El esp¨ªa sentimental
En ¡®Tom¨¢s Nevinson¡¯, su nueva novela, Javier Mar¨ªas reflexiona sobre el mal a partir de las peripecias de un agente brit¨¢nico que investiga la conexi¨®n entre ETA y el IRA
Ciclo de Oxford fue el antet¨ªtulo que sus editores dieron al volumen de obras de Javier Mar¨ªas que integraba Todas las almas, Negra espalda del tiempo y la trilog¨ªa Tu rostro ma?ana. A lo largo de todas ellas, Jacobo Deza viv¨ªa la disociaci¨®n (o quiz¨¢ la fortuna) de tener dos patrias de referencia y el azaroso destino de ejercer el espionaje como profesi¨®n. Ambas experiencias proporcionan vivencias morales infrecuentes: el h¨¢bito de fingir, la responsabilidad de asumir decisiones ajenas, la arbitrariedad de las lealtades, la turbaci¨®n de la culpa, la soledad de quien ha de callar mucho. Pero conviene advertir que en estos libros (como en la nueva novela que ahora rese?o) no estamos en el universo de la narraci¨®n existencialista, ni tampoco en el relato cl¨¢sico de esp¨ªas, sino en un territorio narrativo que domina la introspecci¨®n cavilosa y, a la par, la invasi¨®n de la intimidad por el mundo cambiante e inseguro de nuestros d¨ªas: lo que se ha acogido al marbete de autoficci¨®n, t¨¦rmino que ¡ªcon raz¨®n¡ª tampoco le gusta nada a Javier Mar¨ªas.
Hace cuatro a?os, un nuevo protagonista, Tom¨¢s Nevinson, tom¨® el relevo de Jacobo Deza. Apareci¨® en Berta Isla (2017), entregado a indagaciones nunca muy expl¨ªcitas (la ¨²ltima tuvo que ver con la guerra de las Malvinas, sabemos ahora), pero lo hizo sin voz propia, contado a trav¨¦s de la vida perpleja y dolorosa de la esposa que le esperaba. Esta nueva novela le devuelve la palabra y su nombre le da t¨ªtulo. Y pasa a ser un narrador difuso, algo irresoluto y fatalista, consciente del deber y de sus culpas¡ Y hasta se nos proporciona un apoyo visual para conocerlo mejor: la foto de la cubierta del libro es del malogrado actor franc¨¦s G¨¦rard Philipe (que encarn¨® al Cal¨ªgula de Camus, pero tambi¨¦n al joven militar seductor de Les grandes manoeuvres, de Ren¨¦ Clair). Un hombre guapo y joven, cuya apostura tiene algo de la fragilidad que delata el cigarrillo que ha llevado ansiosamente a sus labios.
Todas las novelas de Mar¨ªas comienzan con una obertura que anticipa el n¨²cleo moral de lo que se cuenta, al modo de los preliminares de las ¨®peras y las sinfon¨ªas. Ninguna ha sido tan extensa y tan hermosa como la que abre Tom¨¢s Nevinson, donde la prosa acelerada y acezante, regida por una hipotaxis que lo anuda todo, nos proporciona las claves de una culpabilidad anticipada cuyas causas el lector descubrir¨¢ en la trama posterior. Un nuevo encargo del MI6 brit¨¢nico ha venido a cambiar la vida del regresado contrito. Y su cumplimiento nos proporciona otra novela incardinada dentro de la gran novela-marco que narra pausadamente la reanudaci¨®n de la convivencia entre Berta y Tom¨¢s. Las p¨¢ginas finales de esta ¨²ltima conducen a una reconciliaci¨®n condicional que subrayan las palabras y la sonrisa ambiguas de Berta.
Pero, bastante antes, el protagonista ha recibido la visita de Bertram Tupra, su mentor, que le recuerda que ¡°has venido [a la cita] aunque creas que te da igual¡±, porque ¡°resulta insoportable estar fuera una vez que se ha estado dentro¡±. Y Nevinson acepta indagar en las vidas de tres mujeres que habitan en una capital del noroeste espa?ol (Ru¨¢n la llama el autor, pero se parece mucho a Le¨®n¡), algo que nos trae esa novela provinciana, llena de humor, y que contiene tres retratos femeninos que cuentan ya entre los mejores del autor. Y la historia de tres seducciones por parte del habilidoso Nevinson, al que en Ru¨¢n conocen como Miguel Centuri¨®n. Su indagaci¨®n tiene que ver con la presunta colaboraci¨®n de ETA y el IRA irland¨¦s, y se rememoran tragedias que arrancan de 1987 (matanza de Hipercor y de la casa-cuartel de Zaragoza) y llegan hasta el asesinato de Francisco Tom¨¢s y Valiente, 10 a?os despu¨¦s. Esta parte de la novela es un conmovedor epitafio y no es f¨¢cil discutirle a Javier Mar¨ªas su convicci¨®n de que el ejercicio del terror supone que el terrorista es un asesino potencial a quien algunos pol¨ªticos han brindado una coartada y propician un siniestro culto.
En Negra espalda del tiempo, Mar¨ªas escribi¨® que ¡°para relatar lo ocurrido hay que haberlo imaginado antes¡±, una operaci¨®n que en otro lugar ha llamado ¡°pensar literariamente¡±. Los pasos de esa transfiguraci¨®n de la invenci¨®n al estilo han funcionado de maravilla en Tom¨¢s Nevinson¡ De ah¨ª que, leyendo la prosa hipn¨®tica del autor, lo mismo admiramos la demorada descripci¨®n de los cuidadosos proleg¨®menos de un coito que la elecci¨®n de un plato en el men¨² de un restaurante o una absurda escena dom¨¦stica que acaba con la muerte a escopetazos de un p¨¢jaro raro; todo desemboca en una invenci¨®n de la realidad que va construyendo esta novela intimista, que encierra un relato realista y animado y las p¨¢ginas de una cr¨®nica conmovida de dram¨¢ticos hechos hist¨®ricos.
Como siempre, una parte ¡ªpero no menor¡ª de esa taumaturgia descansa en la presencia de las citas literarias expl¨ªcitas que son a modo de conjuros preventivos o de s¨ªntesis certeras de las situaciones que viven sus personajes. En una nota final, que tiene bastante de guasona, el novelista ha recogido, por una vez, los nombres de los autores de las citas ¡ªsean literales, aproximadas o aludidas¡ª que se han ido mencionando en el curso de la novela¡ Quiz¨¢ Tom¨¢s Nevinson sea la mejor de cuantas Javier Mar¨ªas ha publicado hasta ahora.
Tom¨¢s Nevinson
Autor: Javier Mar¨ªas.
Editorial: Alfaguara, 2021.
Formato: Tapa blanda. 680 p¨¢ginas. 22,90 euros.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.