El ¡®Cualquiercosismo¡¯ de Milei
Hemos tenido tiempo suficiente como para afirmar que Milei ha venido para acelerar el desorden, para profundizar el desconcierto
Milei es hijo del desorden pol¨ªtico que vive la Argentina en los ¨²ltimos a?os. Es el fruto de un progresivo caos ideol¨®gico, en el que cada d¨ªa resulta m¨¢s dif¨ªcil conocer las diferencias entre los unos y los otros. Sin embargo, el presidente anhela otro estatus: pasar de ser hijo a padre. Es decir, est¨¢ empe?ado en presentarse como el l¨ªder, como el gu¨ªa en este momento hist¨®rico. ?l quiere ser Il Duce.
A tan s¨®lo nueve meses de gobierno, es muy precipitado afirmar si lograr¨¢ consolidar la hegemon¨ªa que tanto persigue. Nos falta tiempo y perspectiva para saber si podr¨¢ hacerlo. Pero, en cambio, s¨ª hemos tenido tiempo suficiente como para afirmar que Milei ha venido para acelerar el desorden, para profundizar el desconcierto.
Lo hace con premeditaci¨®n y alevos¨ªa. Deliberadamente, ¨¦l y sus correligionarios act¨²an en pro de un objetivo muy claro: llevarnos al m¨¢ximo grado del Estado de Confusi¨®n. La desorientaci¨®n debe ser lo suficientemente extrema como para constituir un terreno que nos haga disminuir la conciencia sobre todo lo que nos sucede. Est¨¢ demostrado cient¨ªficamente que, cuanto m¨¢s confuso est¨¢s, m¨¢s se agrava la p¨¦rdida de memoria.
Milei es consciente de que tiene un problema macroecon¨®mico que no sabe c¨®mo resolver. Y tambi¨¦n sabe que sus indicadores microecon¨®micos y sociales son desastrosos. Lo segundo no le importa; lo primero, s¨ª. Prob¨® con sus recetas, y nada. Todo va a peor. Y ahora debe decidir si deval¨²a o no. A sabiendas de que, si lo hace, se le complican unos objetivos, y que, si no lo hace, se le complicar¨¢n otros. Est¨¢ entre la espada y la pared.
Ante la imposibilidad de ganar la batalla econ¨®mica, Milei le da m¨¢xima prioridad a la batalla cultural. Necesita ganarla como sea para compensar su fracaso econ¨®mico. Y para esto requiere m¨¢xima confusi¨®n. Cuanto m¨¢s caos, mejor. Su estrategia tiene un eje central: el cualquiercosismo. O, lo que es lo mismo, decir cualquier cosa. No importan la verdad ni el rigor.
Es como si Joseph Goebbels estuviera de visita por Argentina: poder mentir sin ruborizarse. Lo mismo se afirma que las jubilaciones vuelan en d¨®lares o que las tarifas est¨¢n regaladas. Que la inflaci¨®n heredada estaba en el 17.000% o que la econom¨ªa est¨¢ creciendo a pesar de que el promedio proyectado para el 2024 del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe y el BBVA nos da el peor registro de toda la regi¨®n (-3,2%).
Este cualquiercosismo, sustentado en mentiras e incapacidad, pretende seguir confundiendo con su Manual de Distracciones. Para que hablemos m¨¢s de Lemoine que de las ganancias de los bancos o de las exenciones tributarias a favor de unos multimillonarios; m¨¢s de Conan y Yuyito que de la necesidad de mejorar salarios; m¨¢s de las internas libertarias que de la p¨¦rdida de soberan¨ªa; m¨¢s de las groser¨ªas de Milei que de su proyecto expropiador de recursos naturales.
El objetivo detr¨¢s de este modus operandi es muy cristalino: lograr que la sociedad se aleje cada vez m¨¢s de la pol¨ªtica, que crezca la resignaci¨®n hasta el punto de naturalizar, sin rechistar, el actual Mal Vivir, y que el grado de confusi¨®n sea tan poderoso que nos lleve a creer que no podemos hacer nada para cambiar lo que nos pasa y acabar confiando el futuro a las fuerzas del cielo.
Frente a este marco (el de la confusi¨®n), dir¨ªa Lakoff, hay que construir un marco propio alternativo. La ¨²nica salida es ordenar ideas, valores y propuestas en vez de pensar la Pol¨ªtica en forma de nombres y apellidos.
Alfredo Serrano Mancilla, doctor en Econom¨ªa, director ejecutivo Centro Estrat¨¦gico Latinoamericano de Geopol¨ªtica (CELAG DATA)
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