Usted viste como todo Dios

En ¡®Las aventuras de Genitalia y Normativa¡¯, publicado originalmente por Polity Press en Estados Unidos y Reino Unido y que hoy llega a las librer¨ªas espa?olas de la mano de Anagrama, el ensayista Eloy Fern¨¢ndez Porta, profesor en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, aborda desde la s¨¢tira un an¨¢lisis del incansable imperativo de normalizaci¨®n que asola nuestra sociedad. ¡®Babelia¡¯ avanza un fragmento del libro, titulado ¡®El estilo de nadie¡¯, que presenta un mundo en que una forma de vestir pasada de moda puede ser interpretada como la ¨²ltima tendencia.

Usted viste como todo ...

En ¡®Las aventuras de Genitalia y Normativa¡¯, publicado originalmente por Polity Press en Estados Unidos y Reino Unido y que hoy llega a las librer¨ªas espa?olas de la mano de Anagrama, el ensayista Eloy Fern¨¢ndez Porta, profesor en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, aborda desde la s¨¢tira un an¨¢lisis del incansable imperativo de normalizaci¨®n que asola nuestra sociedad. ¡®Babelia¡¯ avanza un fragmento del libro, titulado ¡®El estilo de nadie¡¯, que presenta un mundo en que una forma de vestir pasada de moda puede ser interpretada como la ¨²ltima tendencia.

Usted viste como todo Dios.

Su fondo de armario son restos de coleccio?nes de Inditex, y de firmas que las imitan. La cha?queta que lleva puesta lleg¨® a ser medio tendencia en despachos de abogados y dependencias de la Diputaci¨®n durante la Temporada Primavera-Ve?rano de 2013, es un disfraz de mono corporativo que ya no arrancar¨ªa sonrisas en Carnaval porque pertenece a las carnestolendas oficinistas del pasa?do reciente, que es materia arqueol¨®gica, m¨¢s re?mota que los reyes godos. Ni poni¨¦ndose de pun?tillas sobre sus Sebago de imitaci¨®n llega usted a estar pasado de moda, porque las revistas que la dictan, las fuentes de las que mana la novedad, no sabe ni c¨®mo se llaman, cuando las ve en el quios?co las confunde con la prensa musical, y ese pasa?do suyo, como le he dicho... Aunque, si bien se mira, este singular anacronismo, aprobado por las t¨ªas abuelas y los vigilantes de aeropuerto, no es tan simple como parece, no se lo aceptar¨ªan en el Museu del Disseny, porque, f¨ªjese, casi ha logrado componer el estilo de bur¨®crata dicharachero de hace seis a?os, el que pide, en la reuni¨®n informal en el bar del AVE, en el puente ferroviario Barce?lona-Madrid, los caf¨¦s para todos ¡ªeso del autono?mismo nunca lo acab¨® de ver claro, y el soberanis?mo lo imagina como un cincuent¨®n de la antigua Converg¨¨ncia que lleva una camiseta de Venezuela bajo la chaqueta de Antoni Mir¨®, y que en su ¨²lti?ma visita al peluquero le encarg¨®, con la misma voz con que anta?o certificaba decretos y acuerdos con el Deutsche Bank, que se las ingeniara para hacer, con esas hilachas menguantes de pelo que a¨²n le quedan tras la calva brillante, a ras de orejas, rastas.

Seis a?os de atraso: esa es la f¨®rmula que acu??¨® Cory Arcangel para seleccionar los medios t¨¦c?nicos obsoletos con los que elabora su exitosa obra. Fue su gran descubrimiento, su viaje perfecto en la m¨¢quina del tiempo. De haber usado, para sus instalaciones, trastos de hace cinco a?os, no se?r¨ªan m¨¢s que una ruina del progreso t¨¦cnico; si sus esculturas tuvieran la paleta de colores que se estilaba en los primeros d¨ªas de Paint, hace ahora cinco a?os, no interesar¨ªan ni a las historiadoras del net art. Pero al detener la m¨¢quina en ese pun?to intermedio, un lustro + 1, ?l, Arc¨¢ngel de la Historia con obsolescencia planeada, logr¨® que los vientos del pasado lo arrastraran hacia el futu?ro, consigui¨® que su estilo no fuera viejuno sino retro erudito y deliciosamente pass¨¦, y de ese modo defini¨® la norma cronol¨®gica para tratar con el ca?farna¨²n de los objetos tecnol¨®gicos y las est¨¦ticas ef¨ªmeras que generan.

De todo esto no sab¨ªa usted un pimiento ni le ata?e saberlo, porque, como suele decirle a su pareja...

No hace falta que lo jure..., pero ese may¨²scu?lo despiste suyo, tan saludable, no le ha impedido haber llegado, por azar, a la misma costumbre que Arcangel, quien, a despecho de su nombre y de su singularidad, no es un Genio, ya no hay de eso, es solo uno que capt¨® un rasgo singular del esp¨ªritu de los tiempos y del Esp¨ªritu de la Histo?ria Digital, por azar. Esa viejuner¨ªa que usted se gasta, esa caxpa revenida, es, como dicen las re?vistas de tendencias, so out... he¡¯s IN! Se ha situa?do usted tan lejos del sistema de la moda, de su compulsiva maquinaria, que, de manera desinte?resada, sin saberlo, vuelve a dictarla, y los sus?criptores de esas publicaciones, al pasar a su lado ¡ªellos, de camino a su hub; usted, hacia el purga?torio de los despachos¡ª, le miran con sorpresa, con un s¨ª es no es de envidia. No lograr¨¢n creer que viste usted as¨ª en serio; supondr¨¢n que se tra?ta de una meditada combinatoria de prendas y complementos vintage, una mezcla sagaz, que ha compuesto esa estampa de ir¨®nica, simulada im?personalidad performativa. En vano intentar¨¢ usted repetirles lo que le cuenta a su mujer: tambi¨¦n esas palabras son so uncool it¡¯s cool again... y usted inspirar¨¢ copias, suscitar¨¢ pasiones, termi?nar¨¢ la noche en la camita empotrada de un piso de estudiantes con una aspirante a it girl de die?cinueve a?os declarados, en buena hora y que aproveche ¡ªpero yo en su lugar le pedir¨ªa, antes de consumar, el DNI: en estos d¨ªas nunca se sabe.

Por otro lado, y hablando de todo un poco, usted est¨¢ muerto, la it girl tambi¨¦n, ambos componen la estampa perfecta de Susana y los del Imserso, la Moda y la Muerte, porque nace muerta la moda: cuando una nueva y rutilante colecci¨®n se extiende en la pasarela ha llovido mucho desde que el dise?ador la termin¨®, ape?nas se acuerda de lo que hizo, no sabr¨ªa ya re?producir los patrones, pues su labor le obliga a trabajar con m¨¢s de un a?o de adelanto, y aho?ra solo tiene en mente los esbozos para la tem?porada venidera..., donde alg¨²n modelo lucir¨¢ con ¨¦xito un complemento inspirado, amigo m¨ªo, en su propia estampa, en sus pintazas, en ese torpe ali?o indumentario que es el cilantro de la moda y su wasabi. Y as¨ª, en esta temporalidad sampleada, muerto por el a?o de ante?laci¨®n y resucitado a los seis a?os por el arc¨¢n?gel...

Usted es el ¨¢rbitro de la elegancia.

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