Cristi Puiu: ¡°Habr¨¢ una nueva lista de libros prohibidos¡±
El director rumano estrena ¡®Malmkrog¡¯, larga pel¨ªcula de ¨¦poca en la que carga contra la imposibilidad de dialogar sin restricciones en la Europa contempor¨¢nea
De joven, Cristi Puiu (Bucarest, 54 a?os) iba para pintor. El cine no pod¨ªa importarle menos. Incluso consideraba que era un arte vulgar, ¡°casi como ir a ver un partido de f¨²tbol¡±. Hasta que, siendo un veintea?ero que creci¨® en una familia pobre de los suburbios de la capital rumana, descubri¨® El ¨¢ngel exterminador, de Luis Bu?uel, en un cine sin calefacci¨®n, en el que recuerda que los espectadores soltaban vaho por la boca. La pel¨ªcula alter¨® su percepci¨®n del cine y le hizo cambiar de disciplina. Su nuevo proyecto, Malmkrog, que hoy llega a las salas espa?olas tras recibir premios en la Berlinale y el Festival de Sevilla, parece un remake inconfeso de ese m¨ªtico filme, a la vez que contiene ecos del radical acercamiento al cine de ¨¦poca en la obra tard¨ªa de directores como Manoel de Oliveira o ?ric Rohmer.
¡°Por qu¨¦, frente a la covid, los pol¨ªticos inyectan miedo? No se puede tratar a un enfermo sumergido en el temor. El miedo lo lleva directamente a la tumba¡±
Puiu firma con Malmkrog su primera cinta de ¨¦poca, aunque su actualidad resulte rabiosa. El filme encierra a un pu?ado de arist¨®cratas en una mansi¨®n aislada por la nieve a finales del siglo XIX. Los cinco protagonistas se enzarzan en interminables disputas intelectuales ¡ªsobre la guerra y la paz, la vida y la muerte, la superioridad de Dios y la existencia de Sat¨¢n¡ª, en un choque permanente de opiniones en el que el consenso nunca parece posible, sin darse cuenta de la terrible violencia que se est¨¢ fraguando a su alrededor. Las resonancias de esa historia en la Europa contempor¨¢nea fueron, en cualquier caso, solo ¡°un extra¡± para el director, uno de los art¨ªfices de la nueva ola rumana desde el estreno de La muerte del Sr. Lazarescu en 2005. ¡°Lo que realmente me importaba era el di¨¢logo de esos personajes sobre Dios y el diablo, esa representaci¨®n concreta del enfrenamiento entre el bien y el mal¡±, se?ala Puiu por videollamada desde su casa en Bucarest.
La pel¨ªcula adapta Los tres di¨¢logos y el relato del Anticristo (1900), del escritor ruso Vladimir Soloviev, un libro con el que Puiu mantiene ¡°una historia de amor intelectual¡± desde su juventud, prof¨¦tico respecto a los m¨¢s convulsos episodios del siglo pasado. El director asocia ese libro a la apertura de un di¨¢logo intelectual en su pa¨ªs, lo que explica su apego por la obra. ¡°Soloviev era un autor prohibido bajo el comunismo, cuya lectura se volvi¨® posible con el hundimiento del r¨¦gimen. El primer signo de una dictadura que llega al poder es la instauraci¨®n de la censura y la abolici¨®n del di¨¢logo¡±, sostiene Puiu, como insinuando que tal vez volvamos a hallarnos en ese punto. ¡°Eso no es una pregunta. Vivimos esperando la llegada de una nueva lista de libros y pel¨ªculas prohibidos. Es algo que un d¨ªa llegar¨¢¡±, responde Puiu, pesimista sobre el estado pol¨ªtico de Europa. ¡°En realidad no soy pesimista, sino realista. Si fuera pesimista habr¨ªa perdido la esperanza, y no es el caso¡±.
¡°El nuevo cine rumano solo existi¨® para la cr¨ªtica, era una etiqueta c¨®moda. Los espectadores de mi pa¨ªs no iban a ver nuestras pel¨ªculas¡±
Como dos de sus pel¨ªculas anteriores, Aurora (2010) y Sieranevada (2016), Malmkrog supera las tres horas de duraci¨®n. Su adaptaci¨®n, casi ¨ªntegra respecto al texto original, no tiene miedo a los di¨¢logos incesantes, una apuesta poco habitual en el cine contempor¨¢neo (incluso el de autor). ¡°Cada decisi¨®n [art¨ªstica] acaba teniendo unos efectos. Luego no nos sorprendamos de vivir en una cultura consumista, que solo produce fast food. Es cierto que, para los nacidos despu¨¦s de los noventa, es casi imposible ver mi pel¨ªcula, un filme de 200 minutos sobre la guerra, la religi¨®n y la filosof¨ªa. Sucede lo mismo con los libros, que tambi¨¦n dan miedo. No es una evoluci¨®n natural, en ning¨²n caso, sino el resultado de una serie de imposiciones¡±, cree Puiu.
Una de las ideas m¨¢s interesantes de la pel¨ªcula es que las palabras y los argumentos racionales no consiguen frenar una explosi¨®n de violencia inevitable, como si Puiu sugiriera que la civilizaci¨®n europea y la fe ilustrada en la raz¨®n no lograr¨¢n que esquivemos ese destino. ¡°La raz¨®n solo sirve para la aritm¨¦tica elemental, para comprobar que te han devuelto bien el cambio. La racionalidad no nos protege de nada. No es una soluci¨®n, sino una herramienta. Es como un cuchillo: sirve para cortar el pan, pero tambi¨¦n para matar a alguien¡±, opina Puiu, que creci¨® en un hogar agn¨®stico, antes de entender que el pensamiento racional tambi¨¦n ten¨ªa sus l¨ªmites. ¡°En realidad, los cr¨ªmenes m¨¢s horribles del siglo XX fueron cometidos por los poderes ateos. La fe en la raz¨®n que florece con la Revoluci¨®n Francesa, primero, y con la Revoluci¨®n Bolchevique, despu¨¦s, condujo al continente hacia las cosas m¨¢s monstruosas¡±. Si la raz¨®n no nos salva, ?qu¨¦ lo har¨¢? ¡°El amor. Pero amar al pr¨®jimo no es un ejercicio f¨¢cil. Poner la otra mejilla es tan dif¨ªcil como hacer gimnasia al nivel de Nadia Comaneci¡±.
¡°Los cr¨ªmenes m¨¢s horribles del siglo XX fueron cometidos por los poderes ateos¡±
Diecis¨¦is a?os despu¨¦s de la emergencia del nuevo cine rumano, ?qu¨¦ queda de aquella moda que hizo que los festivales de cine europeos se llenaran de pel¨ªculas de est¨¦tica bruta y rodadas con c¨¢maras temblorosas? ¡°No s¨¦ si esa nueva ola existi¨®. Existi¨® para la cr¨ªtica, pero era solo una etiqueta c¨®moda, una ficci¨®n¡±, afirma. ¡°Me alegro de que el cine rumano fuera bien acogido en el extranjero, pero los espectadores de mi pa¨ªs no iban a ver nuestras pel¨ªculas¡±. En Ruman¨ªa, sus filmes se estrenan solo ¡°en dos o tres salas¡±. La renovaci¨®n a la que apuntan nombres como Alina Grigoire, flamante ganadora de la Concha de Oro en San Sebasti¨¢n con Blue Moon (y que trabaj¨® con Puiu como actriz), tampoco le parece que pueda contrarrestar el poder¨ªo de ¡°un cine de entretenimiento¡± que arrastra a un p¨²blico mucho mayor. ¡°Le deseo suerte a Alina, pero los festivales y los premios no cuentan, son un regalo envenenado. Hay que ser l¨²cido al respecto¡±.
En 2020, Puiu protagoniz¨® una gran pol¨¦mica al oponerse al uso indiscriminado de la mascarilla durante la presentaci¨®n de Malmkrog en un festival de cine en Transilvania, cuando dijo que ver una pel¨ªcula de tres horas con el rostro cubierto le parec¨ªa ¡°inhumano¡±. Hoy puntualiza que no puso en duda la existencia del virus, sino el autoritarismo de los responsables pol¨ªticos. ¡°Lo que dije es que nos trataban como ganado. ?Por qu¨¦, ante la existencia de esta enfermedad, toman la decisi¨®n de inyectar el miedo en la poblaci¨®n?¡±, se pregunta Puiu. ¡°Es imposible tratar a un enfermo que est¨¦ sumergido en el temor, porque el miedo altera el estado ps¨ªquico del paciente y lo lleva directamente a la tumba. No lo digo yo, sino los m¨¦dicos que trabajan con enfermos terminales. Nunca se puede salvar una vida bajo la presi¨®n del miedo¡±.
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