Canciones para empanar la pandemia

¡°Un buen d¨ªa, amanecimos todos en pa¨ªses distintos: nos cambiaron las cosas de sitio, con nosotros dentro¡±, canta Albert Pla en ?Os acord¨¢is?, espect¨¢culo unipersonal en el que el juglar sabadellense chequea el desasosiego producido por la pandemia de la covid-19 y la extra?eza derivada de las transformaciones sociales que est¨¢n provocando las medidas paliativas tomadas por los gobiernos. Solo en escena como consecuencia de la crisis econ¨®mica, el personaje que encarna Pla parece a¨²n m¨¢s c¨¢ndido, indefenso e ¨ªntimamente necesitado de que alguien lo arrope, en un escenario en el que esta vez no est¨¢ Ra¨²l Fern¨¢ndez, Refree, pero tampoco hay proyecciones ni efectos especiales.

Salvo la canci¨®n que da t¨ªtulo a su espect¨¢culo (en la que deja el mapamundi cabizbajo y patas arriba), que fue compuesta durante el confinamiento, el resto son de tiempos prepand¨¦micos, pero est¨¢n embebidas en su mayor¨ªa de un tinte apocal¨ªptico: todas aluden a la actualidad. Pla es una Sibila que no pone pa?os calientes a su diagn¨®stico de la coyuntura ni a sus vaticinios. Es tambi¨¦n un incendiario que prende versos en lugar de prender contenedores. Sus actuaciones son una espita que permite al p¨²blico sacar fuera de s¨ª cierto descontento, una de esas v¨¢lvulas de escape sin las cuales la olla social podr¨ªa estallar de s¨²bito y hacer un boquete.

Cantar como ¨¦l canta: ¡°S¨¢lvese quien pueda, est¨¢n cayendo bombas en Madrid¡±, resulta un ant¨ªdoto, un profil¨¢ctico y un exorcismo. Como las canciones de Boris Vian, las de Pla transcurren en universos paralelos al nuestro. Muchas de ellas tienen un pellizco pol¨ªtico humor¨ªstico equivalente a las de Liliana Felipe, o a las de sus sucesoras, Las Reinas Chulas, con cuyos espect¨¢culos cabe comparar los suyos. Basta que diga: ¡°Per¨² estaba en el Congo¡±, para que se produzca un desplazamiento simult¨¢neo de la l¨®gica y de la geograf¨ªa.

Como buen buf¨®n, Pla no puede evitar escribirle una carta al rey. Es un gran contador y cantor de relatos, como Chano Lobato y Pepe da Rosa, de los que tan lejos parece formalmente, pero que son primos suyos en labia.

Canta la actualidad como los cantores de otras latitudes y ¨¦pocas cantaban el Mahabharata y el romancero. Sus temas tienen el tono tremendista de los antiguos pliegos de cordel, la parcialidad de los panfletos anarquistas de hace un siglo, la vitalidad del action painting y un lirismo oblicuo y esquinado.

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.