Lo nuevo de Brian Eno, Arctic Monkeys, Carly Rae Jepsen y otros discos recomendados
Los cr¨ªticos musicales de ¡®Babelia¡¯ seleccionan los ¨¢lbumes m¨¢s destacados de las ¨²ltimas semanas
Brian Eno no mira atr¨¢s
Por I?igo L¨®pez Palacios
FOREVERAND EVERNOMORE?
Universal
Brian Eno tiene una trayectoria tan amplia desde que abandon¨® Roxy Music a principios de los setenta, con el irrefutable argumento de que dos l¨ªderes son demasiados para un grupo (y m¨¢s si los dos se llaman Brian), que ni siquiera es sencillo saber cu¨¢ntos discos ha publicado. ?Cuentan tambi¨¦n sus trabajos con Robert Fripp o John Cale como propios o no? Dej¨¦moslo en que son m¨¢s de 20 y menos de 30.
En lo que hay poca discusi¨®n es que en los casi 50 a?os que han transcurrido desde que dej¨® ese m¨ªtico grupo se ha convertido en uno de los creadores que han trazado el puente entre el pop y la electr¨®nica. Y eso sin considerarse m¨²sico, o m¨¢s exactamente defini¨¦ndose como ¡°no m¨²sico¡±. ¡°La electr¨®nica liber¨® al m¨²sico del cors¨¦ de ser un int¨¦rprete¡±, declar¨® en una ocasi¨®n. Siempre ha tenido esa capacidad de verlo todo desde cierta distancia, de considerar el arte una cosa, y la vida, otra. Incluso en sus momentos m¨¢s sentidos como autor o en su trabajo como productor para artistas con una visi¨®n m¨¢s apasionada de lo que es la m¨²sica, como David Bowie, Talking Heads o U2, parec¨ªa considerar casi infantil la pretensi¨®n de hacer narrativa con una canci¨®n. Lo suyo es crear paisajes, m¨¢s que relatos.
Y a todo esto Eno anuncia que va a publicar su primer ¨¢lbum de temas con voz y letras desde Another Day on Earth (2005). Aquel disco que inclu¨ªa temas pop tan delicados como ¡®And Then So Clear¡¯. Y nosotros, ingenuos, esper¨¢bamos algo as¨ª, quiz¨¢s incluso una vuelta al Eno de los a?os setenta, el de Another Green World o Taking Tiger Mountain (By Strategy). So?ar es gratis. Deber¨ªamos haber aprendido ya que Brian Eno no es de los que miran atr¨¢s. Ni con 74 a?os. ¡°Cada vez estoy m¨¢s convencido de que la ¨²nica esperanza de salvar nuestro planeta es que empecemos a tener otros sentimientos hacia ¨¦l. Tal vez si nos volvemos a enamorar de la asombrosa improbabilidad de la vida, tal vez si experimentamos arrepentimiento o incluso verg¨¹enza por lo que ya hemos perdido, tal vez si nos sentimos entusiasmados por los retos a los que nos enfrentamos y por lo que a¨²n podr¨ªa ser posible. En resumen, necesitamos volver a enamorarnos, pero esta vez de la naturaleza, de la civilizaci¨®n y de nuestras esperanzas en el futuro¡±, escribe en las notas que acompa?an al ¨¢lbum, lo que explica sus abundantes reflejos new age.
FOREVERANDEVERNOMORE es un disco con voz y letras, s¨ª, pero de aquella manera. Su pausada forma de cantar y la ausencia de percusi¨®n o estribillos hace que diste mucho de ser un ¨¢lbum de canciones al uso. La instrumentaci¨®n electr¨®nica, los drones al fondo, los efectos que aparecen aqu¨ª y all¨¢ parecen llevarnos en ocasiones de viaje c¨®smico. En otras, por ejemplo en ¡®We Let It In¡¯, es como contemplar un amanecer desde lo alto de una monta?a. Hay que reconocer que en este disco uno entiende eso de que las canciones son como cuadros. Lo mejor que tiene es, en realidad, eso. Los temas se van abriendo en las sucesivas escuchas. Cada vez suenan m¨¢s amplias, m¨¢s majestuosas. Podr¨ªamos decir que la m¨²sica es la naturaleza, y la voz humana, el sentimiento. Esc¨²chelo muy alto. Le sorprender¨¢.
Pecado de madurez
Por Xavi Sancho
The Car?
Domino / Music As Usual
Estas son las palabras de una persona que no tiene nada que decir y estas son las canciones de alguien que no tiene nada que cantar. Donde una vez hubo la verborrea m¨¢s sexi e ingeniosa del rock del siglo XXI, hoy nos encontramos una especie de poes¨ªa libre con versos formados por letras que parece que se han ido juntando tras ser extra¨ªdas con los ojos vendados de tres sacos: el de palabras que suenan bien, el de palabras largas y el de palabras que nadie dice. Alex Turner ha pasado de poder acostarse con cualquiera a poder acostar a cualquiera. Aunque parezca complicado de asimilar tras varias escuchas, el principal damnificado por este The Car no es el oyente, sino su anterior entrega, Tranquility Base Hotel & Casino. Lanzado hace cuatro a?os, signific¨® una sorpresa maravillosa, pues tras su fascinante reconversi¨®n en mu?ecos de sex shop con la forma de los grandes del rock de los cincuenta, pocos pod¨ªan prever que las siguientes canciones nos remitieran a un Turner en bat¨ªn tocando el piano en su casa de Los ?ngeles con un vaso de vino y Harry Nilsson y Randy Newman en el sal¨®n saqueando el mueble bar.
As¨ª, el peor pecado de The Car es partir de aquel pop de arreglos suntuosos, melod¨ªas serpenteantes y cinismo para crear una masa amorfa de m¨²sica de ascensor, sin media melod¨ªa memorable, cortes que se engolan hasta morir estrangulados por su propia importancia y unas inflexiones vocales rematadamente impostadas que, para colmo de colmos, son coronadas con una actitud altiva. Hasta hoy, la carrera de Arctic Monkeys se entend¨ªa como un crescendo art¨ªstico ¡ªha ido del rock ingl¨¦s de barrio industrial al stoner, pasando por el pop sesentero, el pop orquestal y el rock m¨¢s musculoso ¡ª, est¨¦tico y comercial que les hab¨ªa servido para sobrevivir en la cima a casi todos sus coet¨¢neos, incluso a quienes quer¨ªan imitar cuando nacieron como grupo, para terminar pareci¨¦ndose mucho a aquella ¨²ltima gran banda del rock que este siglo lleva buscando desde su inicio. Y a pesar de este disco, Arctic Monkeys lo seguir¨¢n siendo, porque si algo tiene esta d¨¦cada en el mundo de la m¨²sica es que castiga todos los pecados¡ menos los musicales.
Una tragedia shakespeariana
Por Beatriz G. Aranda
The Loneliest Time?
Interscope / Universal
Con un disco donde predomina la textura ochentera y nost¨¢lgica, a medio camino entre el soft rock (¡®Surrender My Heart¡¯, ¡®Anxious¡¯) y el pop vitaminado (¡®Beach House¡¯, ¡®Western Wind¡¯), la cantante canadiense regresa para contarnos que Shakespeare podr¨ªa haber escrito una tragedia sobre su situaci¨®n, porque vive ¡°un amor que no se acaba¡±, frase que resume el esp¨ªritu del disco y asunto principal de su canci¨®n junto a Rufus Wainwright, que da t¨ªtulo al ¨¢lbum. Adem¨¢s, est¨¢n ¡®Talking To Yourself¡¯, perfecta para quienes busquen algo parecido a ¡®Call Me Maybe¡¯, su super¨¦xito de 2012, y ¡®No Thinking Over the Weekend¡¯, la mejor del conjunto, que sobre una base de melod¨ªas y texturas multicapa recuerda a las producciones de Tame Impala.
Elegante sexualidad
Por Carlos Marcos
Nocturna
Sonido Muchacho
Se puede facturar un disco (muy) sexual desde la elegancia y sin explicitudes evidentes, como demuestra Javiera Mena en el quinto trabajo de su carrera. La artista chilena afincada en Madrid cumple dos d¨¦cadas en el mundo de la m¨²sica emergiendo desde la independencia para llegar a p¨²blicos m¨¢s amplios, tantos como los que quepan en Benidorm Fest, la antesala de Eurovisi¨®n, donde particip¨® el a?o pasado. La l¨ªnea argumental del ¨¢lbum se desarrolla desde una perspectiva lesbiana, algo que no es habitual aunque estemos en 2022. Musicalmente, la artista apunta hacia el pop electr¨®nico bailable, con una producci¨®n moderna, a pesar de remitir a sonidos ochenteros. Sexo, baile, buenas canciones, letras inteligentes¡ As¨ª de bueno es Nocturna.
Neruda por buler¨ªas
Por Ferm¨ªn Lobat¨®n
Ancl¨¦ mi alma
Serie Gong
La libertad que se impone en las nuevas formas de acompa?ar el cante preside este disco del veterano cantaor de La Plazuela jerezana, que se rodea de banda el¨¦ctrica y metales ¡ªcon un papel protag¨®nico de la stratocaster de Jorge G¨®mez¡ª, para abordar la sole¨¢, la ton¨¢ o la grana¨ªna, estilos en los que se faja con la verdad del cante. En oposici¨®n, los tangos y el preg¨®n de los camarones, que ¨¦l a¨²n vende por las calles, muestran su tono m¨¢s vital y colorista. La buler¨ªa, con texto escrito por el cantaor, es pausada y po¨¦tica. Con diversidad de registros, canta a Neruda y recurre a Kavafis dentro de una cuidada producci¨®n de Josema Pelayo para el renacido sello que edita el disco, Serie Gong.
Un animal diferente
Por Yahv¨¦ M. de la Cavada
Xaybu: The Unseen
Pi Recordings
Como ocurr¨ªa en su primer ¨¢lbum, publicado en 2016, lo m¨¢s relevante de S¨¦l¨¦b¨¦yone es que su m¨²sica, formada a partir de elementos de jazz, rap y electr¨®nica, no puede ser enmarcada en ning¨²n g¨¦nero. Estamos ante un animal diferente, una creaci¨®n profundamente original, aunque encontremos en ella sonidos reconocibles. En un extremo, las cualidades org¨¢nicas de la materia prima: los saxos de Steve Lehman y Maciek Lasserre, la bater¨ªa de Damion Reid y los raperos HPrizm y Gaston Bandimic. En otro, los samplers, edici¨®n y producci¨®n de Lehman y Lasserre, que forman y deforman hasta llegar a la obra final, ordenando factores espont¨¢neos mediante un proceso de composici¨®n genuino. El resultado es exigente, pero tambi¨¦n vibrante y visionario.
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