos locales para proporcionar comida a 100.000 estudiantes. Otro ejemplo a corto plazo es el de Dominica, donde se aprob¨® un proyecto de agricultura y resiliencia clim¨¢tica para movilizar r¨¢pidamente los fondos necesarios para que disminuya la inseguridad alimentaria.
A mediano y largo plazo, una buena pr¨¢ctica es la serie de proyectos de competitividad rural en Honduras que, en una primera fase, logr¨® que m¨¢s de 12.000 peque?os productores, 27% de los cuales son mujeres, establecieran alianzas para conseguir m¨¢s de 33 millones de d¨®lares en financiamiento y que sus ventas aumentaran en m¨¢s de 25%. Una segunda fase del proyecto, actualmente en marcha, ha beneficiado a casi 7.000 peque?os agricultores, de los cuales el 32 % son mujeres; el 15 % son j¨®venes y el 10 % pertenecen a comunidades ind¨ªgenas, y ha generado directa e indirectamente 8.880 empleos.
En Bolivia, donde el 20% de la poblaci¨®n padece desnutrici¨®n y un 25% sufre de obesidad, el Banco Mundial apoya un proyecto de innovaci¨®n para aumentar la seguridad alimentaria, acceso al mercado y la adopci¨®n de pr¨¢cticas agr¨ªcolas clim¨¢ticamente inteligentes para casi 128.000 productores. Aproximadamente 1.300 organizaciones rurales acceder¨¢n a capital fijo y asistencia t¨¦cnica para aumentar su producci¨®n, poner a circular m¨¢s alimentos en los mercados locales y adaptarse al cambio clim¨¢tico.
Estos son apenas cuatro ejemplos entre 50 proyectos relacionados a seguridad alimentaria (en las ¨¢reas de agricultura y producci¨®n de alimentos, protecci¨®n social, salud y, agua y saneamiento) que el Banco Mundial est¨¢ apoyando en 14 pa¨ªses de la regi¨®n con m¨¢s de 5.000 millones de d¨®lares invertidos. Otros 11 proyectos se est¨¢n preparando para ayudar a alimentar a los latinoamericanos en el futuro.