Especies compa?eras: el arte se vuelve ciencia ficci¨®n

Dice la teor¨ªa de la simbiosis que cualquier evoluci¨®n pasa por la asociaci¨®n ¨ªntima entre organismos diferentes en un baile de apoyo mutuo donde construir cierto desarrollo vital. Parece cosa de l¨®gica, pero es ciencia. La idea es de Lynn Margulis y de 1967, por aquel entonces una joven bi¨®loga que reescribi¨® la historia de la vida. Le hab¨ªa costado abrirse camino en la ciencia, donde apenas hab¨ªa oportunidades para mujeres como ella, que hoy es un referente para muchos artistas. Fue una cient¨ªfica heterodoxa y de empuje radical, una de esas personas que celebraban la potencia de lo diverso y el perpetuo deambular frente a la idea de progreso.

No era lo que se estilaba entonces. La teor¨ªa de la evoluci¨®n segu¨ªa anclada en la estela de Darwin y su idea de la competencia o el azar como motores de cambio en la vida. Margulis tir¨® de otro hilo, muy cercano a la din¨¢mica de las abejas. Hay dentro de nuestras c¨¦lulas, dec¨ªa, una multiplicidad de formas de vida que, como si fueran microsc¨®picos aliens, llevan a cabo dentro de ellas funciones vitales. Lo llam¨® endosimbiosis, que mucho ha inspirado a otras pensadoras como Donna Haraway, referente en el pensamiento contempor¨¢neo. Sobre todo, en sus ¨²ltimos textos, en los que trata de pensar un futuro m¨¢s amable en nuestro planeta.

En ellas se basa la muestra Ci¨¨ncia fricci¨® en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona. Comisariada por Maria Ptqk, habla de hongos, l¨ªquenes y bacterias, pero, por encima de todo, del roce entre divulgaci¨®n cient¨ªfica, especies y espacios, ciencia ficci¨®n y creaci¨®n art¨ªstica. Culmina adem¨¢s un ciclo de investigaci¨®n iniciado en 2017 con una exposici¨®n producida por el espacio virtual del Jeu de Paume de Par¨ªs.

El elenco de creadores funciona bien como exposici¨®n, pero especialmente como term¨®metro para entender en qu¨¦ punto est¨¢ esa relaci¨®n cada vez m¨¢s estrecha y confusa. No deber¨ªa chocar que la ciencia ficci¨®n se haya disparado en los ¨²ltimos tiempos. Ante la falta de certezas, especular se ha convertido en un signo de esta ¨¦poca. De ah¨ª aflora el empuje de tantos artistas hacia visiones del mundo reaccionarias por irracionales, como la cosmolog¨ªa, lo esot¨¦rico, la magia y lo supernatural. El culto a lo oculto es ya uno de los temas clave del arte reciente que tanto desemboca en esa belleza natural de las posdistop¨ªas.

La ciencia ficci¨®n ofrece infinitas posibilidades al desconcierto y funciona bien como lente a trav¨¦s de la que buscar fragmentos de verdad que surjan del pasado o del futuro. Hay porqu¨¦s: desde la integraci¨®n y aceleraci¨®n del cambio tecnol¨®gico hasta la urbanizaci¨®n global y los conceptos de futuridad, desde los l¨ªmites de las estructuras sociales y la vida no humana hasta la amenazante evidencia del cambio clim¨¢tico.

La sociedad contempor¨¢nea no est¨¢ lejos de los mundos de J. G. Ballard: su descripci¨®n de sociedades disfuncionales o la naturaleza quebradiza y ca¨®tica. Muchos artistas transitan por ah¨ª. Lo hace Carsten H?ller en la muestra titulada Day, en el Maat de Lisboa. Comisariada por Vicente Todol¨ª, ofrece experiencias multisensoriales de percepci¨®n alterada que coquetean con la realidad virtual y otra m¨¢s primaria, la del juego. No est¨¢ lejos Rosa Barba en la Neue Nationalgalerie de Berl¨ªn. Su exposici¨®n es una magn¨ªfica oda a un sinf¨ªn de paisajes mentales y una narrativa de fuerte carga m¨ªstica y psicol¨®gica, con la que la artista relee la idea de modernidad desde el prisma de hoy. Un trabajo lleno de momentos que no entran en la historia, de peque?os instantes fugaces que no han sido procesados todav¨ªa.

No deber¨ªa chocar que la ciencia ficci¨®n se haya disparado en los ¨²ltimos tiempos. Ante la falta de certezas, especular se ha convertido en un signo de esta ¨¦poca

Las novelas de Ursula K. Le Guin siguen siendo otro faro importante para el arte: el desaf¨ªo a las normas de g¨¦nero, las expectativas sociales, la vigencia patriarcal¡­ La mano izquierda de la oscuridad (1969), donde Le Guin imagin¨® un mundo cuyos habitantes humanos no ten¨ªan un g¨¦nero fijo, subyace en los cimientos de muchas de las pr¨¢cticas art¨ªsticas queer actuales. Nuevos modelos de vida es lo que proyecta otra artista, Rosalind Nashashi?bi, cuyo trabajo puede verse ahora en Artium. La historia de los Shobies (1990), de Le Guin, le llev¨® a uno de sus trabajos m¨¢s celebrados, una pel¨ªcula donde explora las posibilidades de una comunidad alternativa al n¨²cleo familiar y el potencial del amor fuera del tiempo lineal. Una autoficci¨®n especulativa que culmina en una reflexi¨®n sobre los matices que la curiosidad y la conciencia humana abarcan en la vida.

Regina de Miguel tambi¨¦n transita por ah¨ª. Su exposici¨®n en el espacio The Green Parrot, en Barcelona, titulada Arbustos de nervios como bosques de coral, se abre mediante una serie de acuarelas y una pel¨ªcula al imaginario de un relato de ciencia ficci¨®n que la artista escribi¨® en el extra?o mes de abril de 2020. Nos sit¨²a en un futuro en el que la colonizaci¨®n del espacio empez¨® hace varios siglos y donde la protagonista, una bi¨®loga en plena ruta de exploraci¨®n, se ve obligada a interrumpir su viaje a consecuencia de un virus que la confina en un hotel de un planeta a medio camino entre la Tierra, ya casi abandonada, y el planeta Exilio, sobre el que realiza su tesis. Un lugar cuyos jardines contienen formas de vida mutantes e h¨ªbridas como corales, hongos, insectos, m¨¢scaras o representaciones del cosmos que retratan un universo como t¨®tems animistas que apelan a la codependencia. Lo dec¨ªa ya Lynn Margulis ah¨ª hace d¨¦cadas: somos seres complejos e individuos compuestos.

¡®Ci¨¨ncia fricci¨®¡¯. CCCB. Barcelona. Hasta el 28 de noviembre.

¡®Rosalind Nashashibi¡¯. Artium. Vitoria. Hasta el 14 de noviembre.

¡®Arbustos de nervios como bosques de coral¡¯. Regina de Miguel. The Green Parrot. Barcelona. Hasta el 23 de diciembre.

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.