Carcajadas, besos y copas

1. Re¨ªrnos

Absolutamente recomendable, adem¨¢s de muy oportuno para los tiempos que corren, es Humor (Taurus), un divertido y sugerente ensayo de Terry Eagleton (que adem¨¢s de marxista cr¨ªtico ¡ªo quiz¨¢s por eso¡ª siempre ha tenido un agudo sentido de la comedia). Humor se inserta en una larga tradici¨®n de ensayos sobre lo c¨®mico, sobre lo que nos hace re¨ªr y sobre los modos y significados que adquieren las manifestaciones f¨ªsicas de la risa, desde la sonrisita perdonavidas a los estertores contagiosos de una incontenible risotada, como la que exhibe la ¡°mujer ri¨¦ndose con cucurucho de helado¡±, de la c¨¦lebre fotograf¨ªa de Garry Winogrand que ahora pueden ver en la Fundaci¨®n Mapfre (Barcelona). En esa largu¨ªsima tradici¨®n de pensadores sobre la risa figuran desde Arist¨®teles a Simon Critchley, pasando por Kant, Herbert Spencer, Bergson o ?Bajt¨ªn. Eagleton cita a unos y otros en su empe?o de analizar las variad¨ªsimas opiniones acerca de la naturaleza de la risa y de lo que la genera. Kant, por ejemplo, afirma en su Cr¨ªtica del juicio (1792) que se trata de ¡°un afecto que resulta de la s¨²bita transformaci¨®n de una expectativa alta en nada¡±, una definici¨®n que me ha venido a la cabeza pensando en el ya c¨¦lebre pase¨ªllo (y las reacciones que ha suscitado) de S¨¢nchez con Biden durante un lapso de tiempo que, seg¨²n las fuentes, oscilaba entre 30 y 50 segundos, y en el que, al parecer (y que yo no me vea capacitado para hacerlo no quiere decir que no le conceda esa habilidad al presidente), le dio tiempo a hablar con el Emperador de asuntos como el acuerdo de defensa, la situaci¨®n de Latinoam¨¦rica o la com¨²n agenda progresista. Eagleton incluye como muestras ilustrativas de un texto muy elaborado y culto numerosos chistes y an¨¦cdotas, entre ellos alg¨²n ejemplo de humor fuera de lugar. Refiere, por ejemplo, que su hijo de cinco a?os formul¨® en cierta ocasi¨®n la siguiente adivinanza: ¡°?Qu¨¦ es negro y blanco y yace boca arriba en una zanja?¡± Respuesta: ¡°Una monja muerta¡±. Lo malo es que el ni?o se lo cont¨® a una religiosa que estaba rezando en una iglesia. No siempre el humor es oportuno, como se sabe.

2. Rom¨¢nticas

Planeta, el megagrupo que m¨¢s libros vende en Espa?a y que controla, entre otras bagatelas, una cadena de televisi¨®n escorada a la izquierda y otra a la derecha (tal como Memn¨®n manda para que nada se escape de la butxaca), ha llegado a un acuerdo con Telemundo Global Studios por el que cede a la cadena estadounidense (emite en espa?ol) los derechos en exclusiva de la obra completa de Cor¨ªn Tellado, que incluye unos 4.000 t¨ªtulos de la c¨¦lebre asturiana para ser explotados en todos los formatos (incluyendo series, culebrones, etc¨¦tera) por medio de (?ojo!) ¡°adaptaciones contempor¨¢neas de las historias intemporales¡±. Bueno, ya sabemos que la Tellado es la autora espa?ola m¨¢s le¨ªda en el ¨¢mbito hisp¨¢nico despu¨¦s de Cervantes, y casi tanto, en el ¨¢mbito internacional, como Agatha Christie, que, por cierto, tambi¨¦n publica Planeta (en Espasa). Seg¨²n reza la nota de prensa emitida con motivo del trato planetario, ¡°sus historias las protagonizan personajes femeninos fuertes enfrentados a situaciones intensas y dif¨ªciles, pero que, a pesar de todo, acaban tomando el control de sus vidas, siempre a la b¨²squeda del amor verdadero¡±. Toma ya, ahora resulta que la ¡°ingenua porn¨®grafa¡±, como la llamaba su admirador Cabrera Infante (corrector de sus novelas para la revista cubana Vanidades; en Espa?a, las correg¨ªa para Bruguera Manuel de Pedrolo), es otro de los estandartes literarios del MeToo. Mientras saboreo una cerveza Alhambra (es la que tomo desde que vi el spot en que mi admirada Elvira Sastre la anuncia, supongo que para redondear sus derechos de autor) y recuerdo aquella advertencia ¡°para personas formadas¡± que llevaban las novelas m¨¢s ¡°fuertes¡± de la Tellado, pienso en la ¨¦poca tan maravillosa que me ha tocado vivir.

3. Alcoholismos

Leyendo Una cuesti¨®n de alcohol (Alrev¨¦s), la ¨²ltima novela de Juan Bas (Bilbao, 1959), protagonizada por un sesent¨®n alcoh¨®lico que, tras una larga historia de fracasos, rupturas, traiciones y naufragios, vive en ¡°un infierno cotidiano lleno de incertidumbres¡±, uno tiene la sensaci¨®n de estar asistiendo, m¨¢s que a una confesi¨®n, a una purga, a una especie de exorcismo que ha elegido la literatura para conjurar la culpa. La novela, en primera persona, est¨¢ trufada de citaciones de novelas y memorias alcoh¨®licas (del John Barleycorn, de London, a Iluminada, de Mary Karr), as¨ª como de pel¨ªculas que han reflejado el deseo, la tragedia y la urgencia de los alcoh¨®licos, como D¨ªas sin huella (Billy Wilder, 1945) o D¨ªas de vino y rosas (Blake Edwards, 1962). Porque Julio Ejido, el narrador, es, adem¨¢s de alcoh¨®lico, un estudioso de su vicio. De ah¨ª la atracci¨®n morbosa que sobre ¨¦l ejercen los antecesores que consignaron por escrito los entusiasmos y las agon¨ªas de la embriaguez (incluyendo los deliriums tremens, de los que se recogen varios). El escenario es Bilbao, especialmente su Casco Viejo; el tiempo es el lapso de casi 50 a?os desde la primera borrachera adolescente hasta ayer: hay color local y reflexi¨®n sobre el pasado reciente de una ciudad a la que la posmodernidad dio la vuelta. Hay tambi¨¦n una historia de fascinaci¨®n ante una mujer ¡ªB¨¢rbara¡ª que llega a su culmen (y a la constataci¨®n de otro fracaso) durante el desbordamiento del Nervi¨®n de agosto de 1983, en pleno Aste Nagusia (la antigua Semana Grande). Lejos, muy lejos, est¨¢ el Juan Bas sat¨ªrico y esperp¨¦ntico, el humorista de Ostras para Dimitri (Ediciones B, 2012). Una novela de excesos que, para bien y para mal, no da tregua al lector, y cuyos defectos tienen que ver, precisamente, con la intensidad de sus materiales y la ausencia de distancia del punto de vista.