¡®50 Estados¡¯, el maravilloso problema de los poetas ficticios
Ezequiel Zaidenwerg elabora una ficticia antolog¨ªa po¨¦tica a base de entrevistas y versos de 13 autores diversos de Estados Unidos que nunca existieron
Ezequiel Zaidenwerg (Buenos Aires, 1981) comenz¨® a traducir con regularidad hace algunos a?os porque ¡ªafirma¡ª escrib¨ªa muy poco, ¡°al menos en relaci¨®n con lo que en esa ¨¦poca imaginaba propio de un poeta¡±; desde 2005 administra zaidenwerg.com, un blog dedicado a la traducci¨®n de poes¨ªa, y es autor de Doxa (2007); La l¨ªrica est¨¢ muerta (2011); Sinsentidos comunes, ilustrado por Raquel Can¨¦ (2015), y 50 Estados: 13 poetas contempor¨¢neos de Estados Unidos (2018), que Fulgencio Pimentel y Kriller71 publican en coedici¨®n en Espa?a este mes.
¡°Muestra¡± al tiempo que ¡°ensayo colectivo acerca de las m¨²ltiples maneras de la literatura estadounidense contempor¨¢nea¡± y ¡°en cierta forma, una novela tenue¡±, en palabras de Zaidenwerg, 50 estados re¨²ne una selecci¨®n de poemas de 13 autores nacidos entre 1976 y 1994 cuya versi¨®n en espa?ol ha sido elaborada por el escritor y traductor argentino, quien tambi¨¦n ha entrevistado a los autores acerca de sus primeras lecturas, los primeros poemas, sus primeras publicaciones, sus opiniones acerca de la poes¨ªa estadounidense contempor¨¢nea: interesados en la m¨²sica country, franc¨®filos, poetas que descubrieron la poes¨ªa en el instituto, en la universidad o ¡ªen la acepci¨®n de ¡°revelaci¨®n¡±¡ª no la descubrieron nunca pero escriben poes¨ªa de todas maneras, no saben si siguen siendo poetas o no, piensan en las relaciones amorosas como supergrupos y est¨¢n por completo inmersos en el tiempo presente, influidos por la cultura popular norteamericana del mismo modo y con la misma intensidad con que lo est¨¢n por T. S. Eliot, William Carlos Williams, E. E. Cummings, Wallace Stevens, George Oppen, ?John Ashbery, Robert Frost, W. S. Merwin, Elizabeth Bishop, Allen Ginsberg y otros, los poetas antologados por Zaidenwerg parten de una situaci¨®n ¡°a menudo no particularmente po¨¦tica y a veces incluso tomada de la cultura de masas¡± para, como afirma uno de ellos, ¡°representar otra cosa, de un orden incluso metaf¨ªsico¡±; aspiran a mostrar un r¨¦gimen superior, m¨¢s abstracto, pero no por ello menos real o menos trascendente, piensan en la poes¨ªa como algo ¡°sagrado¡± o banal, que simplemente hacen y es parte de su rutina.
El problema, si se desea verlo de esta manera, es que ninguno de ellos existe realmente: fueron creados por Ezequiel Zaidenwerg, quien volvi¨® a jugar de este modo el viejo juego de los heter¨®nimos que dominaron S?ren Kierkegaard, Fernand Fleuret, Val¨¦ry Larbaud y, por supuesto, Fernando Pessoa. Y el resultado es una obra que pone en cuesti¨®n las nociones ¡ªs¨®lo aparentemente estables¡ª de original y copia, autor¨ªa, tradici¨®n, innovaci¨®n, reproducci¨®n, traducci¨®n, creatividad y voz. El tema del libro es c¨®mo, en alg¨²n sentido, el modo en que las personas descubren la poes¨ªa, el azar de las lecturas y un pu?ado de experiencias personales ¡ªal tiempo que los rasgos de car¨¢cter, por supuesto¡ª determinan po¨¦ticas muy diversas cuyo v¨ªnculo con la poes¨ªa contempor¨¢nea escrita en un pa¨ªs espec¨ªfico, por ejemplo Estados Unidos, es circunstancial y acaso exagerado por la cr¨ªtica; el logro es que poemas tan distintos ¡ªy, en ocasiones, muy buenos¡ª hayan sido escritos por el mismo autor.
La pr¨¢ctica del heter¨®nimo tiene tanto de ocultaci¨®n como de exhibici¨®n de fuerza
La pr¨¢ctica del heter¨®nimo tiene tanto de ocultaci¨®n como de exhibici¨®n de fuerza; como escribi¨® el ensayista cubano V¨ªctor Fowler en una ocasi¨®n, ¡°el heter¨®nimo no es uno mismo y es libre de pertenecer a la ¨¦poca, estilo o moda que desee o incluso mezclarlos todos, pero asume la responsabilidad moral de ser una identidad¡±. En los mejores poemas de este libro, Zaidenwerg asume, por su parte, la de dar voz a un padre que admite su derrota el d¨ªa que deja de salir a correr despu¨¦s del trabajo, al hijo que ba?a a su madre anciana y piensa en las formas en que las esponjas recrean su punto de partida, al chico enamorado de su amiga que es ¡°como un ¨¢rbol podado¡±, a la joven que cabalga ¡°colgada de las crines¡± del ¡°poni loco de la ansiedad¡±, a Walt Disney en el hielo; lo hace con una lengua cuyas expresiones ¡ª¡°ratearse¡±, ¡°estar jodiendo¡±, sufrir ¡°por boludo¡±¡ª vinculan a estos poemas con un territorio de llegada espec¨ªfico, pero no determinante.
Zaidenwerg vive en Nueva York desde hace algunos a?os, es el responsable de las versiones en espa?ol de libros de Mark Strand, Ben Lerner, Joseph Brodsky, Denise Levertov, Anne Carson, Robin Myers y Mary Ruefle, entre otros, y ¡ªen una vuelta de tuerca no especialmente dif¨ªcil de imaginar, pero prometedora¡ª no deber¨ªamos descartar que los autores que ¡°antologa¡± s¨ª existan realmente, de alguna manera.
50 Estados: 13 poetas contempor¨¢neos de Estados Unidos?
Autor: Ezequiel Zaidenwerg.
Editorial: Kriller71 y Fulgencio Pimentel, 2022.
Formato: tapa blanda (344 p¨¢ginas. 23,50 euros).
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