Carlos Gardel, el primer gran ¨ªdolo latinoamericano
El historiador argentino Felipe Pigna narra el encuentro entre el tango y el hijo de una planchadora francesa que se convirti¨® en el cantante m¨¢s c¨¦lebre del ritmo rioplatense
¡°Gardel cada d¨ªa canta mejor¡±. El hombre que cambi¨® el tango para siempre falleci¨® en 1935, pero son muchos los argentinos que suscriben esa afirmaci¨®n, entre ellos el historiador Felipe Pigna, autor de la biograf¨ªa Gardel (Planeta, 2022). ¡°Canta mejor porque lo escuchamos mejor¡±, responde en una entrevista con EL PA?S en Buenos Aires. Pigna recuerda que en los a?os veinte ¡°para escucharlo bien hab¨ªa que estar muy cerca de ¨¦l¡±, ya fuese en teatros o caf¨¦s y las grabaciones que empezaron a realizarse en esa ¨¦poca eran de una calidad muy inferior a las actuales. La conmoci¨®n provocada por la tr¨¢gica muerte en un accidente de avi¨®n del que fue ¡°el primer gran ¨ªdolo latinoamercano¡±, seg¨²n Pigna, y el hecho de que se se mantenga como la mayor figura mundial del tango un siglo despu¨¦s contribuyen a la devoci¨®n popular.
Charles Romuald Gardes, conocido despu¨¦s mundialmente como Carlos Gardel, naci¨® el 11 de diciembre de 1890 en la ciudad francesa de Tolouse. Hijo de Berthe, madre soltera, lleg¨® en sus brazos a Buenos Aires despu¨¦s de cruzar el Atl¨¢ntico en un barco de vapor cuando era un beb¨¦ de dos a?os. Ya desde muy peque?o el futuro Zorzal ¡°se acostaba y se despertaba cantando, tomaba un palo de escoba a modo de guitarra y repet¨ªa las canciones y melod¨ªas que escuchaba¡±, escribe Pigna en su biograf¨ªa. A los 11 o 12 a?os se ganaba unas monedas cantando en caf¨¦s y recib¨ªa el aplauso de sus oyentes. ¡°Yo voy a ser un gran cantor¡±, le gustaba repetir para disgusto de su madre, que ¡°como la mayor¨ªa de las y los inmigrantes, so?aba con un hijo doctor¡±.
De ni?o y adolescente, Gardel cantaba folclore. No se hab¨ªa cruzado a¨²n con el tango, que crec¨ªa en los bajos fondos, rodeado de la mala fama de sus or¨ªgenes prostibularios y de los ¡°bailes inmorales¡± criticados desde los diarios de la ¨¦poca. ¡°El tango te espera, en alg¨²n momento de la vida te lo encontr¨¢s¡±, dice Pigna, en referencia a una frase que los amantes del ritmo del 2x4 suelen decir a aquellos que se fascinan por primera vez con la m¨¢s internacional de las m¨²sicas argentinas.
¡°La historia del tango est¨¢ muy vinculada a la inmigraci¨®n. Es una m¨²sica muy ecl¨¦ctica con elementos folcl¨®ricos argentinos, tambi¨¦n elementos de la habanera, del tango andaluz, de la m¨²sica italiana. Hay una gran mezcla que refleja como pocas expresiones culturales la fusi¨®n entre lo argentino y lo inmigrante¡±, dice Pigna. Gardel, nacido en Francia y nacionalizado argentino, es ejemplo de ese sincretismo.
¡°El tango viaj¨® a Par¨ªs en 1910, cuando todav¨ªa se bailaba m¨¢s que se cantaba, y triunf¨® en medio de un intenso debate moral sobre lo que ten¨ªa de danza er¨®tica. Hasta el Papa se pronunci¨® contra ese baile. Pero el triunfo en Par¨ªs hizo que la sociedad de Buenos Aires, que siempre mir¨® mucho a Par¨ªs, lo convalidase y las ni?as bien empezaron a tocar tangos al piano¡±, contin¨²a el historiador. ¡°El tango tiene una poes¨ªa tremendamente profunda y filos¨®fica. Las letras dejaron de hablar de cuestiones anecd¨®ticas o ligadas al sexo y pasaron a hablar de todas las cuestiones del ser humano, como el amor, la soledad, la alegr¨ªa, la tristeza, la pregunta de qu¨¦ hacemos ac¨¢, cuestiones que por regla general la m¨²sica popular no se lo plantea¡±, detalla.
La noche m¨¢s feliz
El encuentro de Gardel con el tango, a finales de la primera d¨¦cada del siglo XX, los cambi¨® a los dos para siempre. ¡°Me pregunta cu¨¢l fue el d¨ªa m¨¢s feliz de mi vida. No fue un d¨ªa, fue una noche, la m¨¢s feliz y de la que tengo m¨¢s gratos recuerdos. Fue cuando cant¨¦ mi primer tango de ¨¦xito, el tango que realmente me dio una oportunidad. Con ¨¦l consegu¨ª llamar la atenci¨®n del p¨²blico y de los empresarios. ?Quiere ver la iron¨ªa del t¨ªtulo? Se llamaba Mi noche triste¡±, declar¨® Gardel a una revista brasile?a en 1934.
Desde entonces, no se separaron m¨¢s. El inventor del tango-canci¨®n escribi¨® muy pocas letras, pero compuso de o¨ªdo algunas de las melod¨ªas m¨¢s famosas de este g¨¦nero musical. Por una cabeza es uno de los tangos m¨¢s difundidos en el mundo. Se convirti¨® en un cl¨¢sico por una escena de la pel¨ªcula Perfume de mujer, en la que Al Pacino y Gabrielle Anwar bailan esta bella canci¨®n. La melod¨ªa le surgi¨® de madrugada y ah¨ª llam¨® a su amigo, al m¨²sico Terig Tucci, para pedirle que se levantase de la cama y fuese hacia el piano. ¡°Tom¨¢ nota, Beethoven¡±, le dijo mientras se la silbaba desde el otro del tel¨¦fono.
Triunf¨® en Argentina, Espa?a, Francia, Estados Unidos y en gran parte del continente latinoamericano. ¡°Gardel fue el primer gran ¨ªdolo latinoamericano. En los hoteles y en los aeropuertos lo esperaban miles de personas. Ser¨ªa un rockstar en una ¨¦poca donde no hab¨ªa Instagram ni Youtube y se daba a conocer por su presencia en el cine, en la radio, en las notas. Recib¨ªa unas 15.000 cartas por mes de admiradoras, que no alcanzaba a contestar, y aprendi¨® a escribir con las dos manos para poder autografiar las fotos que repart¨ªa entre sus fans¡±, relata Pigna.
¡°Cuando vuelve de Par¨ªs despu¨¦s de haber cantado en la ?pera y haber actuado en pel¨ªculas francesas ya era Gardel, el argentino triunfante¡±, remarca. A¨²n hoy, en Argentina se usa la frase ¡°es Gardel¡± para referirse a alguien que tiene ¨¦xito.
Amante de la buena mesa y de la noche, recurr¨ªa al gimnasio y a la disciplina para mantener una figura siempre impecable que muchos intentaban imitar. ¡°Gardel, que era un tipo de los sectores populares, termina imponiendo la moda a¨²n en las clases altas, que se vest¨ªan y peinaban como Gardel¡±, agrega.
Pigna asegura que el Morocho del Abasto no estaba interesado en la pol¨ªtica partidaria, pero s¨ª que tuvo siempre presente sus or¨ªgenes humildes. En 1933, en medio de una grave crisis econ¨®mica en Argentina, le propusieron hacer la foto del lanzamiento [de un disco] en alguno de los dos hoteles m¨¢s lujosos de Buenos Aires. ¡°?l los rechaz¨® y eligi¨® fotografiarse en Villa Desocupaci¨®n, un barrio muy pobre¡±, se?ala.
El jueves 28 de marzo de 1935, el Mago inici¨® la que ser¨ªa la ¨²ltima gira de su vida. Puerto Rico, Colombia, La Habana y M¨¦xico eran algunas de las escalas que ten¨ªa previstas. No la termin¨®. El 24 de junio, el cantante de tango muri¨® en el aeropuerto de Medell¨ªn, cuando el avi¨®n en el que se aprestaba a viajar hacia Cali se sali¨® de la pista central y se estrell¨® contra otro.
¡°Gardel es nuestro primer mito popular y esto se vio claramente en la psicosis que provoc¨® su muerte, que incluy¨® intentos de suicidio¡±, escribe Pigna en el pr¨®logo de su libro. ¡°Su velorio en el Luna Park fue multitudinario e incluy¨® horas de tangos con las mejores orquestas, bailarines y cantantes, interminables discursos, centenares de desmayos y decenas de personas hospitalizadas por descompensaciones¡±, contin¨²a. Siguiendo su c¨¦lebre tango Soledad, una caravana interminable lo acompa?¨® al cementerio de Chacarita.
¡°La influencia de Gardel en el tango sigue viva y sus composiciones se escuchan en todo el mundo. Rosal¨ªa en Nueva York cant¨® Volver a capella, en una versi¨®n hermosa, parecida a la de Estrella Morente en la pel¨ªcula de [Pedro] Almod¨®var¡±, se?ala.
El c¨¦lebre cantor conoci¨® en Nueva York al argentino que provocar¨ªa la siguiente revoluci¨®n en tango, a Astor Piazzolla. Lo invit¨® a unirse a la gira latinoamericana en la que encontr¨® su muerte, pero el padre de Piazzolla no lo permiti¨®. ¡°?Te acord¨¢s que me mandaste dos telegramas para que me uniera a ustedes con mi bandone¨®n?¡±, escribi¨® Piazzolla en una carta p¨²blica al cantante en 1978. ¡°Era la primavera del ¡®35 y yo cumpl¨ªa 14 a?os. Los viejos no me dieron permiso y el sindicato tampoco. Charlie, ?me salv¨¦! En vez de tocar el bandone¨®n estar¨ªa tocando el arpa¡±, brome¨®.
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