¡®Arte sonora¡¯, de Santiago Auser¨®n: el d¨ªa en que la filosof¨ªa rob¨® a la m¨²sica el conocimiento de la verdad
El l¨ªder de Radio Futura firma un ensayo donde reflexiona sobre c¨®mo la l¨ªrica se anticip¨® al pensamiento, prepar¨¢ndole el camino para trascender las apariencias
Desde la mist¨¦rica y matem¨¢tica armon¨ªa de Pit¨¢goras hasta la filosof¨ªa de la nueva m¨²sica de Theodor Adorno y su producci¨®n comercializada de masas, los fil¨®sofos siempre han reflexionado sobre el arte sonora y su relaci¨®n con la filosof¨ªa. Rousseau o Nietzsche nos dejaron p¨¢ginas mel¨®dicas sobre el arte de Euterpe, incluso no pocos fil¨®sofos se atrevieron con la composici¨®n musical. En nuestro pa¨ªs, Eugenio Tr¨ªas nos leg¨® sus argumentos musicales como otro ejemplo del engarce entre m¨²sica y filosof¨ªa y Ram¨®n Andr¨¦s nos regal¨® una historia de la filosof¨ªa de la m¨²sica buscando consuelo en la m¨²sica como Boecio lo busc¨® en la filosof¨ªa.
De todos es conocida la relaci¨®n de Santiago Auser¨®n con el arte sonora como cantante y compositor de Radio Futura. Bajo el nombre de Juan Perro ha grabado tambi¨¦n discos e incluso se ha adentrado en los terrenos del jazz, la m¨²sica sinf¨®nica, la etnomusicolog¨ªa y obtuvo el Premio Nacional de M¨²sicas Actuales en 2011. Su faceta pol¨ªgrafa es tambi¨¦n conocida y cuentan entre sus t¨ªtulos obras como El ritmo perdido. El influjo negro en la canci¨®n espa?ola (Anagrama) o Semilla del son (Libros del Kultrum) sobre el hechizo de la m¨²sica cubana. Pero quiz¨¢s sea mucho menos conocido de su trayectoria vital que estudi¨® filosof¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid y que complet¨® su formaci¨®n filos¨®fica en Par¨ªs bajo el magisterio de Gilles Deleuze, otro fil¨®sofo cuyo pensamiento est¨¢ atravesado por la m¨²sica.
Hemos sustituido la melodiosa sonoridad verbal y musical, la met¨¢fora, por el discurso petrificado, por la rigidez del concepto
En Arte sonora reflexiona Auser¨®n sobre c¨®mo la l¨ªrica y la m¨²sica se anticiparon a la filosof¨ªa prepar¨¢ndole el camino para trascender la apariencia. Se nos recuerda c¨®mo en los albores del pensamiento occidental el valor cognitivo de la armon¨ªa y del ritmo contribuyeron al desvelamiento del ser, y se nos descubre c¨®mo la imaginaci¨®n sonora se?al¨® a los griegos de la antig¨¹edad el camino hacia la abstracci¨®n. La armon¨ªa entre el habla y el sonido, entre la danza de Terps¨ªcore y el canto de Erato, ya inici¨® su andadura como mousik¨¦ en el terreno del mito, en los himnos religiosos bajo la inspiraci¨®n de Apolo y su pe¨¢n o mediante el ditirambo de Dioniso, en el acompa?amiento de la forminge de las aladas palabras de Homero o en el largo viaje de la oralidad a la escritura cuando la performance musical en los coros l¨ªricos o en el coro de Melp¨®mene de la tragedia armoniz¨® el espacio dram¨¢tico, el espacio cultual y el espacio c¨ªvico, esto es, el arte con la religi¨®n y con la pol¨ªtica. El aedo o el poeta, mucho antes que los pensadores jonios del siglo VI a. C., recibieron de las Musas en sus o¨ªdos la revelaci¨®n de lo que se oculta en las profundidades del ser. Mediante una funci¨®n fabuladora y sonora, como dir¨ªa Bergson, se sirvieron tanto de la palabra como de la lira o la flauta para dar respuesta a los requerimientos del ser y del devenir y no son pocos los que, como Auser¨®n, han reivindicado al citarista como el primer educador de Grecia.
Si ya el mito prepar¨® el advenimiento de la filosof¨ªa a trav¨¦s de los mitos musicales, en los albores del pensamiento griego el fil¨®sofo se sirvi¨® tambi¨¦n de la sonoridad para experimentar el devenir fluyente y la estabilidad de los primeros principios; el logocentrismo occidental, como se?al¨® Nietzsche y con quien Auser¨®n dialoga a lo largo de este denso, profundo y mel¨®dico ensayo, se sirvi¨® en sus or¨ªgenes de la palabra y de la m¨²sica como expresiones complementarias para el desvelamiento de la verdad en el mundo, aventura del saber que no solo se vali¨® del pensamiento discursivo, a la postre el dominante, sino que el paso del mito al logos o, mejor, la relaci¨®n entre mito y logos, bebi¨® del manantial sonoro de la m¨²sica. Incluso se enhebr¨® una dimensi¨®n ontol¨®gica de la memoria en la que la evocaci¨®n evanescente de los recuerdos individuales, el don de la videncia, dio paso a la intuici¨®n de una realidad permanente, a una epist¨¦me o anamnesis de las formas inteligibles, en la que, como nos revel¨® Plat¨®n, deber¨ªan seguir ahondando los sucesivos aspirantes a depositarios del saber. Pero eso pronto ya no seria posible como poetas-m¨²sicos, desacreditados como maestros de verdad en la plat¨®nica ciudad ideal, sino tan solo como fil¨®sofos e hijos de la raz¨®n, del logos. La filosof¨ªa naci¨® con la voluntad de arrebatar a la palabra cantada o recitada la facultad de desvelamiento de la verdad, la memoria del logos, sustituyendo la melodiosa sonoridad verbal y musical, la met¨¢fora, por el discurso petrificado, por la rigidez del concepto.
Desde el canto de Homero al de P¨ªndaro, desde la l¨ªrica mon¨®dica a la l¨ªrica coral, desde los elementos r¨ªtmicos de Arist¨®xeno de Tarento y las partes cantadas de las tragedias de Esquilo o las comedias de Arist¨®fanes hasta la l¨®gica del ritmo de S¨®crates, Plat¨®n o Arist¨®teles, Arte sonora de Santiago Auser¨®n nos recuerda c¨®mo el verso, el metro, el pie, la melod¨ªa y el ritmo, la danza, la trama sonora, fueron y pueden ser una orilla privilegiada desde la que otear el caudal del ser, desde donde rehacer el pasaje del mito al logos y volver sobre el sustrato musical del pensamiento que nos desvelaron los antiguos griegos, mucho antes de que la palabra impusiera su dominio sobre la m¨²sica, sobre el arte sonora, en ese desvelamiento del ser en que consiste la labor de la filosof¨ªa.
Arte sonora. En las fuentes del pensamiento heleno
Editorial Anagrama, 2022
747 p¨¢ginas, 25,90 euros
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