Donna Haraway: ¡°Me hice feminista gracias a la ciencia ficci¨®n¡±
La pensadora estadounidense, te¨®rica de la noci¨®n de Chtulhuceno, reflexiona sobre el cambio impulsado por el Me Too y los movimientos sociales en la era de Trump
Un peque?o bungal¨® de postal es el ¨²ltimo refugio de Donna Haraway (Denver, 75 a?os), profesora em¨¦rita de historia de la conciencia y estudios feministas de la Universidad de California en Santa Cruz, que comparte ese domicilio situado en una calle interior con sus dos perros y sus dos gallinas. Bi¨®loga, antrop¨®loga y fil¨®sofa, Haraway alcanz¨® un importante renombre acad¨¦mico con Manifiesto para cyborgs (1984), un ensayo donde ya razonaba sobre la superaci¨®n de los g¨¦neros. Profundamente influida por la ciencia ficci¨®n, su obra ha reflexionado sobre aspectos como la tecnociencia, la primatolog¨ªa, los estudios poscoloniales o la noci¨®n de Chtulhuceno, t¨¦rmino que toma prestado del monstruo c¨®smico que cre¨® H. P. Lovecraft. Haraway, considerada una de las ensayistas m¨¢s influyentes y visionarias del presente, publica Seguir con el problema (Consonni), donde reflexiona sobre la necesidad de abrazar el debate, no renunciar, y tampoco buscar la soluci¨®n definitiva de las cosas. Una charla en su sal¨®n supone una ocasi¨®n para analizar el feminismo de los ¨²ltimos a?os, que no ha surgido de la sociolog¨ªa acad¨¦mica, sino de las redes sociales, los testimonios personales y el mundo del espect¨¢culo.
Pregunta. ?C¨®mo es de real el cambio del movimiento Me Too? ?Qu¨¦ trascendencia tiene?
Respuesta. Me solidarizo totalmente con el movimiento Me Too. Est¨¢ renovando el feminismo en muchos sentidos. Hasta hace no mucho, que te llamaran feminista era una especie de insulto. Pero aguantamos, insistimos en llamarnos feministas y rechazamos que se convirtiera en un insulto. El Me Too ha sido un parteaguas que tiene muchas dimensiones, lo est¨¢n llevando con mucha fuerza mujeres j¨®venes, y particularmente mujeres de color. Las mujeres nombran a sus agresores, cuentan sus experiencias y persisten en el duro proceso legal, incluso cuando hacerlo tiene un coste. Para m¨ª, las cuestiones judiciales son muy importantes, y son muy duras. El Me Too ha sido una cura de humildad. Nos hemos hecho m¨¢s resistentes. Les debemos toda nuestra atenci¨®n a aquellas que se arriesgaron a denunciar. Una parte de lo que tiene que pasar es que haya consecuencias para los agresores. Tienen que pagar las consecuencias dentro procesos armados cuidadosamente, con investigaciones formales que protejan los derechos de todas las partes. ?Decir que eso no es f¨¢cil es quedarse muy corto! Es pol¨¦mico, contradictorio y dif¨ªcil. Especialmente en sistemas de jerarqu¨ªa, donde el poder estructural no protege de la manera adecuada a las v¨ªctimas.
P. ?Su generaci¨®n lo vio venir? ?Est¨¢ conectado con el feminismo de hace 30 a?os o es un fen¨®meno por s¨ª mismo?
¡°Donald Trump es malvado y repugnante, pero tambi¨¦n un genio pol¨ªtico¡±
R. No, no lo vi venir. Y no fui yo sola. Pero ten¨ªamos que haber anticipado la necesidad de un movimiento renovado y de una revuelta social. No es nuevo. Es m¨¢s feroz, tiene una energ¨ªa m¨¢s fuerte. Las ra¨ªces est¨¢n en movimientos surgidos hace mucho m¨¢s de 30 a?os. El Me Too se tiene que entender dentro de historias intrincadas de abuso y resistencia que tienen que ver con raza, sexualidad, clase, edad o regi¨®n. Cuando era joven, me hice feminista en las manifestaciones de Take Back the Night [organizaci¨®n contra la violencia sexual] en los a?os setenta y la llamada segunda ola del feminismo. El Me Too es una feroz continuaci¨®n de una lucha larga e inacabada. Por ejemplo, ahora pienso en el movimiento del grupo chileno que est¨¢ expandiendo por el mundo la coreograf¨ªa de El violador eres t¨². Y al mismo tiempo es simult¨¢neo con movimientos de personas transg¨¦nero y LGBTQIA¡ no me hago con los acr¨®nimos que no tienen suficientes vocales [bromea; m¨¢s tarde, demostrar¨¢ que sabe a qu¨¦ corresponde cada letra].
P. S¨ª, ahora de pronto es importante saber los pronombres por los que la gente quiere que la llamen, una reivindicaci¨®n del colectivo trans que se est¨¢ generalizando.
R. En eso, por un lado me sale decir: "Dame un respiro". Pero en general me lo tomo muy en serio. Una parte de m¨ª se r¨ªe de darle tanta seriedad a que todos pongamos en la firma de nuestro email nuestros pronombres de preferencia. Pero si est¨¢s en un ambiente que se toma la correcci¨®n pol¨ªtica muy en serio, como el m¨ªo, ya hay mucha gente que lo tiene en la firma. Por otra parte, lo entiendo. Yo he escrito cartas de recomendaci¨®n para alumnos que estaban en proceso de transici¨®n de g¨¦nero y hemos pasado mucho tiempo pensando qu¨¦ pronombres usar que no les perjudiquen profesionalmente y al mismo tiempo reflejen su identidad. Los pronombres son importantes para el respeto. Para reafirmar que esto no es lo mismo que aquello. Puedes pensar que es trivial, pero no lo es. Esto de los pronombres parece peque?o, pero a la gente le molesta mucho. Eso es un buen indicio de que en realidad importa.
P. ?Qu¨¦ significa el t¨ªtulo que ha escogido para su libro, Seguir con el problema?
R. Quedarse dentro. Permanecer ligado a ¨¦l. Evitar la tendencia al cinismo, a la desesperaci¨®n o a decir: ¡°Mierda, no puedo solucionarlo¡±. La tendencia a dejarlo y eludir hacer una vida con los dem¨¢s que merec¨ªa tener un futuro. Es seguir con el otro, quedarse con el otro para que podamos crecer.
P. Es tambi¨¦n seguir discutiendo¡
R. Discutir es parte de ello. No puedes retirarte. Eso no lo puedes hacer. Y es muy dif¨ªcil... Para evitar rendirnos, nos necesitamos unos a otros. En las condiciones en las que estamos viviendo, incluso los m¨¢s privilegiados, la rendici¨®n est¨¢ a la vuelta de la esquina.
P. En el libro advierte contra la rendici¨®n, pero tambi¨¦n contra ¡°la c¨®mica fe en la tecnolog¨ªa¡± para resolver los problemas.
R. Volvemos a la idea de quedarse en el problema. No hay soluci¨®n, hay que permanecer en ¨¦l. As¨ª es el juego de la vida en la Tierra. La idea de que hay una soluci¨®n, una forma de salir del problema de un salto, es teol¨®gica, muy cristiana. Busca la soluci¨®n en el cielo. La idea de que los problemas y los disfrutes de la vida tienen soluci¨®n es horrible. Y si miramos los dilemas urgentes en los que estamos metidos, pensar que podemos solucionarlos da una imagen equivocada. Unos con otros tenemos que encontrar formas de sanar en parte, inventar cosas nuevas, arreglar los da?os, construir y reconstruir para seguir adelante, no para solucionarlo. Lo ¨²til para el debate es la aspiraci¨®n de vivir bien unos con otros ahora. Me gusta la literatura ut¨®pica. Como aspiraci¨®n, de acuerdo. Pero creo que vivimos en una sociedad profundamente cristiana en la que hay una aspiraci¨®n una extra?a idea de salvaci¨®n. Y eso es destructivo¡
En momentos de descomposici¨®n, la posibilidad de otra cosa se vuelve m¨¢s urgente y f¨¢cil de imaginar
P. ?Cu¨¢l es la influencia de la ciencia ficci¨®n en su pensamiento?
R. Muy profunda. Uso la ciencia ficci¨®n todo el tiempo. Me influyen los autores importantes, los que no son importantes y algunos que no est¨¢n publicados. Y fue una parte importante de por qu¨¦ me hice feminista... Me hice feminista con la ciencia ficci¨®n. Yo llegu¨¦ tarde, como una joven feminista en los 70 cuando hab¨ªa una revoluci¨®n en el g¨¦nero con mujeres escritoras que empiezan a hacer libros como Women on the edge of time (Marge Piercy). La ciencia ficci¨®n es un g¨¦nero especulativo, de mundos posibles. Creo que el relato es muy importante en cualquier movimiento social. Y las escritoras feministas de ciencia ficci¨®n est¨¢n entre las escritoras m¨¢s importantes de la historia del feminismo moderno.
P. Se ha referido a los problemas actuales. A pesar de que ya llevamos tres a?os en este ambiente pol¨ªtico en Estados Unidos, no me resisto a preguntarle su opini¨®n por lo que est¨¢ pasando.
R. No lo soporto. [Donald Trump] me parece un enfermo malvado y repugnante. Tambi¨¦n creo que es un genio pol¨ªtico. Tiene sentido de los tiempos, sabe trabajarse a un p¨²blico, sabe hacerse un espacio, sabe apelar al subconsciente. Lo que no tengo claro es si ¨¦l lo sabe, si todo es expl¨ªcito y deliberado... Es un genio manipulando grupos.
P. ?Ha faltado un relato que lo parara?
R. O tener el valor de creer en el relato... Yo apoy¨¦ a Hillary Clinton, pero no hay duda de que Bernie Sanders ten¨ªa una visi¨®n de una sociedad diferente y que la articula de una manera muy poderosa. Anim¨® a much¨ªsima gente, especialmente j¨®venes, tantos como Trump. Pero el aparato del Partido Dem¨®crata no quiso arriesgarse. Trump s¨ª se hizo con el Partido Republicano. Yo no creo que su relato sea tan poderoso y que no sepamos contrarrestarlo. Creo que su control sobre las palancas del poder ha ocupado un inmenso espacio social en los ¨²ltimos tres a?os. Pero no creo que nos falten historias. Creo que tenemos buenos relatos¡
P. Usted dice que ¡°el buen pensamiento surge cuando nos quedamos sin palabras¡±. ?Es este uno de esos momentos en que estamos sin palabras?
R. El pensamiento ocurre cuando las cosas que funcionaban dejan de funcionar. En momentos de descomposici¨®n, la posibilidad de otra cosa se vuelve m¨¢s urgente y f¨¢cil de imaginar. Y la gente toma riesgos y propone posibilidades. En las crisis, cuando las cosas se rompen, las cosas van a cambiar. Y pueden ir a peor, dr¨¢sticamente a peor.
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