Extraer la piedra
Una muestra en Venecia compara obras y objetos hist¨®ricos sobre el cerebro humano con breves relatos de escritores conocidos
De un cilindro de terracota mesopot¨¢mico del a?o 2120 antes de nuestra era, primer documento que intent¨® registrar la naturaleza de los sue?os, a los dibujos de Ram¨®n y Cajal de las c¨¦lulas gigantes que reinan en la regi¨®n motora, la voluntad de entender c¨®mo funciona el cerebro humano ha sido permanente desde los albores de la civilizaci¨®n. Esas son solo dos del centenar de obras y documentos hist¨®ricos...
De un cilindro de terracota mesopot¨¢mico del a?o 2120 antes de nuestra era, primer documento que intent¨® registrar la naturaleza de los sue?os, a los dibujos de Ram¨®n y Cajal de las c¨¦lulas gigantes que reinan en la regi¨®n motora, la voluntad de entender c¨®mo funciona el cerebro humano ha sido permanente desde los albores de la civilizaci¨®n. Esas son solo dos del centenar de obras y documentos hist¨®ricos que forman parte de la exposici¨®n que la Fundaci¨®n Prada de Venecia dedica a la complejidad del sistema nervioso, una iniciativa tan ambiciosa y exigente como inhabitual en este museo privado, propiedad de la dise?adora y coleccionista Miuccia Prada, que ha asumido el desaf¨ªo ¡°intelectual y pol¨ªtico¡±, en sus propias palabras, de dejar de centrarse en las muestras de artes visuales para adentrarse tambi¨¦n en el campo cient¨ªfico.
La muestra es el colof¨®n de un programa de cuatro a?os impulsado por Prada y liderado por un equipo de investigadores en los distintos ¨¢mbitos de la neurociencia, pero tambi¨¦n en filosof¨ªa, psicolog¨ªa, ling¨¹¨ªstica e inteligencia artificial. Su contribuci¨®n aparece resumida en un v¨ªdeo a cargo de la artista Taryn Simon, que refleja sus aportaciones, a partir de 140 horas de entrevistas, en una treintena de monitores que brillan en la oscuridad y en los que las ideas se enlazan a la velocidad de las sinapsis. Es el inicio de un recorrido por el antiguo Egipto, el periodo edo japon¨¦s, la pintura de Rembrandt o los teatros anat¨®micos de Bolonia o Padua, donde se popularizaron las disecciones del cuerpo humano con p¨²blico, como si fueran espect¨¢culos en vivo. A veces, a la luz de las velas, con lo que la puesta en escena ganaba en dramatismo.
La exposici¨®n comparte con esas demostraciones de anatom¨ªa la misma doble vertiente, entre la experiencia cient¨ªfica y la po¨¦tica, con una escenograf¨ªa en un negro estricto y as¨¦ptico, como si estuvi¨¦ramos en un hospital futurista. Junto a cada objeto, un escritor conocido firma un relato breve le¨ªdo por el mismo actor, George Guidall, especializado en audiolibros. Por ejemplo, los pergaminos sumerios que procuraron dejar constancia de la naturaleza del sue?o ¡ªuna copia del Louvre que, pese a todo, desprende un ¨¢pice inexplicable de aura¡ª van acompa?ados de una par¨¢bola de Salman Rushdie sobre la inconsciencia nocturna y los conflictos que se derivan de sus m¨²ltiples interpretaciones. La obra del Bosco Extracci¨®n de la piedra de la locura (1501-1505), procedente del Prado, donde un curandero intenta extirpar dicha roca del enc¨¦falo de su paciente, est¨¢ apareada con una ex¨¦gesis en clave c¨®mica de Herv¨¦ Le Tellier, miembro del Oulipo y autor de La anomal¨ªa. Esa figura se convirti¨® en un tropo pict¨®rico que dio lugar a una especie de subg¨¦nero (reflejado aqu¨ª con una obra flamenca de Pieter Jansz Quast), en el que m¨¦dicos de distinta ¨ªndole intentan extraer el pedrusco que provoca la enajenaci¨®n y otros desvar¨ªos, en una figura que parece adelantarse al nacimiento de la psicolog¨ªa y la psiquiatr¨ªa, as¨ª como a la omnipresencia actual de los tratamientos de psicotr¨®picos.
¡®Human Brains¡¯. Fundaci¨®n Prada. Venecia. Hasta el 27 de noviembre.
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