¡®Nunca fuimos m¨¢s felices¡¯: Epicuro explicado a un futbolero
El poeta Carlos Marzal re¨²ne una serie de reflexiones bienhumoradas en las que la literatura alterna con el deporte y el placer de vivir con la certeza de que la vida termina
Al poeta y gozador Carlos Marzal se le da bien la prosa. Las dos cosas, su epicure¨ªsmo y su destreza pros¨ªstica, se muestran en este conjunto de divagaciones de varia lecci¨®n nacidas de su pasi¨®n doble y entreverada por el f¨²tbol y la literatura. (La tercera, la taurina, asoma poco). Nunca fuimos m¨¢s felices, organizado como un partido, con su calentamiento, sus dos partes, que se desgranan en 134 cap¨ªtulos con hechura de art¨ªculos, y una pr¨®rroga en dos partes que encierra un inesperado y cruel vuelco (como muchas pr¨®rrogas), es una exhibici¨®n de juego literario al toque corto, pero tambi¨¦n un ejemplo de supeditaci¨®n de una escritura proliferante ¡ªe ir¨®nicamente autocomplacida¡ª a un prop¨®sito superior y ¨²ltimo del que se desprende el sentido del conjunto. Y este sentido no es tanto la celebraci¨®n vitalista de las peque?as y grandes alegr¨ªas de la existencia cuanto su reverso: la intuici¨®n de su ausencia, la expulsi¨®n del para¨ªso, la anticipaci¨®n del duelo, el golpe brutal en medio de la fiesta.
Tanto como el f¨²tbol, jugado lejanamente por Marzal y gozado ahora como futbolero letrado y padre de un jugador alev¨ªn, aqu¨ª se habla de literatura. Ambas actividades son fuente de j¨²bilo y entre ellas se establecen constantes e ingeniosas conexiones y homolog¨ªas. Las apreciar¨¢n mejor quienes respondan al arquetipo que el autor tiene del aficionado perfecto: el ilustrado. A la masa de aficionados bibli¨®fobos, este libro, para qu¨¦ enga?arse, les traer¨¢ al pairo. Y no saben lo que se pierden. No ya sobre f¨²tbol, acerca del que se diserta ex abundantia cordis, sino sobre asuntos menos sectoriales (o, para seg¨²n qui¨¦n, menos triviales) como, pongamos, el dolor por las p¨¦rdidas que causa el tiempo en su costumbre de irse yendo.
Varias veces se alerta en la obra contra la nostalgia, pero es un modo de delatar que toda su escritura est¨¢ embebida de nostalgia: por la remota infancia y juventud, por los amigos queridos ¡ªalgunos ya en su cielo¡ª, por las mermas seguras que traer¨¢ el futuro. Una de ellas la encarna Carlitos, el hijo del autor, que act¨²a, por decirlo deprisa y torpemente, como el eje secreto del libro, ah¨ª donde apunta el verso de ¡®El arco¨ªris¡¯ de Wordsworth que Marzal utiliza de exergo: ¡°El ni?o es el padre del hombre¡±. La vastedad de la dicha que le supone compartir con ¨¦l los viajes a los entrenamientos o los partidos, sabiendo que eso se acabar¨¢ alg¨²n d¨ªa, constituye la expresi¨®n m¨¢s depurada del amor a la vida, a su parte m¨¢s luminosa por lo menos. Aunque la cara sombr¨ªa ni se ignora ni se escamotea.
Como afirma Marzal, toda escritura es autobiogr¨¢fica, y Nunca fuimos m¨¢s felices lo es de manera obvia, en sus an¨¦cdotas y nombres propios, en sus pasajes reflexivos de toda ¨ªndole, en especial los referidos a la vocaci¨®n y ejercicio literarios, pero lo es tambi¨¦n de manera impl¨ªcita en la irreprimida propensi¨®n digresiva, en el tono burl¨®n, hiperb¨®lico y sentimental, en la representaci¨®n de la arquitectura de la propia conciencia, a la que con guasa llama ¡°intraideolog¨ªa marzaliana¡±.
Dentro de ella, la autoconsciencia constituye un imperativo sin el cual se diluye toda experiencia: sin ella no hay ni felicidad (solo es feliz quien es consciente de serlo) ni literatura que valga. Como prueba, Marzal despliega, entre bromas y veras, un recital metaliterario tan di¨¢fano como exento de pompa. Este libro miscel¨¢neo y esponjoso est¨¢ destinado, pues, a los gustadores de la buena literatura y a quienes a¨²n conf¨ªen en que un libro puede albergar razones para reajustar la relaci¨®n con el mundo. Aunque sientan una cordial indiferencia hacia el f¨²tbol.
Nunca fuimos m¨¢s felices?
Tusquets, 2021
532 p¨¢ginas. 20,50 euros
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