¡®Rendici¨®n¡¯, miner¨ªa y menopausia
Joanna Pocock penetra en las comunidades apegadas a la tierra del Oeste americano, cazadores-recolectores, ¡°survivalistas¡±, ¡°carro?eros¡±, y cruza sus vidas con la suya propia, ilumin¨¢ndola con cierta locura y salvajismo
Sabemos muy poco del Oeste americano. El cine, el arte y el consumo nos han mostrado de mil maneras sus formas de vida, pero todo es simb¨®lico, anula las perspectivas desde las que uno desear¨ªa conocerlo. En sus relatos de testimonio, la canadiense-brit¨¢nica Joanna Pocock (1965) se rinde a la atracci¨®n que siente por el ¨²ltimo pedazo de la corteza terrestre donde todo es hiperb¨®lico, a la vez que afronta su propi...
Sabemos muy poco del Oeste americano. El cine, el arte y el consumo nos han mostrado de mil maneras sus formas de vida, pero todo es simb¨®lico, anula las perspectivas desde las que uno desear¨ªa conocerlo. En sus relatos de testimonio, la canadiense-brit¨¢nica Joanna Pocock (1965) se rinde a la atracci¨®n que siente por el ¨²ltimo pedazo de la corteza terrestre donde todo es hiperb¨®lico, a la vez que afronta su propia crisis, la madurez en la que todas las mujeres se experimentan divididas, entre el deleite de una libertad fogosa y el ennui de una castidad preventiva, socializada en la pasividad y la aceptaci¨®n que la conducir¨¢n al f¨¦rtil dominio de la escritura. Rendici¨®n afirma c¨®mo el goce del conocimiento de la naturaleza integra esos dos aspectos divididos del yo femenino.
El descenso de Pocock desde su ciudad, Londres (con un pie ya fuera de la ¡°Europa domesticada¡±) al vasto y salvaje territorio del estado de Montana es enormemente po¨¦tico y pol¨ªtico, y conlleva un encuentro m¨²ltiple con sus ancestros y seres queridos que ya no est¨¢n: sus or¨ªgenes irlandeses, su infancia en Canad¨¢, el duelo por la p¨¦rdida de sus padres y de su hermana (¡°Todos llegamos a la mitad de la vida en alg¨²n momento. Cuando mi hermana Mary cumpli¨® veintis¨¦is, ?se le pasar¨ªa por la cabeza que morir¨ªa a los cincuenta y dos?¡±, se lee nada m¨¢s abrir el libro), hasta que los fantasmas comienzan a disiparse con los matices de la atm¨®sfera de Missoula, Butte, los bosques de Washington y Yellowstone, el sublime horizonte envenenado a perpetuidad por los residuos t¨®xicos en sus r¨ªos (¡°las estaciones se filtraban en mi cuerpo a trav¨¦s del Sentinel¡±), los incendios, la desaparici¨®n de los glaciares. Todo aquello la aparta de la autosatisfacci¨®n casi er¨®tica de estar viviendo una vida de pionera de la frontera (al principio con su marido y su hijita de ocho a?os, despu¨¦s sola) a la b¨²squeda de ese oro que es su propio goce. Pero lo encuentra.
Rendici¨®n es tambi¨¦n una llama de conciencia en torno a nuestros temores m¨¢s actuales: la guerra nuclear, los biolaboratorios, el acopio de v¨ªveres en b¨²nkeres antes del Apocalipsis; la hormonaci¨®n e hipermedicaci¨®n de nuestros cuerpos, el desmantelamiento de las casas para la extracci¨®n minera ¡ªcon sus carteles de ¡°no fumar¡± en diecis¨¦is idiomas¡ª, como en una ciudad de los Simpsons; las tribus de los nativos bajo el asedio permanente de las multinacionales, el fracking, los transg¨¦nicos, las armas en manos de ni?os y adultos.
Pocock no rebaja a la hidra, ese aspecto grotesco del fin del mundo vive a lo largo de la Great Divide donde solo se permitir¨¢ ¡°ilusiones razonables¡± en sus cortos encuentros con las comunidades de los ¡°rewilders¡± y toda una procesi¨®n de ¡°carro?eros¡± de b¨²falos salvajes ¡°sangrando por las fosas nasales sobre la nieve¡±, cazadores-recolectores que viven ¡°ilegalmente¡± (¡°administrar la tierra de forma sostenible significa quebrantar la ley¡±) gracias a la recuperaci¨®n de t¨¦cnicas ancestrales de caza y refugio, la subcultura del ecosexo y de los llamados ¡°three percenters¡± con su est¨¦tica testoster¨®nica (otro simbolismo de la Am¨¦rica profunda fue el asalto al Capitolio que inaugur¨® la era post-Trump), en un equ¨ªvoco tel¨®n de fondo que refuerza la condici¨®n humana en su aceptaci¨®n del desorden natural. ¡°Llegu¨¦ a ver mi peque?ez y mi salvajismo como los ingredientes que faltaban en mi vida¡±, resume Pocock, al tiempo que anota las diferentes formas que tiene el idioma ruso de irse, ¡°dependiendo de si uno tiene la tentaci¨®n de regreso¡±.
En estos tiempos malos, una se pregunta sobre su experiencia tras la lectura de estas p¨¢ginas de duelo, tambi¨¦n de ligereza, en longitud de onda con Joan Didion y Rebecca Solnit. Con Pocock algo sombr¨ªo nos marca, es triste pero muy rico, esa persuasividad en la rendici¨®n: ¡°Me debato entre encontrar mi lugar y no creer que tal cosa exista¡±.
Rendici¨®n?
Autora: Joanna Pocock.
Traducci¨®n: Teresa Lanero Ladr¨®n de Guevara.
Editorial: Errata Naturae, 2022.
Formato: tapa blanda (397 p¨¢gs. 23 euros) y e-book (euros).
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