Argentina se enreda en una espiral de crisis econ¨®mica y disputas pol¨ªticas
Los mercados castigan esta semana al peso argentino, mientras crece la pelea entre el presidente Alberto Fern¨¢ndez y su vice, Cristina Kirchner, por el rumbo de la econom¨ªa
Los peronistas celebraron este viernes el 48 aniversario de la muerte de Juan Domingo Per¨®n, el fundador del movimiento. Y lo hicieron por separado. Por un lado, el presidente, Alberto Fern¨¢ndez, se sent¨® frente a l¨ªderes sindicales y ministros en la sede de la Confederaci¨®n General del Trabajo, la CGT, en Buenos Aires, un edificio de la d¨¦cada de los cuarenta que es la s¨ªntesis del peronismo. Por el otro, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, la vicepresidenta, que organiz¨® su propio mitin para este s¨¢bado en el conurbano industrial de la capital Argentina, su basti¨®n electoral. La foto de la fractura, que no es nueva, es el ep¨ªlogo pol¨ªtico de una semana donde la econom¨ªa argentina atraves¨® picos de estr¨¦s sin precedentes: el presidente denunci¨® un ¡°golpe de mercado¡± que derrumb¨® el valor del peso frente al d¨®lar en el mercado no oficial y hundi¨® a¨²n m¨¢s el valor de los bonos de la deuda argentina en el mercado internacional.
El lunes, el Banco Central dispuso restricciones al acceso de d¨®lares para el pago de importaciones. Fue un cors¨¦ obligado por la necesidad de reservas para cubrir la disparada del valor de las compras de gas y gasoil en el exterior. Argentina atraviesa una combinaci¨®n fatal de subida del volumen importado, por el invierno y la reactivaci¨®n pos pandemia, y de los precios internacionales de la energ¨ªa. La cuenta se ha disparado y el Central no dispone de los d¨®lares suficientes para saldar la cuenta. ¡°El junio se importaron 2.000 millones de d¨®lares de energ¨ªa y en mayo 1.800¡å, dice Agust¨ªn D¡¯Attellis, director del Banco Central argentino. ¡°Cuando arranc¨® el a?o ten¨ªamos una proyecci¨®n de pagos de 6.000 millones de d¨®lares que estaba en l¨ªnea con las necesidades de la econom¨ªa. Pero con la disparada de los precios, producto de la guerra en Ucrania, esos 6.000 millones fueron 8.000. Hoy tenemos 2.000 millones m¨¢s de gasto en energ¨ªa¡±, explica.
Las medidas anunciadas el lunes por el Banco Central pretenden extender de 90 a 180 d¨ªas el plazo de los importadores para acceder a los d¨®lares al precio oficial, hoy en 125 pesos. ¡°Les dijimos a las empresas que durante ese plazo adicional busquen financiaci¨®n afuera¡±, dice D¡¯Attellis. El ahorro que supone demorar la entrega de d¨®lares a los importadores permitir¨¢ pagar la cuenta de la energ¨ªa, seg¨²n los c¨¢lculos del Gobierno, y sumar reservas. Solo esta semana, el banco emisor compr¨® en el mercado 1.530 millones de d¨®lares que sum¨® a las reservas internacionales. ¡°Eso nos permiti¨® cerrar junio cumpliendo con la meta de acumulaci¨®n de reservas comprometida con el FMI¡± en la refinanciaci¨®n de la deuda firmada en enero, dice D¡¯Attellis. El director del Banco Central dijo adem¨¢s que el Gobierno cumpli¨® en el segundo trimestre con la bajada del d¨¦ficit fiscal y la meta de emisi¨®n monetaria acordadas.
La semana, sin embargo, fue de v¨¦rtigo. El martes, el Tesoro argentino deb¨ªa refinanciar vencimientos por 258.000 millones de pesos (unos 2.000 millones de d¨®lares al cambio oficial) en manos privadas, y se dispararon los rumores de que no habr¨ªa bancos dispuestos a renovar sus bonos. El objetivo, finalmente, se consigui¨®, pero el Gobierno debi¨® pagar tasas del 60% anual, mientras que el 85% de la nueva deuda se contrajo con vencimientos muy cortos, a 2022. ¡°Fue una jornada de mucho estr¨¦s¡±, admiti¨® el director del Banco Central, que acus¨® a economistas de la oposici¨®n de alentar el fantasma de una cesaci¨®n de pagos de la deuda en pesos.¡± Hubo una corrida contra los t¨ªtulos en pesos que estres¨® esa necesidad de renovaci¨®n¡±, dijo D¡¯Attellis. Fue en ese contexto que el presidente, Alberto Fern¨¢ndez, habl¨® de un intento de ¡°golpe de mercado¡±
Sucede que la pol¨ªtica econ¨®mica no tiene demasiado margen para la creatividad. En enero pasado, Argentina se comprometi¨® ante el FMI a reducir su rojo fiscal hasta alcanzar el equilibrio en 2024, a acumular reservas y, sobre todo, a reducir la inflaci¨®n. Dami¨¢n Di Pace, consultor econ¨®mico y director de Focus Market, dice que ese acuerdo, que deb¨ªa generar un golpe de confianza en la econom¨ªa argentina, ha servido de poco. ¡°No logr¨® despejar la incertidumbre en los mercados. Ni el acuerdo con el FMI este a?o ni el acuerdo con los acreedores privados en septiembre de 2020. Los mismos fundamentos por los que necesitabas postergar pagos siguen ah¨ª¡±, dice.
El valor de los bonos argentinos es un ejemplo de ello. ¡°Los bonos a 10 a?os tienen un rendimiento del 48% [con respecto al 100% de su valor nominal] y los de Ucrania, que est¨¢ en guerra, tienen un 37%. El riesgo de Argentina es el de un pa¨ªs en guerra¡±, dice. ¡°Argentina no logro sustentar el refinanciamiento con un contundente equilibrio de su cuadro macroecon¨®mico. Es como ir al banco a pedir que te posterguen los pagos de la tarjeta de cr¨¦dito y seguir gastando. El banco ya no te cree y se sube la tasa¡±, argumenta Di Pace.
Mientras tanto, la inflaci¨®n interanual ya est¨¢ por encima del 60%, con una previsi¨®n para diciembre que supera con comodidad el 70%. Para el director del Banco Central, la guerra en Ucrania est¨¢ detr¨¢s de esta subida por encima del 45% que los t¨¦cnicos proyectaban en enero. ¡°El impacto tiene dos mecanismos. Uno es por el precio de la energ¨ªa, porque somos importadores y nos pega en la acumulaci¨®n de d¨®lares. En el caso de los alimentos, si bien somo exportadores, hay un traslado a precios de las empresas que venden en al exterior¡±, dice D¡¯Attelis.
Visto as¨ª, el problema de fondo de Argentina no difiere mucho del de otros pa¨ªses que hoy ven como suben sus mediciones de IPC, aunque a escalas m¨¢s bajas. Volvemos entonces a los actos para recordar la muerte de Per¨®n, evidencia de la fractura que hoy divide a albertistas, por Alberto Fern¨¢ndez, y kirchneristas, por Cristina Kirchner.
Desde que Argentina firm¨® el acuerdo con el FMI, Kirchner, sus ministros y el partido que la representa, La C¨¢mpora, se convirtieron en opositores dentro del Gobierno. La lucha es cada vez m¨¢s p¨²blica y encarnizada. Esta semana, uno de los l¨ªderes de La C¨¢mpora, Andr¨¦s Larroque, advirti¨® al presidente Fern¨¢ndez que ¡°la fase moderada est¨¢ agotada¡±. Los pol¨ªticos argentinos ya est¨¢n en clave electoral y crece el operativo clamor para que Cristina Kirchner sea candidata a presidente.
Los ataques cruzados en la c¨²pula del poder no hacen m¨¢s que meter ruido en los esfuerzos oficiales por ordenar la econom¨ªa. El mismo D¡¯Attellis, desde el directorio del Banco Central, admite que los empresarios con los que habla sacan el tema de las peleas intestinas en cada conversaci¨®n. ¡°Los cruces entre referentes del propio espacio generan ruido y parte del trabajo es comunicarles a los principales actores econ¨®micos que son rudos t¨ªpicos de la pol¨ªtica econ¨®mica¡±, dice. Para Di Pace, las peleas no hacen m¨¢s que empeorar las cosas. ¡°Alberto Fern¨¢ndez dijo que no se puede vivir con d¨¦ficit fiscal eterno; al otro d¨ªa, la oposici¨®n dentro del oficialismo [el kirchnerismo] dijo que hab¨ªa que llamar subir el salario m¨ªnimo, que es el que determina el valor de todas las pensiones y los planes de ayuda social¡±, se queja.
Las expectativas de una tregua entre Fern¨¢ndez y Kirchner son cada m¨¢s remotas. El binomio presidencial se ataca en actos p¨²blicos cada vez que puede. Este viernes fue el presidente, quien desde la sede de la CGT dijo que ¡°el poder no pasa por ver quien tiene la lapicera [para firmar decretos oficiales], sino por ver quien tiene la capacidad de convencer¡±. Este s¨¢bado llegar¨¢ la respuesta de la Cristina Kirchner.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.