La transformaci¨®n de la socialdemocracia alemana desde el abandono del marxismo
Mil novecientos setenta y nueve pasar¨¢ a los calendarios pol¨ªticos de la RFA como el a?o de los aniversarios y de la autocr¨ªtica: en ¨¦l han cumplido treinta a?os la Constituci¨®n de la RFA y los dos Estados alemanes surgidos del final de la segunda guerra mundial; se ha conmemorado el cuarenta aniversario del comienzo de la misma conflagraci¨®n y el sesenta de la Rep¨²blica de Weimar. Los liberales y socialdem¨®cratas han hecho recuento de una d¨¦cada de coalici¨®n entre ambos partidos, que formaron Gobierno el 21 de octubre de 1969. Finalmente, 1979 coincide tambi¨¦n con el vig¨¦simo aniversario del programa de Bad Godesberg, por el que la socialdemocracia abandon¨® su ideolog¨ªa marxista y estructura de partido obrero y se convirti¨® en organizaci¨®n pol¨ªtica de ?amplia base?.
El 15 de noviembre de 1959, conclu¨ªa en Bad Godesberg, distrito residencial de Bonn, el primer congreso extraordinario, y noveno ordinario, que celebraba la socialdemocracia alemana (SPD), desde el final de la guerra. La renuncia al marxismo como ideario pol¨ªtico y la aceptaci¨®n de la econom¨ªa de mercado como realidad existente convertir¨ªan al SPD en partido ?apto para los salones?, a partir de Godesberg. Sint¨¦ticamente, los socialdem¨®cratas alemanes hab¨ªan recorrido tres etapas fundamentales hasta la ca¨ªda del Tercer Reich. De una postura confusa de la socialdemocracia alemana en la ¨²ltima etapa de la Rep¨²blica de Weimar, que imposibilit¨® inclinar la balanza en favor de la izquierda a partir de 1930, como quer¨ªan los comunistas del KPD, con objeto de frenar la llegada de Hitler al poder, pas¨® a una situaci¨®n de semilegalidad hasta el mismo final de la Rep¨²blica, en 1933, y despu¨¦s, de resistencia y exilio, hasta 1945. A diferencia de Francia y Espa?a, se?ala Baerbel Hebel-Kunze en su libro SPD, und faschismus, elaborado con documentos del propio SPD, la socialdemocracia declin¨® la posibilidad de constituir en Alemania un frente popular que hubiera salvado al pa¨ªs del r¨¦gimen de Hitler, y ello, a pesar de que el SPD contaba con un mill¨®n de militantes y una reserva de seis millones de electores. Todav¨ªa en 1936 se distribuir¨ªa por el partido una circular en la que la directiva socialdem¨®crata prohib¨ªa ?toda asociaci¨®n con los comunistas, pol¨ªticos u organizaciones, para realizar cualquier tipo de acci¨®n?. Esta propia v¨ªa de la socialdemocracia alemana, basada en un sistem¨¢tico anticomunismo, llevar¨ªa al SPD a votar en favor de la reintroducci¨®n del servicio militar en Alemania y de un elevado presupuesto de defensa, factores que luego conformar¨ªan el militarismo hitleriano.Los comunistas no facilitaron tampoco un acercamiento a la socialdemocracia, al repetir insistentemente el calificativo de ?socialfascista?, con que designaban a este partido.
Dos hombres-clave
Fue precisamente en el exilio, en Par¨ªs, y con ocasi¨®n del env¨ªo de las Brigadas Internacionales a Espa?a, cuando coincidieron dos hombres clave en el futuro programa de Bad Godesberg: Herbert Wehner, entonces comunista, y Willy Brandt, socialista. El primero reuni¨® los primeros voluntarios de la brigada, Thaelmann, y el segundo acudir¨ªa al escenario de la guerra como informador. Herbert Wehner, actual jefe de la fracci¨®n SPD en el Bundestag, declarar¨ªa en 1950, nueve a?os antes de Godesberg, que ?el sistema comunista significa la destrucci¨®n de los derechos humanos?, y fij¨® cuatro puntos en relaci¨®n con los territorios alemanes incorporados a la URSS tras la guerra: entre estos puntos, se inclu¨ªan el no reconocimiento del Gobierno de la RDA y la reivindicaci¨®n de aquellos territorios, calificando de ?traici¨®n? la posibilidad de no insistir en esta reclamaci¨®n. De esta ¨¦poca arranca, seg¨²n Peter Kohnen en su libro Deutschland, deine SPD (subt¨ªtulo: Los frustrados y los manipulados), el prop¨®sito de Wehner de ?convertirse en el pol¨ªtico determinante en Alemania?. Der Spiegel, en 1974, y ahora ya la voz com¨²n atribuyen a Wehner haber facilitado el acceso de Brandt al poder, y tambi¨¦n el haberlo hecho caer para promocionar a Helmut Schmidt. El 15 de noviembre de 1959 tambi¨¦n estaba Wehner en la presidencia del SPD, al lado de Ollenhauer, Nau, Erler, Deist, Schmid (Carlo), Schoettle, Schanzenbach y Eichler. De todos ellos, el ¨²nico a¨²n vivo y activo en pol¨ªtica es Wehner.Erich Ollenhauer, presidente del SPD en 1959, dijo entonces que ?quiz¨¢ dentro de veinte a?os la juventud, que vivir¨¢ posiblemente en un mundo muy distinto, pensar¨¢ que este programa debe ser reformado?.
Veinte a?os despu¨¦s, el vicepresidente de la comisi¨®n de valores fundamentales del SPD, Heinz Rapp, ha declarado que ?este programa conserva a¨²n en su parte pr¨¢ctica una fuerza orientadora? Wehner ha resumido tambi¨¦n estos d¨ªas el conjunto del programa sintetiz¨¢ndolo en dos frases: luchamos por la democracia, la democracia debe ser el orden vital y pol¨ªtico general.
Willy Brandt, jefe del SPD, opina que ?Godesberg a¨²n es muy joven?. La derecha, la oposici¨®n democristiana, piensa que el programa es ambivalente: incluye pinceladas netamente socialistas conservadoras, liberales, intervencionistas... La izquierda socialdem¨®crata piensa lo mismo: debe clarificarse la l¨ªnea Erhard. Eppler, jefe del partido en Baden-W¨¹rttemberg, lo considera absolutamente insuficiente: deben crearse criterios nuevos sobre fen¨®menos nuevos, como el problema sindical, energ¨ªa nuclear, inform¨¢tica, radicales.
Problemas internos
El partido se enfrenta a un nuevo congreso trascendental, en Berl¨ªn, a partir del 3 de diciembre. Al margen de los temas punta -renovaci¨®n nuclear en Centroeuropa y energ¨ªa at¨®mica-, en el fondo hay otros problemas de ¨ªndole casi interna.Los sindicatos integrados en la confederaci¨®n DGB, soporte obrero del SPD, se ven progresivamente inundados de militantes comunistas. Al tiempo se ha reafirmado la tendencia descendente de afiliaciones de trabajadores en el SPD, iniciada en 1976 (este a?o, el 28,83% de los nuevos militantes proced¨ªan del sector trabajador). La juventud estudiantil atribuye a la coalici¨®n social-Iiberal el no haber sido capaz de superar en diez a?os de Gobierno el problema del numerus clausus en la universidad ni en el empleo.
Los jusos (juventudes del SPD) denuncian de nuevo la sumisi¨®n del partido a los grandes intereses empresariales. En su ¨²ltimo congreso, en Aschaffenburg, se present¨®, entre otros informes, uno sobre cuarenta empresas a nacionalizar o socializar. Un destacado dirigente de la socialdemocracia, el alcalde de Hamburgo, Klose, llegar¨ªa incluso a defender en gran medida esta misma tesis, que le vali¨® a Benneter, l¨ªder de los jusos, perder su puesto de presidente hace dos a?os. El mismo Klose denunciar¨ªa tambi¨¦n el llamado ?decreto contra los radicales?, que m¨¢s bien responde a una pr¨¢ctica que a un texto legal. Los trabajadores se unen al coro de descontentos por una pol¨ªtica de empleo y de impuestos que no les satisface, am¨¦n de un esquema sobre cogesti¨®n empresarial que carece de efectividad. En el programa de Godesberg se establec¨ªa que el SPD consideraba v¨¢lida la existencia de una econom¨ªa de mercado como base de un sistema mixto. Heinz Rapp, de la comisi¨®n de valores fundamentales, ha comentado que el respaldo de su partido al sistema capitalista se mantendr¨¢ en tanto ¨¦ste funcione. Y funciona.
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