Atenas, la otra capital del arte
Superado el descalabro de la crisis financiera y la oportunidad perdida de la Documenta de 2017, la ciudad griega renueva energ¨ªas y se erige en principal epicentro de la escena art¨ªstica del Mediterr¨¢neo, gran invitada de la nueva edici¨®n de Arco que empieza este mi¨¦rcoles en Madrid
Dos rostros silueteados en rojo se besan sobre un fondo mostaza que contrasta con el cielo, obligatoriamente azul pese a que, pocas horas atr¨¢s, la nieve cayera sobre la Acr¨®polis, en una mezcla espont¨¢nea de colores primarios que hace justicia a la reputaci¨®n del lugar como nuevo epicentro del arte en Atenas. Nos encontramos en el barrio de Metaxourgeio, conocido por las incontables pintadas que recubren sus paredes, donde este mural firmado por el artista Ilias Papailiakis preside la plaza A...
Dos rostros silueteados en rojo se besan sobre un fondo mostaza que contrasta con el cielo, obligatoriamente azul pese a que, pocas horas atr¨¢s, la nieve cayera sobre la Acr¨®polis, en una mezcla espont¨¢nea de colores primarios que hace justicia a la reputaci¨®n del lugar como nuevo epicentro del arte en Atenas. Nos encontramos en el barrio de Metaxourgeio, conocido por las incontables pintadas que recubren sus paredes, donde este mural firmado por el artista Ilias Papailiakis preside la plaza Avdi, centro neur¨¢lgico de un enclave con pasado obrero y presente en v¨ªas de gentrificaci¨®n galopante. La propia obra de Papailiakis lo constata: a diferencia de los cientos de tags an¨®nimos en las calles vecinas, el mural fue un encargo de la Fundaci¨®n Onassis, una de las grandes estructuras privadas que financian el arte contempor¨¢neo griego.
El barrio es una mezcla imposible de elementos dispares: galer¨ªas que exhiben el ¨²ltimo grito y edificios que se caen a pedazos; restaurantes donde es imposible encontrar mesa pegados a la sede de Syriza, la coalici¨®n de izquierda radical que gobern¨® hasta 2019; el taller de un artista que volvi¨® a la ciudad cuando vivir en Londres se volvi¨® prohibitivo junto a un patio en el que corretean las gallinas. Frente al mural pagado por los descendientes del magnate Onassis, el edificio decimon¨®nico de la Galer¨ªa Municipal de Atenas, de titularidad p¨²blica, expone parte de su colecci¨®n de obras de los siglos XX y XXI con visible esmero pero medios muy modestos, propios de un centro cultural de barrio, en salas polvorientas y semivac¨ªas. Esas son las dos velocidades a las que circula el arte en Atenas, una de las ciudades invitadas a la nueva edici¨®n de Arco, la feria de arte contempor¨¢neo que empieza el mi¨¦rcoles en Madrid.
¡°Estamos m¨¢s cerca de Marruecos, de Siria y de Turqu¨ªa que de Noruega. No podemos seguir dando la espalda a la realidad de nuestros vecinos¡±, apunta la comisaria Marina Fokidis
En esta edici¨®n, la cita pone el foco en el sur de Europa y su escena art¨ªstica, menos conocida y ensalzada que la del norte, pero no por ello menos creativa. El programa El Mediterr¨¢neo: un mar redondo invitar¨¢ a artistas y galer¨ªas procedentes de los pa¨ªses de su geograf¨ªa. Atenas es la ciudad mejor representada, un reflejo indudable de la efervescencia, fr¨¢gil pero decidida, que la ha caracterizado en los ¨²ltimos a?os. La iniciativa aspira a crear un di¨¢logo entre puntos del Mediterr¨¢neo que no siempre est¨¢n lo suficientemente comunicados. ¡°Estamos m¨¢s cerca de Marruecos, de Siria y de Turqu¨ªa que de Noruega. No podemos seguir dando la espalda a esta realidad, la de nuestros vecinos, e ignorar lo que en el fondo sabemos: que culturalmente somos hermanos. El sur es un estado mental¡±, afirma la comisaria de este apartado, Marina Fokidis, una de las principales voces del arte contempor¨¢neo en la ciudad, que hasta 2015 dirigi¨® Kunsthalle Athena, un elogiado centro de arte sin ¨¢nimo de lucro. ¡°Cerramos el d¨ªa que fui a sacar dinero al cajero y no quedaba nada¡±, recuerda con pesar.
El sector del arte volvi¨® a situar la ciudad en el mapa en 2017, cuando la Documenta, la gran cita del arte contempor¨¢neo impulsada en los cincuenta en Kassel (Alemania) ¡ªen el contexto de una Guerra Fr¨ªa que era tambi¨¦n, o ante todo, cultural¡ª escogi¨® la capital griega como su primera sede en el extranjero. Artistas y profesionales se instalaron en Atenas con rapidez. Se inauguraron equipamientos culturales como el EMST, las iniciales en griego que identifican al Museo Nacional de Arte Contempor¨¢neo, situado en una antigua f¨¢brica de cerveza ubicada en un majestuoso edificio racionalista del c¨¦ntrico barrio de Koukaki. Mientras, el todopoderoso Larry Gagosian echaba el ojo a la ciudad para una en¨¦sima sucursal de su galer¨ªa, que acab¨® abriendo en 2020. Atenas ten¨ªa que ser el nuevo Berl¨ªn, aquella ciudad ¡°pobre pero sexi¡± de los noventa, como rezaba el socorrido eslogan ideado por su entonces alcalde, Klaus Wowereit, que vertebr¨® el arte europeo.
De repente, todo se par¨®: la crisis financiera, primero, y la pandemia de la covid, despu¨¦s, condenaron al sector a una precariedad de la que todav¨ªa se recupera. Cuando el fil¨®sofo y comisario de arte Paul B. Preciado fue designado director de programas p¨²blicos de la Documenta en Atenas, se top¨® con un pa¨ªs devastado ¡°por la corrupci¨®n pol¨ªtica y el caos financiero creado por el supuesto rescate de Grecia¡±, como recuerda hoy. ¡°En el ¨¢mbito cultural, me encontr¨¦ con museos que no pod¨ªan abrir sus puertas porque no pod¨ªan pagar la factura de la luz. En Atenas todo se juega en una asimetr¨ªa obscena, entre las cenas en los yates de los multimillonarios que sue?an con inscribir sus nombres en el Parten¨®n y los artistas totalmente underground¡±.
Paul B. Preciado: ¡°En Atenas todo se juega en una asimetr¨ªa obscena, entre las cenas en los yates de los multimillonarios que sue?an con inscribir sus nombres en el Parten¨®n y los artistas ¡®underground¡±
Se dice que aquella Documenta, inicialmente percibida como una injerencia alemana en plena crisis de la deuda, termin¨® en fracaso. ¡°Pero mi experiencia durante los tres a?os que pas¨¦ all¨ª no fue la del rechazo, sino la de la utilizaci¨®n de Documenta como un espacio de debate y de producci¨®n abierto por el que pasaron cientos de artistas locales e internacionales¡±, afirma Preciado. Incluso los m¨¢s cr¨ªticos reconocen hoy que sus efectos no fueron bomb¨¢sticos, pero s¨ª lograron provocar un se¨ªsmo en la escena local. Algunos de los artistas que participaron en la cita se quedaron en la ciudad, desarrollaron proyectos y abrieron talleres, precisamente huyendo del encarecimiento de Berl¨ªn y de otras urbes europeas antiguamente asequibles.
Eso podr¨ªa explicar la sutil efervescencia que registra hoy la ciudad, donde en los ¨²ltimos dos a?os han abierto 30 galer¨ªas y centros de arte, seg¨²n datos del Ayuntamiento de Atenas, que se suman a un conjunto de 70 museos y fundaciones privadas, como las de Stavros Niarchos o DESTE, impulsada por Dakis Joannou, uno de los grandes coleccionistas del continente. Atenas ya no solo es una ciudad donde extasiarse ante el encanto decadente de las ruinas o pasar unas horas antes de coger un barco para las islas, sino un lugar donde tomar el pulso de la cultura contempor¨¢nea.
¡±No puedo hablar en nombre de una ciudad de 5 millones de habitantes, pero s¨ª hay una nueva energ¨ªa en Atenas¡±, opina la directora del EMST, Katerina Gregos, nombrada en 2021 tras haber desarrollado buena parte de su carrera en Bruselas y comisariado tres pabellones en Venecia y varias bienales internacionales, y que empez¨® su trayectoria en la fundaci¨®n DESTE. ¡°Prefiero no designarlo en t¨¦rminos un tanto arrolladores como un renacimiento, pero estamos mucho mejor que durante la crisis, que tuvo un impacto negativo en lo econ¨®mico, pero tambi¨¦n en lo psicol¨®gico¡±, afirma Gregos. Al ser nombrada, se hizo una pregunta. ¡°?C¨®mo crear un museo en este lugar del mundo? No un museo copiado de los que existen en Londres o Par¨ªs, sino un sitio que responda a nuestro contexto. El arte es muy bueno colonizando lugares, extrayendo valor econ¨®mico y simb¨®lico, y luego y¨¦ndose a otro lugar para volver a empezar el proceso. Espero que ese no sea nuestro destino¡±, conf¨ªa.
Al frente de un museo donde el Mediterr¨¢neo est¨¢ mucho m¨¢s representado que de costumbre, la nueva directora desarrolla una programaci¨®n que conjuga el arte nov¨ªsimo con los aspectos sociales, el feminismo y las cuestiones queer, como refleja una nueva muestra, Modern Love, que indaga con ambici¨®n en los cambios que las redes sociales y la ¨²ltima calibraci¨®n del modelo econ¨®mico han provocado en nuestras relaciones sentimentales, inspirada en las tesis de la soci¨®loga Eva Illouz sobre la noci¨®n de ¡°intimidad fr¨ªa¡±. Cuesta imaginar una iniciativa similar en cualquier otro gran museo p¨²blico en Europa.
En los ¨²ltimos dos a?os han abierto 30 galer¨ªas y centros de arte, seg¨²n los datos del Ayuntamiento de Atenas. ¡°Hay una nueva energ¨ªa¡±, confirma la directora del Museo Nacional de Arte Contempor¨¢neo
En el Pireo, el puerto de Atenas, ha aparecido en los ¨²ltimos a?os un peque?o n¨²cleo de galer¨ªas de renombre. La m¨¢s importante es Rodeo, una de las salas invitadas a Arco. La dirige Sylvia Kouvali, una ateniense que escogi¨® este punto para alejarse de la concentraci¨®n de hoteles y apartamentos tur¨ªsticos del centro, y seducida por el espectacular local de un antiguo bazar del siglo XIX que decidi¨® restaurar sin tocar las paredes ni el techo de madera, custodios de ese embrujo en v¨ªas de desaparici¨®n que siguen teniendo las ciudades portuarias.
Kouvali, que cuenta con otra sede de su galer¨ªa en Londres, admite que Atenas tiene flaquezas, pero tambi¨¦n muchas virtudes. ¡°Nos cuesta pensar en colectivo, tal vez por nuestra propia geograf¨ªa, en la que abundan las islas, lo que hace que nuestra identidad est¨¦ esparcida, como si fu¨¦ramos un archipi¨¦lago de voces fuertes pero dispersas¡±, responde la galerista. ¡°Es un lugar peque?o donde se desconf¨ªa del otro y a veces hay envidias. Pero tambi¨¦n tenemos artistas incre¨ªbles que todav¨ªa no han sido reconocidos, una gran seriedad en el trabajo y grandes coleccionistas¡±. Solo lamenta que el recambio generacional no se haya producido como en otros lugares. ¡°Mi galer¨ªa solo tiene dos coleccionistas j¨®venes y uno ni siquiera vive aqu¨ª todo el a?o. Una sola persona no es suficiente para mantener una escena art¨ªstica¡±, apunta Kouvali.
Representante de una di¨¢spora joven que se march¨® al extranjero para poder vivir de su arte ¡ªcomo en otro tiempo lo hicieron mitos del arte griego como Takis o Jannis Kounellis¡ª, Stefania Strouza, de 40 a?os, regres¨® a Atenas durante la pandemia tras haber vivido en Viena y Nueva York, donde ya le resultaba imposible subsistir, como confiesa en su estudio, situado en los luminosos bajos de un edificio de Exarchia, otro barrio de pasado contestatario que centraliz¨® las protestas contra la dictadura en los setenta, aunque hoy todo eso solo sea un lejano recuerdo. Su trabajo suele hablar del Mediterr¨¢neo y del impacto del Antropoceno en sus costas, a trav¨¦s de esculturas horizontales que conjugan materiales tan distintos como el m¨¢rmol y el aluminio.
Strouza, una de las artistas griegas invitadas a Arco, lo atribuye a haber crecido en Zacinto, una de las islas j¨®nicas, que aparec¨ªa citada en la Odisea de Homero. ¡°El Mediterr¨¢neo ha desaparecido de nuestra identidad cultural porque hoy es un lugar de turismo y de muerte masivos. El discurso con el que crecimos ha quedado sustituido por otro mucho m¨¢s negativo¡±, afirma la artista, preocupada tambi¨¦n por la presi¨®n inmobiliaria que est¨¢ vaciando el centro de la ciudad.
¡°Nos hemos dado cuenta de que no seremos el nuevo Berl¨ªn, y no pasa nada. Al rev¨¦s, puede que sea mejor as¨ª¡±, se?ala la artista Stefania Strouza, invitada a Arco
Con todo, Strouza ha colaborado con las omnipresentes fundaciones privadas. ¡°Es dif¨ªcil no hacerlo cuando eres artista griego, aunque es peligroso que uniformicen el gusto por un solo tipo de arte¡±. En cambio, se neg¨® a vender su obra a distintos inversores que no dejan de abrir hoteles de lujo en barrios donde hasta no hacen tanto abundaban los modestos artesanos, como Psytra. ¡°Supongo que quer¨ªan apoyar la escena local, pero no se dieron cuenta de que mi obra no se pod¨ªa colgar de una pared¡±, sonr¨ªe Strouza, que llama a luchar por otro modelo de ciudad. ¡°Nos hemos dado cuenta de que no seremos el nuevo Berl¨ªn, y no pasa nada. Al rev¨¦s, puede que sea mejor as¨ª¡±.
Paul B. Preciado tambi¨¦n ve en esta capital alternativa del arte europeo un enorme potencial de futuro. ¡°Atenas dibuja otra geograf¨ªa y permite pensar otro horizonte pol¨ªtico. No es una cuesti¨®n de precios bajos. Atenas genera un mapa de redes posibles de trabajo y debate que se extienden hacia Siria, el L¨ªbano, Palestina, Israel, Turqu¨ªa, Egipto, el norte de ?frica¡¡±, se?ala el fil¨®sofo. ¡°Es rid¨ªculo considerarla solo una ciudad pobre pero sexi. Atenas es la bisagra de otro mundo necesario para pensar Europa hoy¡±.
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