El congreso en danza
El nuevo espect¨¢culo de La Cal¨°rica sobresale por su puesta en escena, algunas escenas desternillantes y un baile final de antolog¨ªa
El estreno del nuevo espect¨¢culo de La Cal¨°rica no pod¨ªa haber llegado en un momento m¨¢s oportuno. En una semana en que las lenguas cooficiales han sido las protagonistas en el Congreso de los Diputados, Le congr¨¨s ne marche pas ha empezado a caminar. La compa?¨ªa ha agotado ya todas las entradas para las cinco semanas de funciones en el Teatre Lliure de Gr¨¤cia. Demostraci¨®n gr¨¢fica de un error de programaci¨®n: este espect¨¢culo se tendr¨ªa que haber representado en el Lliure de Montju?c. No solo porque tambi¨¦n hubiera sido un ¨¦xito, pensando en el momento de gran popularidad que vive la compa?¨ªa catalana, sino porque el escenario de Gr¨¤cia les queda peque?o. Nueve int¨¦rpretes en escena es una gran producci¨®n, y a ratos parece que les falte espacio para bailar el vals con libertad. El montaje se podr¨¢ ver la temporada que viene en la Sala Grande, justamente, del Teatro Valle-Incl¨¢n de Madrid.
Le congr¨¨s ne marche pas (El congreso no avanza) es uno de esos inventos de La Cal¨°rica donde, diez minutos despu¨¦s de que haya comenzado, uno se pregunta: ¡°?Pero qu¨¦ diantre est¨¢n haciendo?¡±. Comedia hist¨®rica y pol¨ªglota, ambientada en el Congreso de Viena de 1814, con trajes de ¨¦poca y pelucas de relumbr¨®n. El texto de la obra es en franc¨¦s, ingl¨¦s, alem¨¢n y ruso, con sobret¨ªtulos en catal¨¢n. Ejerce de narrador en off el ayudante de direcci¨®n, el creador Pau Masal¨®: se agradece su tono neutro, como de documental del Canal Historia, y que no sea una voz reconocible por el gran p¨²blico. La obra se inspira en hechos reales: el congreso internacional que reuni¨® a varios dirigentes en la capital del Imperio austriaco para reorganizar Europa despu¨¦s de la derrota de Napole¨®n. Un reparto del pastel, en definitiva, con vestidos estilo imperio, casacas imponentes y r¨ªos de champ¨¢n.
Si una cosa sobresale en este montaje es su puesta en escena: el espacio de Bibiana Puigdef¨¤bregas presenta un sal¨®n neocl¨¢sico, elegante y vers¨¢til, con un tel¨®n pintado que juega muy sabiamente con el trampantojo (un cursi dir¨ªa trompe-l¡¯oeil). El vestuario de Albert Pascual combina la correcci¨®n hist¨®rica con los toques cubaneros tan del gusto de La Cal¨°rica (esas plumas). Merece una menci¨®n la caracterizaci¨®n de Anna Madaula, especialmente en una ¨²ltima escena desternillante: identifico o conozco personalmente a cada uno de los personajes que aparecen en el vernissage. Tampoco se queda corta la iluminaci¨®n de Rodrigo Ortega Portillo, pict¨®rica y dram¨¢tica cuando conviene, y el estupendo espacio sonoro de Guillem Rodr¨ªguez y David Solans. La grandilocuencia del vals y el sustito del ¡°chimp¨®n¡±.
Nos encontramos ante un montaje muy coral, donde destacan por igual tanto los cinco cal¨®ricos como los cuatro int¨¦rpretes invitados. El travestismo (en ambas direcciones) funciona de maravilla: esas chicas risue?as y sus carrerillas por el palacio parecen sacadas del inicio de El arca rusa (Alexander Sokurov, 2002). Se notan las dificultades de algunos actores con el franc¨¦s (la lengua predominante del montaje), y ser¨ªa preferible que dejaran de pensar en la pronunciaci¨®n y se centraran en la interpretaci¨®n. Las escenas funcionar¨ªan igual si hablaran en una lengua inventada: as¨ª sucede con el ruso, el idioma con menos probabilidades de tener hablantes entre el p¨²blico. De todo el elenco destacan Esther L¨®pez con una escena ic¨®nica sobre la Rep¨²blica, el siempre acertado Aitor Galisteo-Rocher como zar de Rusia, Xavi Franc¨¦s encarnando el s¨ªmbolo imperecedero del espa?olito medio y Roser Batalla con un mon¨®logo brillante en ingl¨¦s. Las conexiones de Le congr¨¨s ne marche pas con De qu¨¨ parlem mentre no parlem de tota aquesta merda (TNC, 2021) son m¨²ltiples, pese a que pueda parecer todo lo contrario. Joan Yago escribe teatro pol¨ªtico para todos los p¨²blicos, y pone un espejo ante nosotros para que nos podamos mirar bien. El espejo, no obstante, no est¨¢ deformado como el de Max Estrella: es de alta definici¨®n.
La direcci¨®n precisa de Israel Sol¨¤ consigue hacer bailar a los personajes con suavidad por las reducidas dimensiones del escenario, ayudado por las coreograf¨ªas de Vero Cendoya. Le congr¨¨s ne marche pas es teatro, danza y ¨®pera, todo revuelto y al mismo tiempo. Como en todos sus espect¨¢culos anteriores, La Cal¨°rica siempre nos habla de lo mismo con distintos sombreros: los entresijos del poder, nuestra pasividad frente a las injusticias y la importancia de la lucha de clases. Un baile final de antolog¨ªa hace terminar el espect¨¢culo en alto: vemos el truco enseguida, pero esto no significa que no funcione. Y, por favor, recuerden este nombre: Joan Esteve. En su momento de gloria nos representa a todos, haciendo algo muy dif¨ªcil de olvidar. La Cal¨°rica lo acaba de convertir en una estrella.
¡®Le congr¨¨s ne marche pas¡¯. Texto: Joan Yago. Direcci¨®n: Israel Sol¨¤. Teatre Lliure de Gr¨¤cia, Barcelona. Hasta el 22 de octubre.
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