Amparo D¨¢vila y nuestros fantasmas de cada d¨ªa

Tras una larga carrera literaria, la poeta y narradora Amparo D¨¢vila (1928-2020) entr¨® con honores en el canon de la literatura mexicana ya en el presente siglo, al recibir los premios mexicanos de Bellas Artes en 2015 y Jorge Ibarg¨¹engoitia de literatura en 2020, pocos meses antes de su fallecimiento. La relevancia de su obra queda corroborada con esta edici¨®n de sus Cuentos reunidos a cargo de Fondo de Cultura Econ¨®mica y la editorial P¨¢ginas de Espuma.

Tanto cr¨ªticos como acad¨¦mic...

Tras una larga carrera literaria, la poeta y narradora Amparo D¨¢vila (1928-2020) entr¨® con honores en el canon de la literatura mexicana ya en el presente siglo, al recibir los premios mexicanos de Bellas Artes en 2015 y Jorge Ibarg¨¹engoitia de literatura en 2020, pocos meses antes de su fallecimiento. La relevancia de su obra queda corroborada con esta edici¨®n de sus Cuentos reunidos a cargo de Fondo de Cultura Econ¨®mica y la editorial P¨¢ginas de Espuma.

Tanto cr¨ªticos como acad¨¦micos tienden a enmarcar la mayor¨ªa de los relatos de D¨¢vila en el g¨¦nero g¨®tico-fant¨¢stico, pues en ellos se repiten elementos caracter¨ªsticos de este como la predominancia del ¨¢mbito dom¨¦stico (a ser posible casonas sombr¨ªas y sus correspondientes jardines) y la irrupci¨®n de lo sobrenatural en la cotidianidad, todo ello en un entorno opresivo y amenazante. En efecto, es principalmente en grandes casas burguesas donde acechan las presencias inquietantes que encontramos en las narraciones de la escritora mexicana y donde lo siniestro, en el sentido m¨¢s freudiano del t¨¦rmino, acampa, creando atm¨®sferas turbadoras. El ejemplo por excelencia es su relato ¡®El hu¨¦sped¡¯, perteneciente al volumen Tiempo destrozado (1959), probablemente el texto m¨¢s analizado y difundido de la autora mexicana.

Como bien indica la escritora Mariana Enriquez en el pr¨®logo de los Cuentos reunidos ¡ªpor su v¨ªnculo con la literatura de D¨¢vila, Enriquez es la prologuista id¨®nea¡ª, los escritos de D¨¢vila no solamente est¨¢n vinculados estil¨ªstica y tem¨¢ticamente con los de maestros estadounidenses del relato de horror como Poe o Lovecraft, sino tambi¨¦n con ciertos cuentos de Cort¨¢zar, gran amigo de la autora, en los que reina un clima de extra?amiento, por ejemplo Casa tomada, que adem¨¢s transcurre en una gran residencia familiar, o Despu¨¦s del almuerzo, donde el protagonista ha de sacar a pasear a una criatura perturbadora acerca de la cual el lector obtiene solo pistas desdibujadas.

En la literatura contempor¨¢nea mexicana, el motivo recurrente de lo fantasmag¨®rico, que no solo es central en la mayor¨ªa de relatos de D¨¢vila sino tambi¨¦n en Pedro P¨¢ramo de Juan Rulfo y en Aura de Carlos Fuentes, ha sido le¨ªdo por los acad¨¦micos como un recurso literario cuyo prop¨®sito es interpretar diversos problemas y realidades hist¨®rico-sociales del pa¨ªs azteca. Como contrapartida, en los relatos de D¨¢vila estos espectros son a menudo secuelas de ausencias previas. As¨ª, en ¡®La casa nueva¡¯, es la muerte de Ram¨®n Sald¨ªvar, marido y padre del n¨²cleo familiar protagonista, lo que genera una sensaci¨®n gradual de desvalimiento que se traduce en una presencia fantasmal percibida solamente por las mujeres de la familia: Do?a Isabel, la viuda, y su hija Alina. En todos estos relatos, adem¨¢s de narrar los sucesos cotidianos que constituyen la trama, D¨¢vila se ocupa en profundidad de lo que ocurre simult¨¢neamente dentro del mundo mental de sus personajes.

En muchos de los cuentos la resoluci¨®n del conflicto que genera el malestar en sus protagonistas es radical: en ¡®M¨²sica concreta¡¯ tiene lugar tras la eliminaci¨®n de la persona causante de la perturbaci¨®n (¡°El sapo no volver¨¢ jam¨¢s a molestarte¡±, dice el personaje que se ha encargado de acabar con la presencia amenazante), o gracias a la huida del espacio donde se asienta el trauma; por ejemplo, con la venta de la vivienda reci¨¦n estrenada en ¡®La casa nueva¡¯, o mediante el cambio de alojamiento en ¡®El Hotel Chelsea¡¯, relato que podr¨ªa parecer una cr¨®nica en primera persona de un viaje a Nueva York de la autora veteada con elementos ficcionales. En ¨¦l, la protagonista y narradora planea inicialmente quedarse varias noches en el c¨¦lebre hotel donde pernoctaron artistas y escritores para encontrar en realidad ¡°una habitaci¨®n con la alfombra manchada y sucia, una cama mal tendida con s¨¢banas arrugadas y huellas de haber sido usadas, una mesa y unas sillas llenas de polvo, una cocineta con una estufilla cochambrosa que ol¨ªa a gas y un fregadero con llaves oxidadas que goteaban sin cesar¡±.

El relato pertenece al volumen m¨¢s tard¨ªo de cuentos de D¨¢vila, publicado en 2009 y titulado ¡®Con los ojos abiertos¡¯. En ¨¦l las historias se emplazan en espacios como bloques de apartamentos, bares u hoteles, m¨¢s propios de la modernidad urbana que de los ambientes tradicionales de la literatura g¨®tica, sin embargo, D¨¢vila logra igualmente que lo fant¨¢stico y lo siniestro afloren en ellos.

Otro elemento que reaparece en estas historias es la radio y, como consecuencia, la profusi¨®n de voces propias de este medio, que se entremezclan con las de ultratumba que dicen escuchar los personajes de aquellas. Esto ocurre particularmente en el relato titulado ¡®Radio Imer Opus 94.5¡ä, cuya protagonista, Irene, se enamora perdidamente de la voz del locutor de un programa de m¨²sica cl¨¢sica al que no conoce personalmente.

En resumen, quien solamente espere encontrar en este libro historias de ambiente terror¨ªfico se ver¨¢ gratamente sorprendido ante la variedad de registros de D¨¢vila, pues la tensi¨®n que la autora genera en sus textos proviene de muy distintas fuentes: no solamente es de ¨ªndole fantasmag¨®rica, sino tambi¨¦n reside en las relaciones complejas e intensas entre hombres y mujeres. Son destacables los personajes femeninos de D¨¢vila, dotados de gran sensibilidad perceptiva, lo cual provoca que la sociedad las tache de desequilibradas, si bien al mismo tiempo son fuertes y resolutivas (en ¡®La casa nueva¡¯, el personaje de Do?a Isabel ¡°casi siempre ganaba porque todo lo que ella hac¨ªa en la vida lo hac¨ªa bien¡±). Aunque su cotidianidad transcurra en universos donde se las relegue a un segundo plano y en el que sean asaltadas por miedos y contrariedades de todo tipo, a lo largo de estas narraciones se muestran en una lucha constante para desembarazarse de cualquier elemento hostigador y obtener su libertad, sea esta simb¨®lica o tangible.

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