Ra¨²l Zurita, premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa Iberoamericana
El poeta chileno se alza con el galard¨®n m¨¢s importante del g¨¦nero en espa?ol, dotado con 42.100 euros
El escritor Ra¨²l Zurita (Santiago de Chile, 70 a?os) se convirti¨® este martes en el tercer poeta chileno en ser distinguido con el Premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa Iberoamericana, el m¨¢s importante del g¨¦nero en espa?ol, concedido por Patrimonio Nacional y dotado con 42.100 euros. El fallo se ha dado a conocer por YouTube desde el Palacio Real de Madrid, tras una deliberaci¨®n telem¨¢tica.
Primero fue, en 1992, Gonzalo Rojas, autor con el que debut¨® el reconocimiento hace casi 30 a?os. Despu¨¦s, Nicanor Parra, en 2001. Tras Espa?a, Chile es el segundo pa¨ªs del ¨¢mbito iberoamericano con mayor n¨²mero de premiados. ¡°Lo tomo como un reconocimiento al caudal enorme de la poes¨ªa chilena. Uno es apenas una gota m¨¢s de un r¨ªo muy grande que lo antecede¡±, ha se?alado Zurita pocos minutos de conocer la noticia, al tel¨¦fono desde su casa en el municipio de Providencia, en Santiago de Chile, donde se encuentra encerrado a causa de la pandemia.
Autor de obras como Purgatorio, Canto a su amor desaparecido o La vida nueva, considera que ¡°la poes¨ªa chilena ha asumido riesgos, sin temor¡±. Una definici¨®n que se ajusta bien al hombre que en 1993 excav¨® tres kil¨®metros de piedra en el desierto de Atacama, en una de sus acciones m¨¢s c¨¦lebres, entre el verso y el land art: ¡°Ni pena ni miedo¡±, escribi¨®. ¡°La poes¨ªa chilena no ha temido ni a lo grande ni a lo peque?o. Ni a lo femenino ni a lo masculino. Ha sido capaz de abarcar toda la existencia, con sus m¨²ltiples matices. Toda la finura, el horror y la grandeza de la experiencia humana est¨¢ dentro de la poes¨ªa chilena¡±, ha indicado Zurita, antes de enumerar una lista interminable de poetas que forman ese caudal del que se siente parte: Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, Enrique Lihn, Gonzalo Rojas, Jorge Teillier, Elicura Chihuailaf, Carmen Berenguer, H¨¦ctor Hern¨¢ndez Montecinos¡
La noticia fue una ¡°verdadera sorpresa¡±. Lo primero que ha hecho ha sido ¡°darse un tremendo abrazo¡± con su mujer, Paulina Wendt. Luego, pensar en sus muertos: ¡°En mi abuela, mi padre¡¡±. Aunque confinado, est¨¢ ¡°muy entusiasmado¡± con el plebiscito del 25 de octubre pr¨®ximo, con el que Chile definir¨¢ la suerte de la Constituci¨®n redactada en la dictadura de Pinochet, que Zurita est¨¢ por reemplazar. ¡°Es la oportunidad para lavarnos, limpiarnos y salir m¨¢s juntos. Tenemos que abrazarnos para cruzar la noche, porque, si no, no vamos a cruzar nada, en una sociedad despiadada con los despose¨ªdos¡±, reflexiona un autor cuyos versos cargados de pol¨ªtica dieron consuelo a los dolores de su pueblo en los ¨²ltimos 50 a?os.
Zurita siempre ha defendido la radicalidad y la pasi¨®n como elementos centrales de la poes¨ªa. Vestido siempre de negro, calvo y con una barba larga y deshilachada, Zurita demostr¨® en su propia biograf¨ªa que el arte, para ¨¦l, tiene una vocaci¨®n extrema. En cierta ocasi¨®n intent¨® cegarse con ¨¢cido y en 1979 quem¨® su cara con un hierro caliente. ¡°Hay que ser capaz de tocar las zonas m¨¢s oscuras. Un tipo dijo que quien no era capaz de escribir un soneto no era un poeta. El problema no es escribir un soneto, el problema es si eres capaz de matar a un hombre. Si no eres capaz de matar a un hombre no eres un artista, pero si lo haces eres un repugnante asesino. Exactamente en ese borde est¨¢s¡±, se?al¨® en una entrevista con EL PA?S en 2015.
En su obra m¨¢s ambiciosa, Zurita (2011), de casi 800 p¨¢ginas, aborda el desgarro que supuso el golpe de Estado de Pinochet el 11 de septiembre de 1973. Sin ese acontecimiento que marc¨® la historia reciente de su pa¨ªs y su propia biograf¨ªa ¡ªmilitante comunista, fue torturado en las bodegas de un barco utilizado como centro de detenci¨®n¡ª, ¡°no habr¨ªa escrito una l¨ªnea¡±. A finales de los setenta particip¨® en el Colectivo Acciones de Arte (CADA) junto a otros escritores y artistas visuales. El objetivo: intervenir el espacio urbano de Santiago de Chile con im¨¢genes que cuestionaran las condiciones de vida de un pa¨ªs en dictadura.
Fue en la misma ¨¦poca, en 1979, cuando public¨® Purgatorio, una obra rompedora con la que salt¨® a los altares de la poes¨ªa chilena e iberoamericana. ¡°Helo all¨ª, helo all¨ª, suspendido en el aire, el desierto de Atacama. Suspendido sobre el cielo de Chile diluy¨¦ndose entre auras. Convirtiendo esta vida y la otra en el mismo desierto de Atacama, ¨¢urico, perdi¨¦ndose en el aire. Hasta que finalmente no haya cielo sino desierto de Atacama y todos veamos entonces nuestras propias pampas fosforescentes, carajas, encumbr¨¢ndose en el horizonte¡±, escribi¨® Zurita, autor de una poes¨ªa tel¨²rica, entre lo grandioso y lo ¨ªntimo. ¡°As¨ª es la vida. En la existencia de todos los seres humanos se mezcla la grandeza y el miedo, la alegr¨ªa y el horror, los actos heroicos y las traiciones¡±, ha explicado este martes a EL PA?S.
En Atacama escribi¨® en la piedra ¡°ni pena ni miedo¡±. Una d¨¦cada antes, en 1982, hizo escribir 15 frases de 10 kil¨®metros en el cielo de Nueva York usando el humo de avionetas que habitualmente anunciaban la Coca-Cola. Pero Zurita no se enreda con las formas de expresi¨®n; para ¨¦l, ¡°el poema en el cielo es tan ortodoxo como el m¨¢s cl¨¢sico de los sonetos¡±.
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