La dislexia po¨¦tica de Laure Prouvost
La artista francesa lleva sus v¨ªdeos e instalaciones, llenos de mezclas incongruentes y magn¨ªficas, a La Casa Encendida de Madrid
No hace falta ser un profesional para diagnosticar a Laure Prouvost (Croix, 1978) alg¨²n tipo de dislexia. La artista francesa lee el mundo de manera personal e intransferible, a partir de asociaciones de ideas distintas a las del resto de los mortales. Es partidaria de la belleza accidental que surge de las mezclas m¨¢s incongruentes, del potencial po¨¦tico de los malentendidos, de la brecha abierta por las traducciones imperfectas. Por eso prefiere dialogar en un ingl¨¦s que ella misma tilda de ¡°chapucero¡± y no en su franc¨¦s natal: cuando est¨¢ sometida a esa tensi¨®n comunicativa, de su hemisferio izquierdo surgen cosas sorprendentes. ¡°Mi ingl¨¦s imperfecto me da distancia y libertad¡±, afirma Prouvost en el punto de partida de su nueva exposici¨®n en Madrid.
Su propuesta art¨ªstica traslada esas ideas al plano visual. Sus celebrados v¨ªdeos, con los que conquist¨® contra pron¨®stico el Premio Turner en 2013 y luego represent¨® a su pa¨ªs en la Bienal de Venecia de 2019 ¡ªde la que se march¨® sin medallas, pero definitivamente convertida en un nombre central del arte de hoy¡ª, proponen combinaciones imposibles: matrimonios ¡°entre carpas y conejos¡±, como reza un dicho en su lengua materna, o entre churras y merinas, o entre m¨¢quinas de coser y paraguas.
Lo suyo es mezclar la velocidad con el tocino. Igual que sucede con los pulpos, que abundan en su producci¨®n, Prouvost piensa y siente a la vez a trav¨¦s de sus tent¨¢culos imaginarios, con los que toca casi todos los palos art¨ªsticos. Su acercamiento a la realidad es c¨¢ustico y abstruso, pero tambi¨¦n l¨²cido y revelador, propio de un surrealismo o de un dada¨ªsmo que alguien se hubiera esmerado en poner al d¨ªa. La Casa Encendida le dedica una muestra que recoge tres de sus v¨ªdeos, una instalaci¨®n y su primer experimento con la realidad virtual. En la profundidad el calor se fuga es algo parecido a una retrospectiva en miniatura. Recorre toda su trayectoria: desde uno de sus primeros v¨ªdeos, It, Heat, Hit (2010), un collage de im¨¢genes y textos inconexos que termin¨® cuando todav¨ªa estudiaba en Goldsmiths, hasta su ¨²ltima obra, Four For See Beauties (2022), coproducida por Kiasma, museo finland¨¦s de arte contempor¨¢neo, y por el centro madrile?o. El m¨¦rito es considerable: no hay muchas instituciones espa?olas, por no decir casi ninguna, que financien la creaci¨®n de nuevas piezas de una artista europea de primer¨ªsimo orden, como lo es Prouvost.
No todo es perfecto en esta muestra, cuya escenograf¨ªa est¨¢ presidida por un t¨²nel vegetal un tanto innecesario, y tambi¨¦n condicionada por el reducido tama?o de las salas de La Casa Encendida, que impiden un acercamiento m¨¢s amplio a un trabajo tan rico y variado como este, que conjuga el v¨ªdeo con la instalaci¨®n y que suele requerir pantallas gigantes y dimensiones holgadas. Aun as¨ª, las elipsis temporales no sientan nada mal a una obra tan poco cartesiana como la de Prouvost y la selecci¨®n acaba siendo representativa del conjunto. En la segunda sala, la instalaci¨®n End Her Is Story (2016) es un teatro de objetos inspirado en sus di¨¢logos con el artista John Latham, en el que piezas de fruta, dentaduras postizas, viejos estropajos y bolsas de t¨¦ usadas hacen las veces de personajes de un melodrama absurdo, lleno de gui?os autobiogr¨¢ficos a sus a?os de formaci¨®n en Londres.
En el excepcional A Way to Leak, Lick, Leek (2016), encargo del centro de arte Fahrenheit de Los ?ngeles, Prouvost plantea una inmersi¨®n en la urbe estadounidense en la que se mezclan ¡°la naturaleza y el petr¨®leo, lo rural y lo urbano, lo elegante y lo cutre¡±. Es el retrato colectivo de un grupo de j¨®venes que fantasean con escapar a una realidad paralela y, visto hoy, parece un ensayo general de su aplaudida instalaci¨®n en la Bienal de Venecia, Deep See Blue Surrounding You (2019), la cr¨®nica de un road trip por la geograf¨ªa francesa al que se sumaban distintos m¨²sicos y bailarines inmersos en una festiva huida hacia delante. Podr¨ªa ser el leitmotiv de una obra que aspira a ¡°reavivar la alegr¨ªa¡± en nuestra torturada relaci¨®n con el mundo a partir del pensamiento m¨¢gico de los ni?os y los locos. Prouvost completa sus v¨ªdeos con objetos encontrados que parecen haber saltado del otro lado de la pantalla, como en el juego de espejos de la Alicia de Lewis Carroll, solo que en versi¨®n (todav¨ªa m¨¢s) fumada.
Sus primeras obras criticaban la saturaci¨®n de im¨¢genes con un desapego esnob. Las ¨²ltimas hablan de mares que se derriten
Tras una simp¨¢tica pero inocua experiencia con la realidad virtual, Surrounding You (2022), que Prouvost asegura que rod¨® ¡°en un desierto de B¨¦lgica¡± ¡ªla ficci¨®n es indisociable de su pr¨¢ctica¡ª, llega el cl¨ªmax narrativo de la muestra. Su nuevo v¨ªdeo, Four For See Beauties, plantea un g¨¦nesis alternativo en el que uno lograr¨ªa regresar al vientre de la madre. Plantea la hip¨®tesis po¨¦tica de volver a empezar de cero. Y de hacerlo todo un poco mejor que en el primer intento, como individuos y como humanos (o ¡°seres de agua¡±, como prefiere decir la artista). En una sala te?ida de un rojo intrauterino, la artista filma a su hija Esm¨¦ Blue (un nombre de beb¨¦ que solo parece estar a la altura de Prouvost y de Beyonc¨¦) dentro de una sauna finlandesa en la que, de nuevo, abundan los oct¨®podos. Esa ni?a, nacida hace solo unos meses, tambi¨¦n protagoniza una serie de pinturas que Prouvost expone hasta finales de mes en la galer¨ªa madrile?a Carlier Gebauer junto a las esculturas marinas fabricadas con cristal de Murano que ya llev¨® a Venecia.
Comparar las obras de hace m¨¢s de una d¨¦cada con las de anteayer puede inducir a un error. El medio es parecido, pero no siempre su contenido. Sus primeros v¨ªdeos alud¨ªan al consumo desbocado de im¨¢genes y a la saturaci¨®n de significados que ese fen¨®meno provocaba, un tema muy de 2010, que ella formulaba con un desapego ir¨®nico y un poco esnob. Los ¨²ltimos se han desprendido de ese superfluo caparaz¨®n: nos hablan a flor de piel, con un sentimiento de urgencia, sobre un mundo donde los mares se derriten y nuestra identidad lo hace con ellos. Y en el que ya nadie sabe d¨®nde qued¨® la idea de un horizonte com¨²n, aunque puede que tambi¨¦n eso fuera una ficci¨®n, tal vez la m¨¢s sofisticada de todas. Nunca entendimos del todo aquella vieja m¨¢xima de Broodthaers: ¡°No creo en las formas de arte, creo en los fen¨®menos¡±. Cuando, de repente, apareci¨® Laure Prouvost.
¡®En la profundidad el calor se fuga¡¯. Laure Prouvost. La Casa Encendida. Madrid. Hasta el 8 de enero de 2023.
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