¡®La llama de Focea¡¯: Lorenzo Silva y las series bien llevadas
La decimotercera entrega del ciclo protagonizado por el guardia civil Bevilacqua muestra las virtudes de una apuesta sostenida durante un cuarto de siglo
El g¨¦nero negro tiene en las series de novelas protagonizadas por un mismo polic¨ªa o detective un arma de doble filo: atraen al p¨²blico y fidelizan, pero tambi¨¦n es complicado sostenerlas en el tiempo, no repetirse, llegar con fuerza siquiera a mitad de camino. Casi 25 a?os y 12 novelas despu¨¦s de la publicaci¨®n de El lejano pa¨ªs de los estantes, Lorenzo Silva ha conseguido mantener el vigor de las aventuras protagonizadas por el subteniente de la Guardia Civil Rub¨¦n Bevilacqua, Vila, con la inestimable ayuda de la sargento Virginia Chamorro.
¡°El pasado no se cierra nunca, se acarrea¡±, asegura Bevilacqua en El mal de Corcira, duod¨¦cima novela de la serie en la que Silva mezclaba una investigaci¨®n presente con los tiempos en los que su h¨¦roe combati¨® a ETA en Guip¨²zcoa. El cambio era notable, porque el autor se propon¨ªa contarnos la construcci¨®n del personaje m¨¢s all¨¢ de alguna referencia cruzada, con cap¨ªtulos enteros dedicados a sus peripecias de juventud en la Guardia Civil, sus a?os de formaci¨®n y endurecimiento vital y profesional. Esa apuesta ha seguido en La llama de Focea (Destino, como todas las de la serie) en la que la investigaci¨®n del asesinato de una joven catalana en el Camino de Santiago se entrelaza con la ¨¦poca en la que Vila desempe?¨® sus funciones en la Barcelona preol¨ªmpica. Es un recurso que puede parecer f¨¢cil (meter una historia dentro de otra, darle al lector 200 p¨¢ginas m¨¢s, como ha ocurrido en estas dos ¨²ltimas entregas) pero no es as¨ª. El Vila del principio no puede ver, pensar o actuar como el de ahora, m¨¢s veterano, le¨ªdo y redicho, un poco pedante incluso, como reconoce ¨¦l mismo en un gesto de autoiron¨ªa, uno de los rasgos que salvan a un personaje que, de lo contrario, podr¨ªa ser irritante. Para los lectores de la serie, es divertido ir atando cabos, conociendo a los personajes que habitan este mundo y las razones de su destino. Aqu¨ª descubrimos, por ejemplo, el inicio del descenso a los infiernos del sargento Robles, maestro de Vila, cuya muerte se investiga en La marca del meridiano. Cabe preguntarse hasta qu¨¦ punto ten¨ªa Silva pensado el gran esquema que une todas las novelas.
En La llama de Focea Silva vuelve a probar que cuenta con una s¨®lida armadura estructural que le permite, sin malabarismos, unir un tiempo con otro, la trama pasada con la actual y cerrar las novelas con oficio. Silva cultiva una novela policial reflexiva, con gusto por el procedimental impecable e investigaciones que marchan a su ritmo. Aqu¨ª no hay un solo tiro que no se hubiera dado en la realidad, no se busca el espect¨¢culo, son novelas mucho m¨¢s ilustrativas de un tiempo y un mundo que emocionantes. El autor de Los cuerpos extra?os lo tiene claro y manda incluso un mensaje a trav¨¦s de las lecturas policiales de su personaje, cuyas palabras usa tambi¨¦n para ofrecer un peque?o homenaje al a?orado Domingo Villar. Hay mucha informaci¨®n y contexto social en las novelas de Silva, tambi¨¦n consideraciones pol¨ªticas, y muchas veces todo eso llega en boca de personajes que hablan mucho y muy bien, quiz¨¢s demasiado, pero aqu¨ª no chirr¨ªa.
La vida pasa tambi¨¦n en las novelas, otro rasgo de doble filo de las series, y aqu¨ª vemos a un Vila un poco en retirada, m¨¢s melanc¨®lico, marcado por una historia pasada de amor frustrado en Barcelona, ciudad a la que vuelve. Es un personaje que hila todo con lecturas, m¨¢s filos¨®fico, que se apoya tambi¨¦n en la m¨²sica, un elemento esencial en la serie que ya se vio, por ejemplo, en Lejos del coraz¨®n. Vila est¨¢ preocupado por el futuro de su inseparable Chamorro, intuye el futuro de su hijo Andr¨¦s en la polic¨ªa judicial o empuja al cabo Arnau a cotas mayores. ?l cree en la Guardia Civil, en su entrega, en su misi¨®n, a pesar de los sinsabores o del sueldo tirando a escaso. Son, de nuevo, aspectos que sonar¨ªan extra?os en otro lugar, pero Silva ha conseguido integrarlos. Como ha conseguido tambi¨¦n, y esto es m¨¢s complicado, mantener el inter¨¦s de la serie y ejecutar con La llama de Focea una de las mejores entregas de las aventuras de Vila. Y todo mientras sale al encuentro de un p¨²blico masivo sin ceder un ¨¢pice en su apuesta.
La llama de Focea
Destino, 2022
552 p¨¢ginas. 21,90 euros
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