Sergio Massa se hace con el control de la pol¨ªtica energ¨¦tica en Argentina
El nuevo ministro de Econom¨ªa tiene por delante una subida de tarifas que reduzca el impacto fiscal de los subsidios a la electricidad y el gas
Sergio Massa acumula poder como ministro de Econom¨ªa de Argentina. Tras una semana en el cargo ha logrado finalmente hacerse con el control de la secretar¨ªa de Energ¨ªa, hasta ahora en manos del kirchnerismo. Se trata de un ¨¢rea clave: desde all¨ª sale la mayor parte de los d¨®lares que engordan el d¨¦ficit fiscal y se...
Sergio Massa acumula poder como ministro de Econom¨ªa de Argentina. Tras una semana en el cargo ha logrado finalmente hacerse con el control de la secretar¨ªa de Energ¨ªa, hasta ahora en manos del kirchnerismo. Se trata de un ¨¢rea clave: desde all¨ª sale la mayor parte de los d¨®lares que engordan el d¨¦ficit fiscal y secan las reservas del Banco Central. Durante los primeros cinco meses del a?o, los subsidios que paga el Estado para mantener a raya las facturas hogare?as de electricidad y gas subieron 130% con respecto al mismo per¨ªodo del a?o anterior; las compras de energ¨ªa al exterior, en tanto, costaron al Estado 4.641 millones de d¨®lares. Massa tiene ahora las manos libres para aplicar una quita paulatina de esas ayudas estatales. La forma elegida ha sido una segmentaci¨®n por ingresos, donde los hogares ricos paguen la tarifa completa de la energ¨ªa que consumen.
La segmentaci¨®n no fue un invento de Massa, sino de Mart¨ªn Guzm¨¢n, el ministro de Econom¨ªa que renunci¨® el 2 de julio pasado. Guzm¨¢n choc¨® con la negativa de la secretar¨ªa de Energ¨ªa, que por orden de la vicepresidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, entorpeci¨® todo lo que pudo la aplicaci¨®n del sistema. Derrotado y sin apoyo del presidente, Alberto Fern¨¢ndez, Guzm¨¢n dej¨® el cargo. Su salida provoc¨® un tsunami sobre la maltrecha econom¨ªa argentina. La inflaci¨®n se dispar¨® al 7% mensual, el peso perdi¨® el 40% de su valor frente al d¨®lar en el mercado informal y la sangr¨ªa del Banco Central se aceler¨®. Tras un intento fallido con Silvina Batakis como ministra, Alberto Fern¨¢ndez y Cristina Kirchner abrieron, resignados, la puerta al l¨ªder de la tercera pata de la coalici¨®n, el diputado Sergio Massa.
Massa lleg¨® al Gobierno con atribuciones de superministro. Econom¨ªa absorbi¨® Agricultura y Producci¨®n, pero restaba Energ¨ªa, la cartera que tiene en sus manos cerrar el grifo de la salida de d¨®lares. Durante las ¨²ltimas nueve ruedas, el Banco Central se desprendi¨® de 1.100 millones de d¨®lares, sobre todo para satisfacer la demanda para la importaci¨®n de energ¨ªa y combustibles. El kirchnerismo tom¨® nota de la gravedad de la crisis y opt¨® por el pragmatismo. Este lunes, finalmente, cedi¨®, sus funcionarios presentaron su renuncia y Massa pudo nombrar a su gente. Al frente de la secretar¨ªa estar¨¢ Flavia Roy¨®n, quien ocupaba ese mismo cargo en la provincia de Salta. Roy¨®n responde al gobernador Gustavo S¨¢enz, un aliado de Massa en la estructura del Frente Renovador, el partido del nuevo ministro dentro de la coalici¨®n oficialista Frente de Todos.
La nueva secretaria de Energ¨ªa obtuvo el aval de Cristina Kirchner, que ha silenciado las cr¨ªticas que lanzaba contra el presidente Fern¨¢ndez y su gesti¨®n justo antes de que Argentina caiga al abismo. El pa¨ªs sudamericano vive ahora una tregua en la pelea que termin¨® por dilapidar el poco capital pol¨ªtico que le quedaba al presidente Fern¨¢ndez. El eje del poder pasa ahora por el binomio Kirchner-Massa. Ambos han acordado una pax motivada por la necesidad de encausar la econom¨ªa y dar alguna posibilidad de triunfo, aunque muy lejana, al peronismo en las generales de 2023.
El mi¨¦rcoles pasado, el nuevo ministro de Econom¨ªa se estren¨® con un paquete de medidas en l¨ªnea con el ajuste que el Fondo Monetario Internacional exige a Argentina. El eje del plan es sostener el peso, acumular reservas y reducir dr¨¢sticamente el gasto p¨²blico. ¡°Vamos a cumplir con la meta de 2,5% del d¨¦ficit fiscal [acordada con el FMI y que figura actualmente en el presupuesto]¡±, dijo Massa. Para eso debe empezar por bajar los subsidios a la energ¨ªa, lo que supone un aumento de las tarifas de los hogares. El Gobierno ya hab¨ªa implementado un sistema de segmentaci¨®n por ingresos que quitaba las ayudas a las familias ricas. Massa sum¨® ahora un esquema donde tambi¨¦n pagar¨¢ m¨¢s el que m¨¢s consuma: aquellos que se pasen de los 400 kilovatios perder¨¢n el beneficio, cualquiera sea su nivel de ingresos. El ajuste es a¨²n m¨¢s duro que el que le cost¨® el cargo Guzm¨¢n, v¨ªctima del fuego amigo del kirchnerismo. As¨ª de mal est¨¢n las cosas en Argentina.
La nueva secretaria de Energ¨ªa, Flavia Roy¨®n, tendr¨¢ que definir algunas cuestiones b¨¢sicas. Los usuarios no saben, por ejemplo, si los 400 kilovatios de techo son mensuales o bimestrales, que es la frecuencia con que llegan a los hogares las facturas de luz. En cuanto al gas, no hay por ahora precisi¨®n alguna. Massa, en cualquier caso, tiene la venia de Cristina Kirchner para avanzar con el ajuste al que tanto se opuso, al punto que sus diputados votaron en contra del acuerdo con el FMI en el Congreso. No deber¨ªa sorprender el giro de la expresidenta. La salida silenciosa de los funcionarios kirchneristas permite a Massa acumular poder, pero tambi¨¦n lo condena a asumir el costo pol¨ªtico de un eventual fracaso.
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