Los c¨®mics se desatan con la s¨¢tira pol¨ªtica
La concesi¨®n del Premio Nacional a ¡®Primavera para Madrid¡¯, de Magius, permite visibilizar realidades como una larga tradici¨®n sat¨ªrica y de denuncia
Que las ficciones de los tebeos traten temas pol¨ªticos puede ser una especie de herej¨ªa para ese pensamiento que liga las historietas con la ingenuidad infantil, acostumbrados a d¨¦cadas donde el c¨®mic ha sido relegado de forma efectiva a ese ¨¢mbito. Sin embargo, la esencia del tebeo est¨¢ ligada a la denuncia y la s¨¢tira pol¨ªtica desde su nacimiento: m¨¢s all¨¢ de la ascendencia de la larga tradici¨®n de narraciones visuales sobre lo que llamamos c¨®mic, una gran parte de los estudios del medio ponen el foco en las estampas de s¨¢tira pol¨ªtica que William Hogarth realizaba en el siglo XVIII como punto de partida del c¨®mic moderno. La historieta tuvo en la denuncia pol¨ªtica un eje fundamental durante el siglo siguiente, desde las publicaciones de Philipon criticando a la monarqu¨ªa a las pol¨¦micas tiras relacionadas con el affaire Dreyfuss de Caran d¡¯Ache, pasando por m¨ªticas revistas como Punch.
El c¨®mic, como parte de la cultura popular del siglo XX, ha sido testigo de la realidad pol¨ªtica, pero tambi¨¦n una herramienta de la s¨¢tira m¨¢s feroz y c¨¢ustica, que ha tenido no pocas consecuencias terribles, algunas tan cercanas como los asesinatos de los dibujantes de Charlie Hebdo. Y no ha sido solo es espacio del humor gr¨¢fico donde la pol¨ªtica ha entrado con fuerza: incluso g¨¦neros tan aparentemente alejados como las ficciones superheroicas no han sido herm¨¦ticos a la denuncia de la corrupci¨®n de los dirigentes de nuestra vida cotidiana, baste recordar la saga de ¡°El imperio secreto¡± con la que Steve Englehart, John Buscema y Frank Robbins llevaban el esc¨¢ndalo Watergate a las vi?etas del Capit¨¢n Am¨¦rica, se?alando de forma muy evidente al presidente de los EE UU. La publicaci¨®n reciente de obras como Yo, Mentiroso, de Keko y Altarriba (Norma Editorial) o Primavera para Madrid, de Magius (Autsaider C¨®mic) beben de esa larga tradici¨®n, pero entroncan en particular con la que en nuestro pa¨ªs nacen en los a?os setenta desde los fanzines contraculturales de El Rrollo Enmascarado o las magistrales historietas que Iv¨¤ y Carlos Gim¨¦nez firmaron para la revista El Papus, logrando que Espa?a, Una, Grande y Libre sea posiblemente el mejor testimonio de la transici¨®n.
G¨¦neros como las ficciones superheroicas no han sido herm¨¦ticos a la denuncia de la corrupci¨®n de los dirigentes de nuestra vida cotidiana
No debe resultar extra?a la coincidencia tem¨¢tica de estas dos obras en la denuncia de la corrupci¨®n pol¨ªtica que ha vivido nuestro pa¨ªs en las ¨²ltimas d¨¦cadas: recordemos esa capacidad testimonial de los tebeos, que trasladan a sus ficciones la realidad circundante. De hecho, no son ni mucho menos los ¨²nicos c¨®mics que han tratado el tema: la revista El Jueves ha dedicado centenares de p¨¢ginas a la actualidad que derivaba de problemas de los partidos en los juzgados y hasta Francisco Ib¨¢?ez hizo al famoso tesorero protagonista de una de las ¨²ltimas aventuras de Mortadelo y Filem¨®n, con unas ventas de r¨¦cord.
La concesi¨®n del Premio Nacional de C¨®mic a la obra del artista murciano Magius permite adem¨¢s visibilizar muchas realidades de nuestro tebeo: por un lado, esa larga tradici¨®n sat¨ªrica y de denuncia pol¨ªtica que est¨¢ muy alejada del estereotipo infantil al que el c¨®mic estuvo condenado durante d¨¦cadas. Por otro, la pujanza del c¨®mic murciano, que hunde sus ra¨ªces en la obra de artistas como Jos¨¦ Ortiz o su hermano Leopoldo, pero sigue con autores como Juan ?lvarez Montalb¨¢n, Jorge G¨®mez, Pedro Vera, Jos¨¦ Luis Munuera o Ana Galva?, llegando a saltar el charco para triunfar en el c¨®mic americano de superh¨¦roes con Salva Esp¨ªn o Daniel Acu?a, pero tambi¨¦n como parte imprescindible de los nuevos movimientos de experimentaci¨®n alrededor del fanzine, donde Magius ha sido impulsor y protagonista desde sus publicaciones o con el reconocido festival Zorroclocos.
Precisamente desde los fanzines se ha podido seguir su crecimiento como autor: si sus primeras obras se centran en el mundo del ¡°Black Metal¡±, pronto comienza a mostrar una especial facilidad para la iron¨ªa pol¨ªtica a trav¨¦s de fanzines como Murcia, pero tambi¨¦n un inter¨¦s por los rituales y la mitolog¨ªa rural con obras como Ehieh o El Mago, que pronto confluyeron en una particular¨ªsima visi¨®n de la realidad social a trav¨¦s de un prisma m¨¢gico en Am¨¦rica o Witchcraft, preparando el camino de sus dos primeras novelas gr¨¢ficas. Tanto El m¨¦todo Gemini como Primavera para Madrid son dos revisiones de la corrupci¨®n mafiosa desde la perspectiva de constituci¨®n de una decadente mitolog¨ªa moderna de la falsedad, no exenta de una atracci¨®n casi religiosa. Si la primera es una apasionante ficci¨®n que bebe del canon del g¨¦nero marcado por las pel¨ªculas de Martin Scorsese, la obra galardonada es una aproximaci¨®n al relato mafioso desde la esencia del esperpento berlanguiano, que obtiene f¨¢cil inspiraci¨®n en el vodevil de la pol¨ªtica espa?ola de los ¨²ltimos a?os para imaginar conexiones ocultas y conspirativas que desarrollan una s¨¢tira vitri¨®lica de la historia reciente de un pa¨ªs que, mire usted por d¨®nde lo que son las coincidencias de la vida, es muy parecido al nuestro.
Una obra en la que hay que destacar tambi¨¦n la cuidada labor editorial de Autsaider, que pese a su peque?o tama?o como empresa se esmera en que el continente de sus ediciones d¨¦ sentido y acompa?e al contenido. La poco habitual elecci¨®n de un papel y portada dorados es un acierto pleno, convirtiendo al libro en un objeto con discurso propio, una cr¨ªtica mordaz que se plasma en ese dorado metal: no es un libro, ese un lingote de oro que la avaricia del corrupto ans¨ªa y desea. A lo que hay que a?adir que la primera edici¨®n inclu¨ªa adem¨¢s uno de los fetiches m¨¢s significativos de la clase social ¨¢vida de suculentas mordidas y prebendas: una tarjeta black de la empresa VISATAN lista para ser usada en las tiendas m¨¢s lujosas y caras de la calle Serrano. Quiz¨¢s, en un futuro, el relato m¨¢s fidedigno de nuestra actualidad ser¨¢ el que den los tebeos.
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