Ruta secreta por la Roma renacida
Una exposici¨®n celebra los 150 a?os de la capitalidad de la ciudad italiana con m¨¢s de 600 pinturas, esculturas y fotograf¨ªas que recorren desde la Unificaci¨®n hasta las reformas urban¨ªsticas y la vida cultural de la urbe
Quiz¨¢ se nos olvide en ocasiones que Roma, en su d¨ªa capital del mundo y de un gran Estado Imperial, no lo fue de Italia hasta 1871, pues el largo proceso de unificaci¨®n del pa¨ªs concluy¨® un a?o antes. Hoy, reci¨¦n salida de su estricto confinamiento, Roma quiere celebrar los 150 a?os de su capitalidad y lo hace en una completa exposici¨®n titulada Roma. Nacimiento de una capital 1870-1915, que se puede visitar hasta el 26 de septiembre en el Museo de Roma, ubicado en el Palazzo Braschi, junto a Piazza Navona. De hecho, las ventanas de algunas salas tienen vistas sobre la Fuente de los Cuatro R¨ªos de Bernini, situada en la plaza.
La exposici¨®n se abre con un acontecimiento esencial para la Unificaci¨®n Italiana: la Brecha de Porta Pia, o entrada a Roma de los Bersaglieri ¡ªcuerpo de infanter¨ªa unificacionista¡ª a trav¨¦s de esa puerta situada en la Muralla Aureliana, no lejos de la actual Estaci¨®n Termini o de la Via Veneto. El final cronol¨®gico del recorrido lo marcan las celebraciones del fin de la Primera Guerra Mundial. Sus tres n¨²cleos tem¨¢ticos ¡ªlos acontecimientos hist¨®ricos, las grandes transformaciones que experiment¨® la Roma de finales del siglo XIX y los cambios socioculturales que han ido convirti¨¦ndola en la emblem¨¢tica capital que hoy conocemos¡ª se desarrollan a trav¨¦s de m¨¢s de seiscientas obras art¨ªsticas de todo tipo, principalmente fotogr¨¢ficas, pict¨®ricas y escult¨®ricas, pero tambi¨¦n por medio de planos arquitect¨®nicos, textos de los principales cronistas de la ¨¦poca y otros documentos hist¨®ricos. Su riqueza material se debe a que sus tres comisarias, Federica Pirani, Gloria Raimondi y Flavia Pesci, han contado con el asesoramiento y colaboraci¨®n de instituciones como la Universidad Roma Tre, el archivo fotogr¨¢fico de la Fundaci¨®n Primoli, el Instituto Luce-Cinecitt¨¤, la Cineteca de Bolonia y el Museo Jud¨ªo de Roma.
Los protagonistas del Resurgimiento a los que rinde homenaje la exposici¨®n en sus salas iniciales son el primer ministro Cavour, el militar Garibaldi, el pol¨ªtico y periodista Giuseppe Mazzini y el primer rey de Italia, Vittorio Emanuele II, todos ellos presentes hoy en los nombres de las calles y plazas de cualquier ciudad italiana. La exposici¨®n tampoco se olvida de los cronistas y novelistas que pusieron en palabras la convulsa ¨¦poca de la que fueron testigos. Entre ellos destaca, por su posici¨®n prominente en la historia cultural de la ciudad, Gabriele D¡¯Annunzio, acompa?ado por Matilde Serao, con su novela La conquista de Roma (1885); sin olvidarnos de los escritos de Henry James, Ugo Pesci, Ferdinand Gregorovius, Herman Grimm y los poemas del premio Nobel Luigi Pirandello, que decidi¨® trasladarse a Roma para cursar estudios universitarios en La Sapienza, en 1887.
Las fotograf¨ªas, en pleno nacimiento de esta disciplina, son uno de los platos fuertes de la exposici¨®n. El autor de la mayor¨ªa de ellas es el conde Giuseppe Primoli, sobrino de Matilde Bonaparte y, adem¨¢s de fot¨®grafo diletante, coleccionista y bibli¨®filo. Las tom¨® entre 1888 y 1903 y su car¨¢cter documental nos permite conocer la Roma popular con una modernidad expresiva infrecuente en su ¨¦poca.
Los problemas organizativos y de salubridad (entre otros, la epidemia de malaria de la reci¨¦n nombrada capital del pa¨ªs), junto a las operaciones urban¨ªsticas destinadas a su resoluci¨®n, ocupan diversas salas y paneles de la exhibici¨®n. Uno de los aspectos tratados con mayor profundidad es la estrecha relaci¨®n entre Roma y el r¨ªo T¨ªber, que, gracias a los muros de contenci¨®n o muraglioni, construidos justamente en esa ¨¦poca, dej¨® de ser una amenaza constante para la ciudad. En las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XIX, las inundaciones eran moneda corriente en Roma, que contaba con dos importantes puertos: el de Ripetta y el Ripa Grande del Trastevere, hoy desaparecidos tras la construcci¨®n del largo paseo fluvial llamado Lungotevere.
Una de las mejoras emprendidas en la Roma de finales del siglo XIX es la gran reforma del gueto jud¨ªo y la construcci¨®n de una imponente sinagoga a cargo de Vincenzo Costa y Osvaldo Armanni. Situada a orillas del T¨ªber, cerca del P¨®rtico de Octavia, y concluida en 1904, su maqueta de madera forma parte del recorrido expositivo, as¨ª como los bocetos preparatorios de su ornamentaci¨®n, todo ello a la espera de la muestra que se celebrar¨¢ este oto?o en el Museo Jud¨ªo de Roma, y que ahondar¨¢ en la presencia hebrea durante la unificaci¨®n.
Otra transformaci¨®n urban¨ªstica esencial en el proceso de modernizaci¨®n de Roma fue la demolici¨®n de algunas calles para crear grandes avenidas que atravesasen la ciudad, como Via Nazionale y el Corso Vittorio Emanuele, un poco a la manera de las reformas acometidas por el Bar¨®n Haussmann en el Par¨ªs del Segundo Imperio.
La vida cultural de la ciudad, en la que se crearon nuevos teatros, como el Rossini, el Quirino o el Olympia, y revistas literarias como la Cronaca Bizantina, tambi¨¦n tiene gran relevancia en la exposici¨®n a trav¨¦s de imponentes carteles y abundante documentaci¨®n gr¨¢fica. Sorprende tambi¨¦n la creaci¨®n de nuevos mitos para la historia contempor¨¢nea de una ciudad que no andaba precisamente escasa de mitolog¨ªa cl¨¢sica. Uno de ellos es el del fil¨®sofo y monje hereje Giordano Bruno, cuyo monumento, a cargo de Ettore Ferrari, se instal¨® en la plaza de Campo de¡¯ Fiori en 1889 como s¨ªmbolo de la batalla contra el oscurantismo de la iglesia cat¨®lica por parte de los laicos del pa¨ªs mediterr¨¢neo.
Por ¨²ltimo, la exposici¨®n tambi¨¦n se detiene en uno de los monumentos m¨¢s simb¨®licos de la Italia unificada, que a su vez es uno de los iconos m¨¢s fotografiados (aunque no siempre reciba elogios) del centro de Roma: el Altar de la patria, que homenajea al Rey Vittorio Emanuele II desde su ubicaci¨®n entre la Piazza Venezia y la Colina Capitolina. Obra del arquitecto Giuseppe Sacconi, el imponente altar es conocido en Roma como ¡°La gran m¨¢quina de escribir¡± o ¡°El Vittoriano¡±, y fue inaugurado en 1935 por el sucesor de aquel, Vittorio Emanuele III, durante la exposici¨®n que conmemoraba el cincuenta aniversario de la Unificaci¨®n italiana, si bien su primera piedra se coloc¨® en 1885, en presencia del rey Umberto I de Saboya.
¡®Roma. Nacimiento de una capital 1870-1915¡ä. Museo de Roma. Hasta el 26 de septiembre.
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