¡®Reyes vagabundos¡¯, toda banda de rock est¨¢ maldita

El lugar es Luton, una ciudad gris, industrial, aborrecible, a 50 kil¨®metros de cualquier parte. Por ejemplo, Londres. El a?o es 1982. Robbie, un introvertido y melanc¨®lico chaval de las afueras ¡ªese sitio en el que habita lo que su padre llama ¡°la gente como nosotros¡±, es decir, gente no indicada para la clase de cosas a las que Robbie aspira¡ª, acaba de conocer a Fran Mulvey, un lib¨¦rrimo estudiante llegado de Ninguna Parte ¡ªen realidad, un orfanato vietnamita¡ª, decidido a conquistar el mundo y destinado a hacerlo. Tiene ese algo que le dice al resto que va a ser una estrella. Y lo acaba sien...

El lugar es Luton, una ciudad gris, industrial, aborrecible, a 50 kil¨®metros de cualquier parte. Por ejemplo, Londres. El a?o es 1982. Robbie, un introvertido y melanc¨®lico chaval de las afueras ¡ªese sitio en el que habita lo que su padre llama ¡°la gente como nosotros¡±, es decir, gente no indicada para la clase de cosas a las que Robbie aspira¡ª, acaba de conocer a Fran Mulvey, un lib¨¦rrimo estudiante llegado de Ninguna Parte ¡ªen realidad, un orfanato vietnamita¡ª, decidido a conquistar el mundo y destinado a hacerlo. Tiene ese algo que le dice al resto que va a ser una estrella. Y lo acaba siendo, por supuesto. Porque esta es tambi¨¦n la historia de una exitosa banda de rock, los Ships in the Night, y todo aquello que crea para luego destruir a su paso. Pero no es ¨²nicamente eso. Por una vez es mucho m¨¢s que eso.

Porque s¨ª, el g¨¦nero al que podr¨ªamos llamar band novel ¡ªesto es, novela que se centra en la historia de una banda: chicos se conocen, montan una banda, se hacen archifamosos, se odian y se separan, y pasan el resto de su vida a?orando un pasado que es, como dice Robbie, ¡°un pa¨ªs extranjero¡±, al que ha dejado de pertenecerse¡ª tiende a ser limitado. O a quedar lastrado ¡ªcomo en la ¨²ltima novela de David Mitchell, Utopia Avenue (Random House)¡ª por el desconocimiento del medio ¡ªel no haber tenido una banda, o no haber llegado tan lejos¡ª del autor, que tiende a dramatizar en exceso tanto el ascenso como la ca¨ªda ¡ªalgo que en el cine, en todos esos biopics de grandes estrellas, de Freddie Mercury a Elton John, tambi¨¦n ocurre constantemente¡ª y, por supuesto, a idealizar algo que no tiene nada de ideal: la vida del m¨²sico es una extravagante no vida.

Y Reyes vagabundos es un buen ejemplo. Y no uno cualquiera, sino uno de los m¨¢s ilustres y brillantes, y frondosos ¡ªuna novela que es, en realidad, una peque?a colecci¨®n de novelas¡ª, que existen. Tal vez porque Joseph O¡¯Connor (Dubl¨ªn, 59 a?os) conoce extremadamente bien el medio. Su hermana, Sin¨¦ad O¡¯Connor, fue tan famosa como su banda ficticia. Banda ficticia a la que formalmente trata como real, fingiendo haber escrito las memorias del tal Robbie, salpicadas, aqu¨ª y all¨¢, de entrevistas (futuras) con los protagonistas, ex¨¢menes de la universidad, pedazos de diarios ¨ªntimos y todo tipo de cosas, como en la mayest¨¢tica Tiene que ser aqu¨ª, de Maggie O¡¯Farrell (Libros del Asteroide), en la que tambi¨¦n se trata la fama ¡ªen su caso, de una actriz¡ª como una especie de maldici¨®n, porque no es ella quien te sirve a ti, eres t¨² quien la sirve a ella.

Pero lo mejor de todo es que la cosa, como dec¨ªamos, no se queda ah¨ª. Porque la forma en que se entreteje la historia de la banda con la historia en s¨ª, la historia de una amistad capaz de cambiarte la vida, la clase de amistad que te permite existir ¡ªporque la vida empieza justo ah¨ª, cuando tu amigo te ve y empiezas a importar de verdad¡ª, tiene mucho del m¨¢s apasionante Jeffrey Eugenides ¡ªel de La trama nupcial (Anagrama)¡ª y constituye otra novela en s¨ª misma, como la novela de clase que se intuye todo el tiempo ¡ªy se explicita en la forma de vida de la familia del protagonista¡ª y la novela de desencaje ¡ªy genialidad¡ª que protagoniza, por su cuenta, Fran. Hay dolor ¡ªy mucho: reinvoca O¡¯Connor el accidente de coche en el que muri¨® su madre, que aqu¨ª mata a la hermana de Robbie¡ª y personajes tan densos que podr¨ªan haber existido, y en realidad lo hicieron, en ese tiempo, ya pasado, en el que la m¨²sica pod¨ªa, y lo era, todo.

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