El mao¨ªsmo no es un tigre de papel
Julia Lovell firma un l¨²cido ensayo hist¨®rico sobre la doctrina que analiza tanto su importancia en la China de las ¨²ltimas d¨¦cadas como su irradiaci¨®n internacional
Julia Lovell es profesora del Birkbeck College, el mismo centro de la Universidad de Londres donde trabaj¨® Eric J. Hobsbawm. En esta historia global del mao¨ªsmo nos ofrece un estudio de capital importancia para entender no solo el significado de Mao en su ¨¦poca, con su gran irradiaci¨®n exterior, sino lo que representa la China posmao¨ªsta de hoy. Es un an¨¢lisis que llega a tiempo, al convertirse la transformaci¨®n econ¨®mica de la Rep¨²blica Popular en un protagonismo mundial. Atentos a este deslumbramiento, se suceden los ensayos donde resulta minusvalorada la amenaza hegem¨®nica de un sistema comunista en el que se conjugan una impresionante revoluci¨®n t¨¦cnica y econ¨®mica y el potencial agresivo del que fuera ¡°gran timonel¡±.
La conclusi¨®n frecuente es que Europa debe aprender de China, construyendo un modelo alternativo capaz de responder a su reto. Tal apreciaci¨®n es v¨¢lida, si¨¦ndolo menos que el tema de los uigures o el fin de la autonom¨ªa en Hong Kong ¡ªmucho m¨¢s que una simple ¡°restricci¨®n de libertades¡±¡ª admitan la trivializaci¨®n propuesta desde la ¨®ptica econ¨®mica. Forman parte de una estrategia que Lovell califica acertadamente de posmao¨ªsmo, vuelta hacia la apropiaci¨®n del mundo exterior. No cabe ya creer en la tranquilizante presentaci¨®n de la nueva China por Deng Xiaoping en 1978 como futuro gigante econ¨®mico en un marco de paz. La represi¨®n de Tiananmen anunci¨® ya que la violencia a ultranza, la antidemocracia, formaba parte del arsenal modernizador. Tambi¨¦n la renuncia a la autocr¨ªtica. Los ecos de La cometa azul, de Tian Zhuangzhuang, y de ?Vivir!, de Zhang Yimou, en los primeros noventa se apagaron. El segundo, encumbrado en el sistema, se dedic¨® a darnos la paliza con sus dagas voladoras y en H¨¦roe puso las artes marciales al servicio del nacionalismo. La imagen de Mao no tard¨® en ser recuperada.
La indeterminaci¨®n pol¨ªtica y la corrupci¨®n parecieron, en principio, bloquear la dimensi¨®n estrat¨¦gica del crecimiento chino. Es entonces cuando entra en escena Xi Jinping, quien plantea un doble plan de control estricto en el interior y expansi¨®n hacia afuera. Su inspiraci¨®n ser¨¢ la mitificaci¨®n del pasado imperial m¨¢s el impulso mao¨ªsta, tanto en lo concerniente al poder indiscutible del Partido Comunista como a su poder personal. Su ¡°sue?o de China¡± supone el descenso a la tierra de la voluntad de dominio universal revolucionario. ¡°Xi ha recorrido la senda mao¨ªsta igual que ha hablado su jerga¡±, resume Lovell. El establecimiento del culto a su personalidad es la ¨²ltima consecuencia en la China cuasimao¨ªsta.
La reconstrucci¨®n del posmao¨ªsmo por la historiadora brit¨¢nica es precedida por una no menos l¨²cida investigaci¨®n sobre las variantes del legado de Mao en distintas ¨¢reas del mundo: Indonesia, Per¨², ?frica, Europa, India, Nepal, Camboya. Las din¨¢micas de formaci¨®n y desarrollo de estas hijuelas son diferentes. En Europa se mezclan el desencanto ante el modelo sovi¨¦tico y la fulgurante novedad de unas doctrinas que los intelectuales ni siquiera entienden bien, dada la tard¨ªa traducci¨®n de los textos de Mao en sus incompletas Obras completas. Eso no significa que la adhesi¨®n al mao¨ªsmo no tenga una eficacia a veces terrible, como sucede con las Brigadas Rojas en Italia o la banda Baader-Meinhof en la Rep¨²blica Federal de Alemania. El recurso al prestigio de Mao permit¨ªa practicar un anticomunismo f¨¢ctico, disfrazado de condena del revisionismo, seg¨²n ocurrir¨¢ en Espa?a o en Francia, paso previo incluso de giros a la extrema derecha. Al mismo tiempo legitimaba la utilizaci¨®n de la violencia y del terrorismo hasta un alto grado de inhumanidad. ¡°Mata y huye. Golpea a uno para educar a un centenar¡±, reza el eslogan de las Brigadas que destaca Lovell. La Revoluci¨®n Cultural fue un mito en el que cayeron muchos j¨®venes intelectuales europeos a fines de los a?os sesenta. Clave en 1968.
La autora insiste en que la revoluci¨®n mao¨ªsta desbord¨® muy pronto las fronteras de China, en sociedades agrarias donde un profundo malestar fue capitalizado por formaciones insurreccionales, que miraban con admiraci¨®n el ejemplo chino. Y cuyos l¨ªderes, adem¨¢s, como el camboyano Pol Pot o el peruano Abimael Guzm¨¢n, no bebieron solo en los libros, sino que forjaron su personalidad pol¨ªtica en China. El voluntarismo propio de Mao les llev¨® a desastres como el indonesio, tambi¨¦n a experiencias genocidas como en Camboya, incluso a una larga duraci¨®n en la India o en Nepal. El espectro de los l¨ªderes mao¨ªstas tambi¨¦n es amplio, desde quienes se convirtieron en puros y simples tiranos, caso de Robert Mugabe en Zimbabue, hasta los que insistieron hasta el final en la asociaci¨®n de mao¨ªsmo y terror (jemeres rojos, Sendero Luminoso). Luminosos son casi siempre los cap¨ªtulos de Lovell: gracias a su an¨¢lisis resulta comprensible la singular peripecia del mao¨ªsmo nepal¨ª, con Prachanda en el tr¨¢nsito de una brutal guerrilla al parlamentarismo. La observaci¨®n participante y las entrevistas con actores del proceso enriquecen a¨²n m¨¢s el relato.
Al contar ya con una rigurosa bibliograf¨ªa precedente, la aportaci¨®n de Lovell es menor al estudiar monogr¨¢ficamente el pensamiento y la acci¨®n revolucionaria de Mao. Incluso con aspectos discutibles, como la centralidad del lavado de cerebro. No toma en consideraci¨®n el enfoque de Robert Jay Lifton sobre el marco en que tiene lugar la m¨¢s sofisticada reforma del pensamiento y su secuela te¨®rica en el enfrentamiento con el partido en los sesenta. A Mao ya lo conoc¨ªamos. Con Lovell nos adentramos en el mao¨ªsmo.
Mao¨ªsmo. Una historia global
Autor: Julia Lovell. Traducci¨®n de Jaime E. Collyer.
Editorial: Debate, 2020.
Formato: 750 p¨¢ginas. 29,90 euros.
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