¡®Aquel PSOE¡¯, manual sobre el felipismo de Virgilio Zapatero

Este notable ensayo autobiogr¨¢fico de Virgilio Zapatero ¡ªrepresentante paradigm¨¢tico de la ilustraci¨®n socialista¡ª explica la participaci¨®n del autor y la de su partido en la institucionalizaci¨®n de la democracia en Espa?a. Por sus responsabilidades en el grupo parlamentario durante las dos primeras legislaturas y despu¨¦s como secretario de Estado y ministro en los gobiernos de ...

Este notable ensayo autobiogr¨¢fico de Virgilio Zapatero ¡ªrepresentante paradigm¨¢tico de la ilustraci¨®n socialista¡ª explica la participaci¨®n del autor y la de su partido en la institucionalizaci¨®n de la democracia en Espa?a. Por sus responsabilidades en el grupo parlamentario durante las dos primeras legislaturas y despu¨¦s como secretario de Estado y ministro en los gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez hasta 1993, su testimonio aporta informaci¨®n privilegiada y una valoraci¨®n cabal sobre c¨®mo se gest¨® y despleg¨® el Estado de 1978. Adem¨¢s, de manera elegante y por suerte sin acritud, el libro participa de dos debates de actualidad relevantes: la conmemoraci¨®n de los 40 a?os de la victoria de octubre de 1982 y, desde el mismo t¨ªtulo y el pr¨®logo de Alfonso Guerra, la controversia latente, tan generacional, sobre si el Gobierno de Pedro S¨¢nchez es leal al legado de los j¨®venes socialistas que refundaron el partido en los proleg¨®menos de la Transici¨®n y dieron forma al felipismo. Es un asunto en discusi¨®n. Tal vez nadie lo plante¨® de manera m¨¢s ponderada que Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall aqu¨ª mismo al evidenciar la continuidad socialdem¨®crata entre los tres gobiernos socialistas porque son las pol¨ªticas p¨²blicas, m¨¢s que las familias pol¨ªticas, lo que avala la continuidad del proyecto del PSOE en democracia.

El 1 de mayo de 1977, cuando ya era candidato por Cuenca para las elecciones constituyentes a propuesta del secretario de organizaci¨®n, una persona mayor se present¨® en la Casa del Pueblo. Le pregunt¨® si aquel partido era el de Pablo Iglesias. S¨ª. Despu¨¦s le mostr¨® un papel que certificaba la visita de Indalecio Prieto a Cuenca 41 a?os antes. Le hab¨ªan dejado de pagar la factura de una comida y la reclamaba. La pag¨®. Hagamos categor¨ªa de la an¨¦cdota. La conciencia social de la continuidad entre el partido hist¨®rico y el de aquellos j¨®venes izquierdistas a los que politiz¨® la onda expansiva del 68 era casi inexistente. Pero las siglas hist¨®ricas albergaron el esp¨ªritu transformador del 68, como razona el libro. Cuando en 1976 Francisco Bustelo le propuso a Peces-Barba y a Zapatero que redactasen un panfleto para presentar en sociedad al nuevo PSOE, tuvieron claro que aquel partido renovado deb¨ªa impulsar las libertades p¨²blicas. Nada lo demostrar¨ªa mejor que la impronta socialista en la elaboraci¨®n de la ley del divorcio que quebr¨® a la UCD gobernante. ¡°Terminaron aceptando todas nuestras propuestas¡±, escribe, ¡°se seculariz¨® definitivamente la ley¡±. Avanzar en libertades p¨²blicas y en una europeizaci¨®n indesligable al Estado del bienestar fue la Gran Transformaci¨®n socialista. ?Hay continuidad?

El ensayo ense?a que el poder pol¨ªtico est¨¢ asediado por otros intereses, sobre todo los econ¨®micos, como Gonz¨¢lez empez¨® a sufrir desde finales de los noventa

Aquel PSOE es un buen libro de historia y su lectura vale como un m¨¢ster para descubrir c¨®mo funciona la pol¨ªtica real. Asumir la incertidumbre como lugar desde el que en ocasiones deben tomarse decisiones (la autocr¨ªtica sobre la construcci¨®n del Estado de las autonom¨ªas lo demuestra). Tener clara la funci¨®n de los partidos y las tensiones que pueden crearse entre la estructura, el grupo parlamentario y el gobierno y las organizaciones afines (como ocurri¨® con el Bad Godesberg de 1979 o con las relaciones con UGT). Rodearse de expertos de primer nivel, con conocimiento del funcionamiento del Estado, para poder legislar con rigor y saber cu¨¢l es la funci¨®n del Tribunal Constitucional (un cap¨ªtulo sensacional). Entender que la l¨®gica del poder la humaniza la qu¨ªmica personal, como ejemplifica una cena entre Guerra y Abril Martorell que abri¨® una nueva fase en la elaboraci¨®n de la Constituci¨®n. Saber que el poder pol¨ªtico est¨¢ asediado por otros intereses, sobre todo los econ¨®micos, como Gonz¨¢lez empez¨® a sufrir desde finales de los ochenta. Lo puso entonces por escrito. Zapatero lo resume: ¡°Las fuerzas m¨¢s reaccionarias hab¨ªan logrado mantener intactos sus resortes de poder obtenidos del franquismo que los utilizaban contra nosotros¡±. ?Hay continuidad?

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