Nadie frena la novena reelecci¨®n de un eterno sindicalista argentino
Armando Cavalieri, al frente del sindicato de empleados de comercio desde hace 36 a?os, se queda con el control de la junta electoral que velar¨¢ por la cita a las urnas en septiembre
La estabilidad de los grandes dirigentes sindicales en Argentina contrasta con los problemas palaciegos de la c¨²pula pol¨ªtica del pa¨ªs. Uno de los gremialistas eternos, Armando Cavalieri, de 86 a?os, comenz¨® a allanar este viernes el camino para su d¨¦cimo mandato consecutivo como secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio, el m¨¢s numeroso del pa¨ªs, con m¨¢s de un mill¨®n de afiliados. De lograrlo, cumplir¨ªa 40 a?os en el cargo. Le disputa el poder un viejo conocido, Ram¨®n Muerza, que ya se enfrent¨® a ¨¦l en 2018 y perdi¨® por un pu?ado de votos en medio de acusaciones de fraude. La elecci¨®n est¨¢ prevista para septiembre, pero Cavalieri parte con una gran ventaja tras haber retenido hoy el control de la junta electoral.
Con un enorme operativo de seguridad, similar al de un partido de f¨²tbol, cerca de 8.000 afiliados se congregaron en el Parque Norte de Buenos Aires para votar a los cinco representantes que velar¨¢n por la elecci¨®n de su secretario general. Por un lado circulaban los partidarios de Cavalieri; por el otro, los de Muerza. Entre ellos, vallas y polic¨ªas.
Ambos hicieron lo posible por convocar al m¨¢ximo n¨²mero posible de simpatizantes porque sab¨ªan que quien obtiene el control de la junta electoral tiene m¨¢s f¨¢cil alzarse con la victoria en el caso de que el resultado sea ajustado y existan sospechas de fraude. Muerza no pudo frenar a Cavaliere. El veterano l¨ªder, vencedor de esta batalla, expres¨® su satisfacci¨®n ante los medios presentes: ¡°Fue un gran encuentro democr¨¢tico donde participaron m¨¢s de 8.000 afiliados y afiliadas, 6.000 por parte de la lista Azul [la que responde a Cavalieri] y cerca de 2.000 de la lista Granate [de Muerza]¡±
Rechazo de la oposici¨®n
Los opositores a Cavalieri sembraron dudas sobre el proceso de votaci¨®n. Muerza denunci¨® que guardias de seguridad que responden al jefe del sindicato pusieron trabas para que muchos afiliados ingresasen en el lugar. ¡°Cavalieri se reuni¨® con [Mauricio] Macri porque quiere de nuevo hacer trampa¡±, advirti¨® Muerza. Este candidato, que hizo carrera sindical en los supermercados Coto, reiter¨® que la elecci¨®n de 2018 no fue transparente.
Cavalieri lleva en el cargo desde 1985 y desde all¨ª, a lo largo de estas cuatro d¨¦cadas, ha visto pasar a once presidentes de Argentina. Como parte de los Gordos, como se conoce en Argentina a los poderosos sindicalistas peronistas, se ha sentado a negociar con todos los jefes de Estado que han gobernado el tiempo suficiente y pretende hacerlo tambi¨¦n con el vencedor de las elecciones presidenciales de 2023.
La tasa de sindicalizaci¨®n de Argentina -de casi el 28%, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo- es muy superior a la de Chile (17,1%), m¨¢s del doble que la de Brasil (13%) y est¨¢ a¨²n lejos de la de otros grandes pa¨ªses de la regi¨®n como Colombia (4,7%).
Gran parte del poder de los sindicatos argentinos viene de la riqueza que han acumulado por controlar un sistema de salud propio del que dependen m¨¢s de 15 millones de argentinos. Ning¨²n Gobierno los quiere tener en contra y con todos negocian fondos para las obras sociales y subidas salariales a cambio de paz social. Comercio, por ser el sindicato m¨¢s numeroso, es tambi¨¦n el que tiene una de las mayores cajas.
El sistema de las obras sociales permite que millones de argentinos accedan a servicios m¨¦dicos, pero a la vez es fuente de numerosas corruptelas y denuncias de enriquecimiento il¨ªcito de los principales sindicalistas, entre ellos tambi¨¦n Cavalieri.
En los a?os setenta, el Sindicato de Empleados de Comercio lo expuls¨® por una denuncia por estafa en un plan de viviendas, pero logr¨® volver y acumul¨® m¨¢s y m¨¢s poder hasta llegar a la secretar¨ªa general. En la d¨¦cada de los noventa, Cavalieri estuvo procesado por amenazas a un periodista que investigaba su abultado patrimonio. La acusaci¨®n m¨¢s reciente es de 2018: fue imputado por el presunto delito de ¡°administraci¨®n fraudulenta¡± de 50 millones de pesos (unos 2,5 millones de d¨®lares al valor de ese momento) en la obra social del gremio, Osecac.
Las denuncias judiciales y las acusaciones p¨²blicas no le han hecho mella: a sus 86 a?os se prepara para volver a ser reelegido.
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