¡®Cancelado¡¯, el peligro del dedo acusador
Carmen Domingo alerta contra el fen¨®meno de un nuevo Macartismo que impulsa a juzgar y penalizar las vidas y las ideas de los dem¨¢s
Uno de los fen¨®menos m¨¢s llamativos de nuestra ¨¦poca y del mundo occidental, en su conjunto, es la p¨¦rdida del monopolio de la opini¨®n. El progresivo y locuaz empoderamiento de las redes sociales ha sido decisivo a la hora de poner en evidencia que el ¨¢mbito intelectual es un campo de rivalidades y provocaciones, un ¨¢mbito hoy enormemente polarizado donde se imponen las etiquetas y las opiniones m¨¢s simples son susceptibles de envenenarse r¨¢pidamente. En Cancelado. El nuevo Macartismo, su autora, Carmen Domingo, una intelectual que no acostumbra a esquivar los problemas candentes, se enfrenta a una de las disputas m¨¢s encendidas de nuestro tiempo. Esta es la que tiene que ver con la legitimidad, o no, de las cancelaciones aplicadas a personas u organizaciones que no cumplen los est¨¢ndares ¨¦ticos de un sector de la sociedad que se erige en juez y tiene el poder suficiente para promoverlas. ?Es leg¨ªtima la intolerancia ante las opiniones ajenas? ?No va esta actitud en contra del derecho a la libertad de expresi¨®n, una de las conquistas m¨¢s valiosas de Occidente?, se pregunta Carmen Domingo para analizar a continuaci¨®n el desarrollo de esta praxis inquisidora a lo largo del tiempo, y de la que no exime de responsabilidad a un feminismo excesivamente beligerante y puritano.
Porque, en medio de la excitabilidad moral en la que vivimos, es muy grande el peligro de caer en situaciones que, finalmente, est¨¦n muy por debajo de los ideales ¨¦ticos que se defienden. Esto ha ocurrido en fechas recientes con la escritora Najat el Hachmi, pregonera, con sobradas razones, de las fiestas de La Merc¨¨ en Barcelona. Como escritora nos puede gustar m¨¢s o menos y, por tanto, compartir con mayor o menor entusiasmo la decisi¨®n municipal. Pero esta no es la cuesti¨®n. El Hachmi es mujer, de origen marroqu¨ª, partidaria de la asimilaci¨®n cultural con el pa¨ªs de acogida, catalanohablante, feminista y ganadora de los m¨¢s destacados premios literarios. La cuesti¨®n es que ella es cr¨ªtica con el fundamentalismo religioso y contundente con la ley que permite el cambio de sexo en menores de edad. Ambas cosas motivo, por lo visto m¨¢s que suficiente, para haber intentado cancelar su nombramiento como pregonera en las fiestas de La Merc¨¨, acus¨¢ndola de tr¨¢nsfoba e islam¨®foba. Simplemente por expresar en voz alta una opini¨®n, la suya, sobre cuestiones que preocupan a toda la sociedad y que le preocupan a ella de forma muy particular.
Ahora mismo, cualquier juicio cr¨ªtico con un movimiento se convierte en la f¨¢cil acusaci¨®n de idea f¨®bica y, por tanto, psicopatol¨®gica y enfermiza. ?Qu¨¦ nos est¨¢ pasando? Las ideas no son un fort¨ªn y, como dec¨ªa Habermas, quienes las sostienen deben controlar la tentaci¨®n de competir con el John Wayne que algunas personas llevan dentro, deseosas de ver qui¨¦n desenfunda m¨¢s r¨¢pido para poder disparar.
La palabra ¡®woke¡¯ significa despierto, vigilante, y, si bien su origen se remonta a la lucha contra el racismo, su aplicaci¨®n ha ido extendi¨¦ndose hasta volcarse en el sistem¨¢tico juicio de lo ajeno
Carmen Domingo vincula la cultura de la cancelaci¨®n al movimiento woke, de origen estadounidense (como todo). Literalmente la palabra significa despierto, vigilante, y si bien su origen se remonta a la lucha contra el racismo, su aplicaci¨®n ha ido extendi¨¦ndose hasta volcarse en el sistem¨¢tico juicio de lo ajeno, lo que Sloterdijk llam¨® la ¡°dictadura de la virtud¡±. La autora identifica el movimiento woke con j¨®venes progresistas y formados, instalados, sin embargo, en una atalaya moral desde la que se creen con la suficiente autoridad como para juzgar y penalizar las vidas y las ideas de los dem¨¢s si no se ajustan a sus propios principios e intereses.
Es una cuesti¨®n enormemente delicada que requiere que la pensemos con la mayor profundidad de la que seamos capaces, porque ah¨ª, en la diferencia entre cr¨ªtica y acusaci¨®n (delitos y comportamientos inc¨ªvicos aparte, obviamente), entra casi todo lo que deber¨ªa importarnos: tanto la naturaleza del celo moral con que nos juzgamos unos a otros como nuestra capacidad para enfrentarnos adecuadamente al pasado hist¨®rico, art¨ªstico y biogr¨¢fico. Y la soluci¨®n no es borrar o amenazar aquello que no nos gusta, no deber¨ªa serlo. Carmen Domingo en su libro lo deja muy claro.
Cancelado. El nuevo Macartismo
C¨ªrculo de Tiza, 2023
164 p¨¢ginas, 20 euros
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