En lucha contra los espejismos

No existe una teor¨ªa ¨²nica para explicar lo que es la mente. Tampoco una respuesta a la pregunta de cu¨¢l es su relaci¨®n con el cuerpo. ¡°Si los problemas mentales, al fin y al cabo, pertenecen al cerebro y no a la mente, ?por qu¨¦ la psiquiatr¨ªa trata la mente y la neurolog¨ªa el cerebro? ?Por qu¨¦ no hay una ¨²nica disciplina que trate el cerebro?¡±. Estas son algunas de las cuestiones que plantea Siri Hustvedt en su libro Los espejismos de la certeza, escrito en 2015 ¡ªcuatro a?os ante...

No existe una teor¨ªa ¨²nica para explicar lo que es la mente. Tampoco una respuesta a la pregunta de cu¨¢l es su relaci¨®n con el cuerpo. ¡°Si los problemas mentales, al fin y al cabo, pertenecen al cerebro y no a la mente, ?por qu¨¦ la psiquiatr¨ªa trata la mente y la neurolog¨ªa el cerebro? ?Por qu¨¦ no hay una ¨²nica disciplina que trate el cerebro?¡±. Estas son algunas de las cuestiones que plantea Siri Hustvedt en su libro Los espejismos de la certeza, escrito en 2015 ¡ªcuatro a?os antes de recibir el Premio Princesa de Asturias de las Letras¡ª, que se publica ahora en espa?ol. Interesada por la fenomenolog¨ªa y el psicoan¨¢lisis, apasionada de la ciencia, Hustvedt parte del enigma de la mente para repasar el estado de un debate crucial. Cierto que no pretende resolver los problemas ¡ªen el plano de las ideas, reconoce, las preguntas suelen ser mejores que las respuestas¡ª, sino examinar las aportaciones que la ciencia y la filosof¨ªa han hecho sobre el tema. Lo hace con la libertad m¨¢s absoluta. Su ensayo interpela ¡°la certeza y pregona la duda y la ambig¨¹edad, no porque no seamos capaces de saber cosas, sino porque debemos revisar nuestras creencias y preguntarnos de d¨®nde vienen¡±.

Hustvedt parte del siglo XVII para examinar las teor¨ªas de cuatro fil¨®sofos que le han inspirado especialmente: Ren¨¦ Descartes, Thomas Hobbes, Margaret Cavendish y Giambattista Vico (que vivi¨® a caballo de los siglos XVII y XVIII). La autora salta de la filosof¨ªa a la ciencia o al arte para iluminar su an¨¢lisis. Hustvedt es especialmente cr¨ªtica con la psicolog¨ªa evolucionista, representada en las obras superventas del profesor de Harvard Steven Pinker. Un autor que ¡°presenta constantemente sus posiciones como verdades cient¨ªficas resueltas y responde preguntas abiertas como si hubieran estado siempre cerradas¡±. Pinker defiende la primac¨ªa de la naturaleza sobre la crianza en la forja del ser humano. Hasta el punto de que en su obra C¨®mo funciona la mente llega a escribir: ¡°La mayor influencia que los progenitores ejercen en sus hijos es en el momento de la concepci¨®n¡±. Y apoya su tesis en una frase de la psic¨®loga Judith Harris, seg¨²n la cual ¡°los ni?os se convertir¨ªan en el mismo tipo de adulto si los dej¨¢semos en sus casas y entornos sociales pero cambi¨¢ramos a todos los progenitores¡±. Hustvedt est¨¢ en las ant¨ªpodas de esta afirmaci¨®n, y hay que decir que con raz¨®n.

Hustvedt recoge datos de experimentos cient¨ªficos variados que adjudican diferentes aptitudes innatas a hombres y mujeres para ponerlos en duda

Gran polemista y feminista militante, la autora no pasa por alto el hecho de que nuestra cultura occidental, fuertemente influenciada por la dicotom¨ªa mente-cuerpo que otorga a la primera un lugar preeminente sobre el segundo, base en esa premisa la inferioridad de las mujeres, asociadas y condicionadas por el cuerpo. Hustvedt recoge datos de experimentos cient¨ªficos variados que adjudican diferentes aptitudes innatas a hombres y mujeres para ponerlos en duda por razones bien cient¨ªficas. En primer lugar porque, como se?al¨® Hermann von Helmholtz, al que cita en varios cap¨ªtulos, ¡°la inferencia inconsciente interviene en la percepci¨®n¡±. Y por lo que afirman los especialistas Peggy Seri¨¨s y Aaron Seitz en un art¨ªculo recogido por Hustvedt: ¡°Nuestras percepciones est¨¢n fuertemente marcadas por nuestras expectativas¡±.

La autora lamenta especialmente el mundo compartimentado de la investigaci¨®n. ¡°A menudo, los cient¨ªficos no examinan los cimientos (filos¨®ficos) de la casa que est¨¢n ocupados construyendo¡±. Tambi¨¦n las deficiencias del periodismo de divulgaci¨®n cient¨ªfica: ¡°Se nos ofrecen descripciones del cerebro como si todas las respuestas hubieran sido dadas y no implicaran dilemas filos¨®ficos¡±. Estamos ante un texto de ardua lectura, que nos muestra, eso s¨ª, los frutos positivos del ejercicio de dudar.

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