La cultura que se opuso al legado de la dictadura chilena
El triunfo del movimiento social que ha enterrado la Constituci¨®n de Pinochet es tambi¨¦n la victoria de los artistas que lucharon contra la herencia del r¨¦gimen militar que gobern¨® el pa¨ªs entre 1973 y 1990
La victoria del Apruebo el pasado domingo en Chile es, en parte, una victoria tambi¨¦n para los artistas chilenos que desde hace d¨¦cadas han creado obras pol¨ªticas que denuncian el terrible legado que dej¨® Pinochet. Muchos de ellos apoyaron consistentemente al movimiento social que explot¨® hace un a?o, como el cineasta Hern¨¢n Caffiero ¡ªdirector de la galardonada serie Una historia necesaria, sobre casos de desaparecidos durante la dictadura¡ª, que dirigi¨® la publicidad en televisi¨®n de los movimientos a favor del Apruebo. "Mucha gente nos prest¨® c¨¢maras gratis'', cont¨® hace unas semanas Caffiero a EL PA?S sobre su trabajo para producir conmovedoras propagandas sin un gran presupuesto. ¡°En cambio hubo t¨¦cnicos a los que les ofrecieron trabajar para el Rechazo, les ofrec¨ªan tres veces m¨¢s de lo que nosotros podemos, pero ellos prefirieron trabajar con nosotros.¡±
El movimiento social chileno reconstruy¨® la escena cultural popular dibujando (o mejor, descabezando) estatuas en todo el pa¨ªs, una forma radical y contundente de cuestionar el pasado, como lo ven¨ªan haciendo artistas pl¨¢sticos chilenos como Luis Montes Rojas o Andr¨¦s Dur¨¢n en los museos. El estallido enriqueci¨® enormemente la tradici¨®n de la m¨²sica protesta que alguna vez cantaron V¨ªctor Jara o Violeta Parra y que, en los ¨²ltimos a?os, han continuado raperos como Chill-E (¡°Vengo del Chile, del Chile feo / donde ni?os nacen solo para ser reos¡±) y Portavoz (¡°Vivimos en una sociedad segregada/ y no es casualidad, siempre lo quiso as¨ª la clase acomodada¡±). En octubre pasado los manifestantes retomaron El baile de los que sobran de Los Prisioneros (¡°Nadie nos va a echar de m¨¢s / Nadie nos quiso ayudar de verdad¡±), y la rapera Ana Tijoux trajo en el 2019 Cacerolazo como himno para la protesta (¡°Renuncia Pi?era / Por la alameda es nuestra La Moneda¡±). El grupo de cuatro mujeres Las Tesis denunci¨® la violencia machista del estado en su performance El Violador eres t¨²; el grupo de cantantes Yorka le dedic¨® unos versos a Jara y a Parra con La canci¨®n es protesta (¡°La memoria nos hace valientes¡±); y la famosa cantante Mon Laferte fue a los Grammy de hace un a?o con su pecho pintado con esta frase: ¡°En Chile torturan, violan y matan¡±.
En el cine tambi¨¦n se viv¨ªa el af¨¢n por acabar con el legado de Pinochet. Justo este mes se estrenaba en Chile una pel¨ªcula titulada Matar a Pinochet, de Juan Ignacio Sabatini, sobre el grupo de j¨®venes revolucionarios del Frente Patri¨®tico Manuel Rodr¨ªguez que intent¨® asesinar al General en 1986 (basada en el libro Los Fusileros, de Juan Crist¨®bal Pe?a). Adem¨¢s, a pesar de que las salas de cine estuvieron cerradas, una de las pel¨ªculas m¨¢s vistas en las casas fue la nueva Tengo miedo Torero, de Rodrigo Sep¨²lveda Urz¨²a ¡ªsobre el amor de una mujer travesti en la dictadura¡ª y basada en la novela de Pedro Lemebel con el mismo t¨ªtulo.
Entre otras pel¨ªculas conocidas sobre el legado de Pinochet est¨¢n los m¨²ltiples documentales producidos por Patricio Guzm¨¢n ¡ªun ejemplo conmovedor es Nostalgia de la luz (2010), que tiende puentes entre la hermosa geograf¨ªa del desierto del Atacama y el horror que vivieron los familiares de desaparecidos all¨ª¡ª. Guzm¨¢n, que dej¨® su pa¨ªs despu¨¦s del golpe de Estado en 1973, regres¨® en los ¨²ltimos meses para filmar los d¨ªas anteriores al plebiscito. Otro filme que conmovi¨® al mundo en el 2012 fue la pel¨ªcula de Pablo Larra¨ªn No, en la que Gael Garc¨ªa Bernal interpreta al creativo publicista que trabaj¨® en la campa?a para obligar a Pinochet a terminar su mandato en 1988. Su famoso jingle ¡ª"Chile, la alegr¨ªa ya viene"¡ª ayud¨® a los millones de votantes que votaron contra el dictador.
La alegr¨ªa no lleg¨® del todo: Pinochet se retir¨® del poder ejecutivo pero el modelo econ¨®mico y legal que impuso se mantuvo casi intacto. Aunque muchas m¨¢s pel¨ªculas posteriores al r¨¦gimen de Pinochet contaron los horrores de la dictadura ¡ªMachuca, de Andr¨¦s Wood; La ciudad de los fot¨®grafos, de Sebasti¨¢n Moreno¡ª, dos excelentes documentales de los ¨²ltimos a?os se destacan por cuestionar el legado del dictador en los medios de comunicaci¨®n y en el sistema econ¨®mico: El diario de Agust¨ªn, de Ignacio Ag¨¹ero, cuestion¨® en 2008 el rol del influyente diario El Mercurio antes y durante la dictadura; y Chicago Boys, de Carola Fuentes y Rafael Valdeavellano, entrevist¨® al peque?o grupo de economistas que convirtieron a Chile el laboratorio del modelo neoliberal m¨¢s extremo del mundo, despu¨¦s de tomar clases con Milton Friedman en la Universidad de Chicago. ¡°No hay medidas correctivas que sean indoloras¡±, dice uno de ellos, justificando el profundo descontento social contra el modelo que importaron.
En el mundo de la ficci¨®n hay algunos relatos imposibles de evitar cuando se trata de mirar hacia atr¨¢s. Uno de los m¨¢s famosos lleg¨® en 1996, Estrella distante, de Roberto Bola?o, sobre un aviador pinochetista infiltrado en un taller de poes¨ªa, y uno de los asesinos del r¨¦gimen militar. En 2011 tambi¨¦n gan¨® reconocimiento la novela de Alejandro Zambra Formas de volver a casa, una invitaci¨®n a mirar la dictadura desde los ojos de un ni?o, como tambi¨¦n lo hace de forma similar el libro de la escritora feminista Nona Fern¨¢ndez Space Invaders, sobre el esfuerzo de un grupo por recordar a los compa?eros de la escuela durante la dictadura. Su libro Mapocho, en honor al r¨ªo que atraviesa la ciudad de Santiago, es un esfuerzo a¨²n m¨¢s profundo para recordar a los muertos tirados al r¨ªo antes y durante la dictadura. Aunque fue publicado en 2002, la relaci¨®n del r¨ªo como testigo de la violencia estatal sigue vigente. Hace solo unas pocas semanas, un polic¨ªa fue acusado por empujar al r¨ªo Mapocho a un adolescente de 16 a?os en medio de una protesta (el chico fue llevado al hospital y sobrevivi¨®).
En el mundo de los poetas ninguno ha brillado m¨¢s ¨²ltimamente que Ra¨²l Zurita, quien fue detenido durante la dictadura y ha expresado abiertamente su apoyo al movimiento social. ¡°Apoyo profundamente el proceso¡±, dijo recientemente en una entrevista. ¡°Estamos regidos por una Constituci¨®n heredada de la dictadura de Pinochet y eso es inconcebible. Es como si Alemania todav¨ªa estuviera regida por la Constituci¨®n que hizo Hitler¡±. Zurita, que gan¨® el premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa Iberoamericana hace un mes ¡ªel tercer chileno en ganarlo¡ª, es protagonista de un documental reciente sobre su obra (¡°a trav¨¦s de la herida sale el arte,¡± dice ¨¦l en Zurita, ver¨¢s no ver, de Alejandra Carmona), y en 2011 public¨® su obra monumental Zurita. Pero su Canto a su amor desaparecido, una de sus obras c¨¦lebres publicada durante la dictadura, es a¨²n una llaga en la que suenan las voces de los familiares de desaparecidos (¡°Te busqu¨¦ entre los destrozados, habl¨¦ contigo. Tus restos me miraron y yo te abrac¨¦¡±).
El oc¨¦ano de la poes¨ªa chilena es enorme, pero ¨²ltimamente le ha dado mayores reflectores a poetas como Elicura Chihuailaf, el primer poeta mapuche en ganar el Premio Nacional de Literatura en Chile, este a?o. Uno de los deseos del movimiento social chileno es que el pueblo ind¨ªgena tenga mayor representaci¨®n y mayores derechos en la nueva constituci¨®n, y Chihuailaf es uno de esos escritores y activistas que lleva varias d¨¦cadas d¨¢ndole el mismo respeto al mapudungun que al espa?ol, y m¨¢s relevancia a la visi¨®n ind¨ªgena del cono sur que ha sido ¡ªhasta ahora¡ª ignorada por el poder de facto en Chile. "En el pa¨ªs de la memoria / somos los hijos de los hijos de los hijos / La herida que duele, la herida que se abre / la herida que sangra hacia la Tierra'', dicen sus versos de 1988, el a?o en que Chile empez¨® el largo camino para acabar con el legado de Pinochet.
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