?Por qu¨¦ ¡®Elden Ring¡¯ es el mejor videojuego del a?o?
El juego de FromSoftware se impuso al favorito, ¡®God of War: Ragnar?k¡¯, en un movimiento m¨¢s interesante de lo que parece
El pasado viernes Elden Ring derrot¨® a God of War: Ragnar?k en The Game Awards, los premios m¨¢s importantes del mundo de los videojuegos.
A muchos les sorprendi¨®, porque el lanzamiento de Ragnar?k ha sido mucho m¨¢s reciente (la frescura siempre beneficia en cuesti¨®n de galardones), su calidad es alt¨ªsima y su impacto en el mundo digital, enorme durante las ¨²ltimas semanas. Es verdad que el juego del dios de la guerra, que en 2018 vivi¨® una interesante transformaci¨®n desde la acci¨®n descerebrada de sus comienzos hacia una reflexi¨®n sobre la violencia y la paternidad, fue el juego que m¨¢s premios acapar¨® (6), pero los m¨¢s importantes, Juego del A?o y Mejor Direcci¨®n, fueron para Elden Ring y para ese genial man¨ªaco obsesionado con la dificultad insana que es Hidetaka Miyazaki.
Hasta ah¨ª los hechos. Porque las interpretaciones pueden dar para una reflexi¨®n m¨¢s profunda y un debate m¨¢s de fondo: el que luchan narrat¨®logos y lud¨®logos por definir el alma del videojuego como artefacto cultural y de ocio.
Pero antes de nada, hagamos un poco de arqueolog¨ªa (reciente). En 2018 pas¨® algo similar a lo del viernes pasado. Los dos grandes contendientes en liza eran, por una parte, la primera entrega de esta refundaci¨®n de God of War. Por otra, la que puede defenderse como la gran obra maestra de PlayStation 4, ese inc¨®modo y valiente w¨¦stern que es Red Dead Redemption II, que part¨ªa como favorito. Contra todo pron¨®stico, God of War sali¨® victorioso como mejor juego del a?o.
Esta vez era God of War: Ragnar?k el que part¨ªa como favorito. Y hay muchos motivos para ello. Como producci¨®n ¡°cinematogr¨¢fica¡±, es insuperable. Su narrativa es sencillamente magistral, sus personajes est¨¢n construidos de forma muy inteligente y con mimo, los actores detr¨¢s de los personajes est¨¢n perfectos en sus papeles, la historia atrapa y subyuga. En el apartado jugable tambi¨¦n brilla, s¨ª: mejora en todo a su predecesor de 2018, con unos combates fren¨¦ticos y muy f¨ªsicos, y nuevas transformaciones, armas y movimientos que hacen que, en el juego, luchar contra guerreros de Od¨ªn, criaturas del infierno n¨®rdico y valquirias sea una adictiva delicia.
Pero hay algo que no podemos dejar de lado: si Ragnar?k ha ganado (puede decirse que con justicia) el premio a Mejor Narrativa es sencillamente porque la narraci¨®n, la historia que cuenta (y c¨®mo la cuenta, con ese ininterrumpido plano secuencia) es lo mejor de la obra. Jugar a God of War es genial, pero casi es mejor ver lo que pasa en God of War.
No ocurre lo mismo con Elden Ring. La creaci¨®n m¨¢s ambiciosa de FromSoftware ofrece una experiencia netamente interactiva. Sin ser asesinado una y otra vez por ese mundo hostil y sus monstruos, sin sobrecogerse cada vez que el mapa revela un ¨¢rea todav¨ªa m¨¢s grande y sorprendente, sin los picos de dificultad equilibrados por las perpetuas subidas de nivel, sencillamente, una experiencia como Elden Ring no tiene raz¨®n de ser. En ese sentido, el juego de Miyazaki abraza con todo su ser la experiencia de ser un videojuego. El n¨²cleo de God of War, por contra, s¨ª puede ser exportado a otros formatos (Amazon prepara una serie), en un movimiento que casa con las previsiones de compa?¨ªas como Sony, Nintendo o Microsoft, cuyo objetivo es, de cara a los pr¨®ximos a?os, convertirse en empresas de entretenimiento totales dispuestas a explotar sus propiedades intelectuales en un entramado transmedia.
Paradojas del destino, en estos ¨²ltimos Game Awards se ha replicado un poco lo que pas¨® en 2018. Entonces God of War era, por decirlo mal y pronto, m¨¢s videojuego que Red Dead Redemption II; de la misma manera que Elden Ring es hoy m¨¢s videojuego que God of War: Ragnar?k. El juego vuelve a ganar a la pel¨ªcula y el eterno debate entre narrat¨®logos y lud¨®logos lo vuelven a ganar los segundos.
Pero en realidad eso es lo de menos. Lo de m¨¢s, lo verdaderamente importante, es que 2022 ha estado jalonado con juegos de alt¨ªsima calidad. Immortality, Xenoblade Chronicles 3, A Plague Tale: Requiem, Horizon Forbidden West, Tunic, Scorn, Bayonetta 3... hay muchos m¨¢s en una lista que, evidentemente, coronan Elden Ring y Ragnar?k. Que alguien busque 10 novelas publicadas este a?o que sean obras maestras de su medio. 10 pel¨ªculas. 10 series. Que alguien diga qu¨¦ otro arte vive tal efervescencia, tal per¨ªodo de creatividad.
Es importante que el videojuego se tome a s¨ª mismo en serio. Que cada a?o lleguen obras as¨ª, importantes, grandiosas en sus aspiraciones y ambiciones; obras maduras que hacen tan bien todo lo que hacen, que hagan avanzar al videojuego como artefacto y ensanchen las propias posibilidades creativas del medio. Es un recurso manido, pero no es mal forma de acabar un art¨ªculo como este: Ni Elden Ring, ni God of War; en realidad, en 2022, hemos ganado todos.
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