Lauren Groff: ¡°La rabia femenina es una fuerza del bien, el ant¨ªdoto a la mujer florero¡±

Una fantas¨ªa escapista reconforta a Lauren Groff y sus amigas desde que Donald Trump fue presidente de Estados Unidos: ¡°Bromeamos continuamente con dejarlo todo y montar una comuna de mujeres en una isla. Sin hombres, por supuesto¡±, cuenta esta escritora muerta de la risa en una terraza de Barcelona a mediados de septiembre. ¡°Entiende que me seduzca la idea, mi casa derrocha energ¨ªa masculina: tengo dos hijos adolescentes¡±, enfatiza, siempre mordaz y bromista, en la primera parada de su gira europea sobre su ¨²ltimo libro, Matrix.

Finalista del National Book Award y traducida a una decena de idiomas ¡ªal castellano por Ana Mata Buil en Lumen y por M¨ªriam Cano en catal¨¢n en L¡¯Altra¡ª, en esta aclamada ficci¨®n sobre una abad¨ªa femenina liderada por Mar¨ªa de Francia en el s. XII, los hombres no pintan nada. Son intrascendentes, predecibles notas al pie de p¨¢gina. Tan poco importan los machos que todos y cada uno de los animales que aparecen en el texto son hembras. ¡°Una de las cosas que m¨¢s me molesta en la concepci¨®n de la historia es ver c¨®mo las mujeres han sido marginadas de todas las narrativas, incluso en la literatura. Es demoledor. Nos han convertido en sombras, as¨ª que con esta novela me propuse hacer justo lo contrario. Esta vez, ellos lo ser¨ªan y no nosotras¡±, apunta resuelta, con ese halo que desprenden las ungidas con el don de ser la m¨¢s avispada de la clase y, encima, tener estilo y mejor melena.

Inventar el pasado

Casi una d¨¦cada despu¨¦s de Arcadia ¡ªuna novela en la que en su tramo final una pandemia asolaba el mundo desde Tailandia y mataba a casi un mill¨®n de personas en 2019¡ª, siete a?os despu¨¦s de El ruido y las furias ¡ªuna afilada disecci¨®n del matrimonio y sus privilegios que la elev¨® globalmente¡ª, y cuatro despu¨¦s de Florida ¡ªla antolog¨ªa de relatos que mejor predijo la ecoansiedad que nos asola¡ª; a sus 44 a?os, la escritora que vio venir las neurosis y males de nuestra era ha apostado por un libro sobre monjas. Que nadie inicie un bostezo. M¨¢s que beatas ansiosas de fe, bajo su pluma, estas hermanas parecen vibrantes amazonas: calientes, despiertas, conquistadoras. En Matrix, Groff se ha propuesto resolver el enigma de Marie de Francia, una poeta de la que poco se sabe y de la que se qued¨® prendada en la universidad de Massachussets cuando ley¨® El lombro lobo, ¡°un lais queer que me hizo entender que en esa mujer que apenas dej¨® rastro sobre su origen hab¨ªa un ser humano incre¨ªble¡±. Aqu¨ª Groff vuela libre e imagina una de las teor¨ªas que envuelven a la poeta ¡ªla de ser abadesa e hija ileg¨ªtima¡ª porque, como justifica, ¡°la ficci¨®n hist¨®rica te abre esas ventanas a temas que crees que no te interesar¨ªan, pero acabas encontrando fascinantes¡±.

Escribir, otra vez, sobre el siglo XXI no era un plan especialmente apetecible para esta lectora voraz que engulle unos 300 libros al a?o (¡±Muchos son de poes¨ªa o audiolibros que me pongo cuando salgo a correr, en realidad novelas entendidas como tal leer¨¦ unas 80¡å, dice, como si eso restase m¨¦rito al logro). Si los relatos contempor¨¢neos que ha firmado predijeron nuestras angustias m¨¢s primarias, esta novela nace de la urgencia de evadirse del ruido y los gritos del presente para advertirnos de lo solos que nos estamos quedando. ¡°Necesitaba un hecho bisagra, algo que, desde otra ¨¦poca, me permitiese hablar de aquello que nos interpela ahora¡±. Tiene l¨®gica que haya acabado fantaseando con una pr¨®spera utop¨ªa feminista en un pasado mejor frente a una era en la que las libertades femeninas retroceden y el culto al yo nos a¨ªsla para peor. ¡°Hay un poema maravilloso de Emily Dickinson que dice: ¡®Di la verdad pero dila sesgada¡¯. Y eso es lo que he hecho con Matrix. Marie llega a la abad¨ªa y se la encuentra en ruinas, todo es putrefacto, su mundo se muere de hambre. Pero ella es capaz de construir un mundo mejor. Ten¨ªa la necesidad de crear algo en lo que creer en estos tiempos aciagos. Encontrar la belleza en una vida en comunidad, aprender a cuidarnos¡±.

La autora del ¡®os lo dije¡¯

No niega que siente algo de orgullo por haberse convertido en la autora del ¡®os lo dije¡¯. ¡°Me alegra saber que por fin se reconoce aquello que advert¨ª, que despu¨¦s de tantos a?os sinti¨¦ndome como una princesa troyana se me haya escuchado¡±. Lo que s¨ª mosquea a esta neoyorquina criada en una comunidad wasp presbiteriana, hija de un m¨¦dico, hermana de m¨¦dicos y de una triatleta ol¨ªmpica, es la incapacidad del ser humano para entender el funcionamiento del eterno retorno. De c¨®mo la historia se repite y vuelve a aquello que dimos por superado. Quiz¨¢ le viene por vivir desde hace a?os en Florida, donde dice haber asistido a una aceleraci¨®n del desapego social tras la covid. Un rinc¨®n anticipatorio en el que el s¨¢lvese quien pueda se ha aliado con un clima asfixiante y con pinta de desastre inminente. ¡°Ahora estamos atrapados en un loop terrible. El fascismo tambi¨¦n es el auge de lo individual sobre la comunidad. Y est¨¢ conectado con la ecoansiedad. Cuando nos sentimos amenazados, nos encerramos en nosotros mismos. Estoy muy preocupada. Quiz¨¢ todos deber¨ªamos mudarnos a Escandinavia¡±, reflexiona, intentando aligerar esa pulsi¨®n visionaria que siempre desprende.

La impotencia frente a esa desafecci¨®n se la traslada a sus hero¨ªnas, llen¨¢ndolas de rabia movilizadora. ¡°Tambi¨¦n lo hice en El ruido y las furias. Culturalmente, nos piden inocularla, pero la rabia femenina es, probablemente, lo m¨¢s poderoso del mundo. Especialmente frente a los opresores. Tenemos que enfadarnos, usar la rabia como un afinado rayo l¨¢ser. Creo en la rabia controlada, no en la volc¨¢nica que erupciona y destruye. La rabia es una fuerza del bien, es el ant¨ªdoto contra la mujer florero¡±, apunta, decidida. Ya no reza, pero lee una vez al a?o Middlemarch para reencontrar su fe. Y se r¨ªe cada vez que le felicitan por haberse colado en la lista de los libros favoritos de Obama y haber sido validada de forma casi instant¨¢nea. ¡°Fue genial, me trajo a much¨ªsimos lectores nuevos, pero tengo una amiga ¨ªntima que siempre me lo dice: ¡®Yo te tom¨¦ en serio desde el principio, no hizo falta que viniera Barack a dec¨ªrmelo¡¯¡±.

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