Un repaso hist¨®rico al antisemitismo en Espa?a
Paloma D¨ªaz-Mas analiza en un riguroso ensayo las desventuras de los jud¨ªos en la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Tras su expulsi¨®n, mantuvieron en la di¨¢spora el uso de su lengua originalmente materna, el castellano
No hubiera podido imaginar la autora de esta Breve historia de los jud¨ªos en Espa?a que el libro saldr¨ªa a la venta apenas unos d¨ªas antes del conflicto b¨¦lico en Gaza desatado tras el brutal atentado terrorista de Ham¨¢s. Paloma D¨ªaz-Mas es la especialista m¨¢s reputada en el devenir del pueblo sefard¨ª, de cuya lengua ha sido docente en la Universidad del Pa¨ªs Vasco y en otras muchas de Estados Unidos. Creadora de un admirable universo de ficci¨®n, ha escrito tambi¨¦n numerosos ensayos sobre su especialidad ling¨¹¨ªstica y public¨® hace ya d¨¦cadas una historia del pueblo sefard¨ª y de su cultura. Esta nueva entrega relata las venturas, m¨¢s bien las desventuras, del juda¨ªsmo en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica a trav¨¦s de los siglos. Su divulgaci¨®n, fiel al rigor cient¨ªfico, narra sucesos que resultan nuevamente de rabiosa actualidad. En Europa y Am¨¦rica se viven momentos de una preocupante crecida del antisemitismo, alimentado parad¨®jicamente por la respuesta armada del Gobierno israel¨ª al salvaje atentado del pasado 7 de octubre.
Las generaciones actuales se han educado en un mundo en el que el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª, o entre musulmanes y jud¨ªos, ha sido una constante durante pr¨¢cticamente un siglo. Pero es solo una herencia tard¨ªa de la inicial confrontaci¨®n entre la cristiandad y el autodenominado pueblo elegido. D¨ªaz-Mas explica que los jud¨ªos han sido siempre una minor¨ªa en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, tanto durante la dominaci¨®n ¨¢rabe como en los reinos cristianos. Constituyeron inicialmente apenas un 5% de la poblaci¨®n, y fueron en principio respetados por el califato omeya, que admiraba los conocimientos cient¨ªficos y las capacidades financieras de los inmigrantes. La invasi¨®n de los almohades y almor¨¢vides acab¨® con esas pr¨¢cticas tolerantes y muchos jud¨ªos decidieron instalarse en los vecinos reinos cristianos, donde disfrutaron de cierta protecci¨®n real pues los jud¨ªos mismos formaban parte de las propiedades del soberano. En el resto de Europa fueron mucho m¨¢s discriminados que en Arag¨®n o Castilla, y las restricciones y prohibiciones de todo tipo que se les impusieron tras el Concilio de Letr¨¢n no se cumplieron en nuestra Pen¨ªnsula. Fue tras la fusi¨®n de los dos reinos, en lo que m¨¢s o menos desde entonces se ha llamado Espa?a, cuando los Reyes Cat¨®licos decretaron su expulsi¨®n y comenz¨® la persecuci¨®n inquisitorial contra ellos, por inconcebibles motivos que en el libro se relatan puntualmente. Quemaban vivos en lugares p¨²blicos a los condenados, aunque en ocasiones los verdugos se apiadaban de sus v¨ªctimas y los estrangulaban antes de arrojarlos a la hoguera. Antes, mucho antes, los jud¨ªos hab¨ªan sido expulsados por los soberanos de Inglaterra, Francia y Alemania. Los reinos ib¨¦ricos se hab¨ªan caracterizado en cambio ¡°por la participaci¨®n de burgueses jud¨ªos en la vida econ¨®mica y el importante papel de algunos en la corte¡±. Por eso mismo, seg¨²n D¨ªaz-Mas, ¡°la expulsi¨®n fue una decisi¨®n bastante inesperada¡± y supuso un cambio radical en la pol¨ªtica seguida hasta entonces.
La di¨¢spora se refugi¨® durante siglos en el imperio otomano y, desde all¨ª, muchos emprendieron camino hacia Am¨¦rica Latina
Solo tras el final de la Inquisici¨®n, bien avanzado el siglo XIX, comenzaron a repararse algunas de las injusticias del pasado, pero la poblaci¨®n jud¨ªa espa?ola continu¨® siendo muy minoritaria. La di¨¢spora se refugi¨® durante siglos en el imperio otomano y, desde all¨ª, muchos emprendieron camino hacia Am¨¦rica Latina. A lo largo de cientos de a?os, estos perseguidos por sus creencias y forma de vida religiosa mantuvieron con empe?o el uso de su lengua originalmente materna, el castellano. Plagado de innumerables pr¨¦stamos ling¨¹¨ªsticos, dio pie al nacimiento del judeoespa?ol, cuya escritura se hac¨ªa con caracteres hebreos. El libro nos ayuda a comprender el origen y el destino de estos otrora compatriotas nuestros que ya durante la dictadura de Primo de Rivera pudieron optar por la nacionalidad espa?ola, como m¨¢s recientemente ha sucedido tambi¨¦n con las leyes de la democracia. Pero las patrias son las lenguas, y escritoras mexicanas como Sophie Goldberg o Myriam Moscona han recuperado, para la narrativa y la poes¨ªa, las palabras y sonidos del antiguo ladino, judeoespa?ol o como quiera llamarse.
Queda sin duda mucho por andar y renacen de continuo las pol¨ªticas del odio, que recuerdan de nuevo la supuesta conspiraci¨®n judeomas¨®nica con la que la dictadura justificaba la represi¨®n de la disidencia. En 1940, el Gobierno decret¨® que para inscribir a los reci¨¦n nacidos en el Registro Civil era obligatorio bautizarlos antes. Casi 20 a?os despu¨¦s, las leyes fundamentales franquistas establec¨ªan que la fe cat¨®lica era ¡°inseparable de la conciencia nacional, que inspirar¨¢ su legislaci¨®n¡±. El fundamentalismo religioso no es una exclusiva de la yihad isl¨¢mica, y ni siquiera a ella se le debe semejante invenci¨®n.
Breve historia de los jud¨ªos en Espa?a
Catarata, 2023
224 p¨¢ginas. 18 euros
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