¡®Hija de la tierra¡¯, una implacable determinaci¨®n

Periodista de energ¨ªa y compromiso extraordinarios que cubri¨® momentos cruciales de la URSS y de China, Agnes Smedley (Osgood, Misuri, 1892-Londres, 1950) entrevist¨® repetidas veces a Mao cuando ning¨²n extranjero se hab¨ªa acercado a¨²n a ¨¦l y fue confidente de Zhu De, l¨ªder del Ej¨¦rcito Rojo....

Periodista de energ¨ªa y compromiso extraordinarios que cubri¨® momentos cruciales de la URSS y de China, Agnes Smedley (Osgood, Misuri, 1892-Londres, 1950) entrevist¨® repetidas veces a Mao cuando ning¨²n extranjero se hab¨ªa acercado a¨²n a ¨¦l y fue confidente de Zhu De, l¨ªder del Ej¨¦rcito Rojo. Pas¨® 12 a?os recorriendo China con uniforme militar para describir a un perplejo Occidente lo que all¨ª estaba sucediendo y logr¨® que el presidente Roosevelt enviase ayuda m¨¦dica a Mao en su lucha contra la potencia invasora, Jap¨®n. Su vida fue una aut¨¦ntica monta?a rusa de adhesiones y desapegos. Hija de la tierra (1929), su ¨²nica obra de ficci¨®n, rezuma verdad y pasi¨®n, resultando el testimonio singular de una ¨¦poca y de una manera emp¨¢tica y arriesgada de enfrentarse al mundo.

Marie Rogers, alter ego de la autora, nos sumerge en su infancia precaria y violenta que har¨¢ de ella una persona decidida a no ser dominada por nadie. Esta parte de la historia, que ocupa casi la mitad del libro, resulta la m¨¢s interesante. Vemos a Marie en su perpetua duda emocional, en su huida hacia delante, que la convierte de joven sin instrucci¨®n en maestra y luego en buscadora infatigable de mentores que le abran los ojos a la realidad. Agnes se uni¨® a un activista indio y su personaje tambi¨¦n. Ambas luchar¨¢n por la libertad del subcontinente. ¡°Cuando se a¨²nan el conocimiento y el amor¡±, escribe Marie, ¡°se ha creado una fuerza indestructible¡±.

Los a?os de universidad y activismo en Nueva York lastran un tanto la narraci¨®n, que remonta cuando la Gran Guerra convierte a Marie en enemiga de su patria y del colonialismo. Si bien se la encuadra en la llamada ¡°novela proletaria¡±, con ecos de Steinbeck, la obra de Agnes (proscrita por el macartismo) posee valores nuevos.

Con sutiles cambios de tono narrativo, la autora muestra la evoluci¨®n psicol¨®gica de la protagonista de una forma inusual para la ¨¦poca, anticip¨¢ndose a una conciencia emancipada de la mujer. A veces recuerda la ¨ªntima vitalidad de El cuaderno dorado, de Doris Lessing, escrito en 1962. Se trata, en fin, de una obra estimable que nos devuelve el v¨¦rtigo de una vida ¨²nica y su implacable determinaci¨®n.

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