Homenaje y silencio culposo
?Qu¨¦ estruendoso y mezquino silencio en la muerte de Almudena Grandes el de los l¨ªderes y funcionarios de la derecha pol¨ªtica, bastantes de ellos lectores suyos, cuya vergonzosa unanimidad parece impuesta desde una oficina!
De Almudena Grandes se ha dicho estos d¨ªas todo lo que pod¨ªa decirse desde el lado de sus lectores, de sus amigos y admiradores y, en general, desde el lado menos resentido de nuestra cultura literaria. Y no se ha dicho lo que uno, incurablemente ingenuo, habr¨ªa deseado escucharles a los que no pertenecen a esas categor¨ªas: ?qu¨¦ estruendoso y mezquino...
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1. Grande(s)
De Almudena Grandes se ha dicho estos d¨ªas todo lo que pod¨ªa decirse desde el lado de sus lectores, de sus amigos y admiradores y, en general, desde el lado menos resentido de nuestra cultura literaria. Y no se ha dicho lo que uno, incurablemente ingenuo, habr¨ªa deseado escucharles a los que no pertenecen a esas categor¨ªas: ?qu¨¦ estruendoso y mezquino silencio el de los l¨ªderes y funcionarios de la derecha pol¨ªtica, bastantes de ellos lectores suyos, cuya vergonzosa unanimidad parece impuesta desde una oficina! Negarle a A. G. el pan y la sal de su relevancia en el campo literario, siquiera a cuenta del gran n¨²mero de lectores que leen y seguir¨¢n leyendo sus obras, define el talante y moldea el rencor de quienes quisieran ignorarla. Inquisidores sin poder ejecutivo (quiero decir que ya no pod¨ªan juzgarla y condenarla, ataviada con coroza y sambenito, en la plaza Mayor de Madrid, como en el c¨¦lebre Auto de fe de Francisco Rizi que se conserva en el Prado), ni siquiera han podido separar, por un momento, sus m¨¦ritos literarios de sus m¨¢s o menos discutibles intervenciones en el espacio p¨²blico. Estos d¨ªas, cuando la noticia de su muerte me llegaba casi al mismo tiempo que la de su mete¨®rica y cruel enfermedad, he recordado las ¨²ltimas conversaciones que tuvimos con motivo de su participaci¨®n en el ciclo de la Fundaci¨®n Mapfre Una novela en tu vida, en el que intent¨¦ confrontar a importantes escritores en activo con una novela para ellos fundamental. Almudena eligi¨® como ¡°novela de su vida¡± Tormento (1884), de Benito P¨¦rez Gald¨®s, en la que, por cierto, Amparo, su protagonista, es como la ant¨ªtesis de esas mujeres fuertes y decididas que pueblan la obra de la novelista. Fue en aquellas conversaciones (ella acababa de publicar Las tres bodas de Manolita en Tusquets, el sello al que, m¨¢s all¨¢ de los avatares editoriales, siempre profes¨® una envidiable fidelidad) cuando me sorprendi¨® su profundo conocimiento de la obra del novelista canario, fundamental ¡ªentonces lo vi muy claramente¡ª en el giro ¡°hacia afuera¡± ¡ªes decir, hacia la historia¡ª de su mirada, una vez agotada la mirada ¡°hacia adentro¡± que hab¨ªa caracterizado la primera etapa de su obra. Gald¨®s y su mundo ¡ªcasi resulta un truismo afirmarlo¡ª impulsaron a Almudena a emprender la que ser¨ªa su obra m¨¢s ambiciosa, la saga Episodios de una guerra interminable, cuya ¨²ltima entrega est¨¢ pendiente de publicaci¨®n. Un t¨ªtulo general al que, por cierto, la actitud de la derecha con motivo de su fallecimiento parece conferir una ominosa continuidad.
2. Regalazos (II)
La Navidad editorial tiene sus liturgias y sus sacramentos. No se conciben ni escaparates ni mesas de novedades sin algunos de ellos. Los libros de cocina, por ejemplo. O, en los ¨²ltimos a?os ¡ªy al amparo de programas gastron¨®micos televisivos de gran audiencia que, por cierto, a m¨ª me provocan a menudo reacciones em¨¦ticas¡ª, libros de ¡°autor¡±, es decir, de chefs m¨¢s o menos oportunistas. Lo cierto es que, al contrario de los masterchefs y los cantama?anas de fogones y placas de inducci¨®n, esos libros bellamente ilustrados me hacen salivar a menudo. Incluso los hojeo de vez en cuando, cuando estoy a r¨¦gimen, para consolarme, aunque no creo que una de esas im¨¢genes valga m¨¢s que una tortilla de patatas (y cebolla) bien cuajada. Los libros de cocina son alimento de la mirada y regalo perfectamente in¨²til (da pena mancharlo en la cocina), pero eficaz para quedar bien y para suscitar ulteriores invitaciones a cenar por parte de los/las que lo reciben. Por lo dem¨¢s, todos ellos aportan buenas dosis de teor¨ªa de la alimentaci¨®n, lo que falta nos hace. Incluso ense?an visiones flexitarianas (sic) de la gastronom¨ªa, un concepto muy ¨²til para conversar durante los almuerzos de empresa. Y, cr¨¦anme, siempre acabo degustando una receta (elijo las m¨¢s f¨¢ciles) de los libros que recomiendo. Del lujoso y bellamente ilustrado Sabores (Salamandra), del chef brit¨¢nico-israel¨ª Yotam Ottolenghi (que antes de hacerse cocinero hab¨ªa servido en la inteligencia militar israel¨ª, vaya por Dios) e Ixta Belfrage, durante mucho tiempo mano derecha de Ottolenghi, eleg¨ª prepararme una crema de alubias (de bote) con alioli con la que, en lugar de provocarme una ¡°explosi¨®n de sabor¡± que me llevara a ¡°cimas insospechadas¡±, estuve regoldando toda la tarde, mientras se rechazaban mis besos; pero seguramente la culpa es m¨ªa: deb¨ª de comprender que los 10 dientes de ajo prescritos eran demasiados y, adem¨¢s, me fue imposible adquirir pimienta de Alepo en copos, una pena. Con los pies m¨¢s en el suelo (aunque sin pasarse) est¨¢ Pan comido: m¨¢s recetas sin verg¨¹enza, con el que repite (para Debate) la pareja televisiva high quality David de Jorge y Mart¨ªn Berasategui; de su libro ¡°sin patochadas ni postureo¡± elijo prepararme un tartar de carne de vaca que hubiera estado delicioso si no me hubiese pasado con la salsa Worcestershire, de la que mi amigo Chirbes dec¨ªa que no hab¨ªa que abusar nunca. En fin. Dos libros para chuparse los dedos: ¡°It¡¯s Finger Lickin¡¯ Good¡±, como dec¨ªa el coronel Sanders de su Kentucky Fried Chicken, que siempre me da satisfacciones.
3. Animalia
Compruebo que tambi¨¦n la prestigiosa editorial argentina Adriana Hidalgo (AH) se decanta por el nature writing, en esta ocasi¨®n en su aspecto faun¨ªstico (el adjetivo no suena bien, pero lo tienen en el DLE, de modo que no se reboten). La colecci¨®n Naturalezas, compuesta por libros breves, compactos y bien ilustrados, est¨¢ constituida por ¡°retratos¡± totalizadores (biolog¨ªa, etolog¨ªa, historia, mitos, literatura) de animales concretos realizados por autores de renombre. Hasta la fecha han aparecido ?B¨²hos, del zo¨®logo Desmond Harris, que a¨²n no he le¨ªdo, y el estupendo y bien documentado Cerdos, del fil¨®sofo vien¨¦s Thomas Macho, todo un homenaje a mi artiod¨¢ctilo favorito (y no solo por el jam¨®n).
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